Imagina que trabajas en un restaurante sirviendo mesas. Es un día normal, por la mañana, y estás en la hora punta con el local lleno. De repente, suena el teléfono y alguien pregunta: ¿está muy lejos el campo de beisbol de vuestro restaurante? Depende de si vienes andando o en coche, le contestas. A lo que la voz al otro lado del teléfono te replica: venimos en helicóptero.

Esta estrambótica conversación la recoge el Aviation Geek Club y puede que sea una de las anécdotas más divertidas que haya leído en mucho tiempo. Según se puede leer en la web, los pilotos que pertenecían a un escuadrón con base en Nueva Jersey, hicieron una parada en la localidad de Trenton, Maine, para comer. Allí, seis marines disfrutaron del menú local y, al acabar se fueron al aeródromo local para retomar su viaje.

Nada más haber despegado, uno de los pilotos del Bell AH-1W Super Cobra se percató de que se había olvidado de su teléfono. Inmediatamente se puso en contacto con el restaurante en el que habían estado para cerciorarse de que lo habían encontrado y les pidieron el favor de enviar a alguien al campo de beisbol para entregárselo.

Dicho y hecho. El joven friegaplatos cogió su coche y se acercó hasta el campo con el teléfono móvil del piloto. Tal y como se puede ver en el siguiente vídeo el piloto salió de la máquina para encontrarse con el trabajador que le había acercado el móvil y, cómo gesto de agradecimiento según relata el mismo friegaplatos, el piloto se arrancó el parche de velcro de su chaqueta y se lo dio.