Ahora que estamos en tiempo de propósitos para comenzar el año motivados y con buen pie, nunca está de más sentir que no estamos solos a la hora de conseguir nuestras metas. Lo cierto es que uno de los empeños estrella en estas fechas en ponerse en forma, ¿cuántos gimnasios hacen su agosto en este enero?

El ejemplo de esta familia china puede servirnos para perseverar y ver que todo es posible si ponemos de nuestra parte. La idea de este cambio, que ya está dando la vuelta al mundo, surgió de Jesse, el hijo de 32 años de esta pareja de Xiamen, una ciudad situada en la provincia de Fujian.

El ejercicio como terapia

Este fotógrafo y diseñador iba a ser papá, así que decidió que sus padres viviesen en su casa para ayudar a su esposa embarazada y, de paso, aprovechar ese tiempo para echarle una mano a su padre, arruinado y alcohólico desde que la crisis azotó a su negocio de venta de bambú.

Pensó que llevar entre toda la familia una vida más saludable podría ayudarle a él, así que se puso manos a obra y empezaron a entrenar.

Primero fueron dando paseos para ir probando poco a poco, después, todo tipo de deportes, a la vez que sus cuerpos y su aspecto se iba transformando de una forma casi mágica:

Y todo este espectacular cambio en tan solo seis meses. Empezaron a cuidarse en marzo del pasado año y, aunque la idea era finalizar el 30 de septiembre, su vida ha dado un giro tan positivo que han decidido seguir por la misma senda.

Ahora, Jesse y su familia han grabado un documental sobre todo el proceso y han compartido un adelanto este miércoles en la cuenta de Instagram del fotógrafo:

Aunque perder peso y ponerse en forma ha sido importante, Jesse explica que lo más increíble ha sido fortalecer el vínculo con su padre y ver cómo recuperaba la confianza en sí mismo.