Una de las películas para adolescentes fumetas con más hormonas que neuronas que triunfó entre los de mi quinta fue "Colega, ¿dónde está mi coche?". Se estrenó en el año 2000 y bien pudo coger el argumento prestado de la siguiente historia ya que 3 años antes, es decir en 1997, un hombre en Frankfurt, Alemania, denunció el robo de su vehículo.

Al parecer, el protagonista, que quiere permanecer en el anonimato por razones obvias, aparcó su coche un día del pasado siglo y cuando lo fue a recoger ya no lo volvió a ver. Quizá iba algo "confundido" al aparcar el coche, quizá no conocía bien la zona y no encontró la calle correcta. Al fin y al cabo hace 20 años no teníamos un Google Maps en el bolsillo con el que marcar dónde habíamos dejado nuestro vehículo -o si eres más profesional, alguna de estas aplicaciones dedicadas-. Un pequeño despiste lo tiene cualquiera.

Como no es fácil aceptar que hemos perdido un coche como si fueran los auriculares del iPhone, denunció el robo. El vehículo fue encontrado no hace mucho por la policía en el garaje de un edificio industrial. ¿Quiere decir eso que la policía de Frankfurt lleva 20 años buscando el automóvil? Nada más lejos de la realidad. El caso es que el edificio donde se encontraba aparcado el coche iba a ser demolido y, como medida de seguridad, la policía hizo un registro preventivo. Fue en el transcurso del mismo cuando encontraron un vehículo abandonado que coincidía con la descripción de un vehículo que había sido robado hace dos décadas.

El dueño, que ahora ya cuenta con 76 años, recogió con alegría e incredulidad su vehículo para, al momento, llevarlo al desguace ya que poco más se podía hacer con él. Una pena.