Hablar de Independencia en España es poner el ojo automáticamente en Cataluña, pero han sido muchos los territorios que a lo largo de la Historia han reclamado sus fronteras para sí. Asturias, País Vasco, Andalucía... Y también Galicia.

Idioma e identidad propios, fronteras naturales marcadas por sus ríos y montañas, su Historia marcada por la auto suficiencia en la mayor parte de vertientes. Galicia tuvo Reino en la Edad Media y hasta moneda. El territorio acumuló una de las mayores densidades de población en el siglo XVIII para terminar descendiendo durante la Revolución Industrial; desembocando en los movimientos migratorios masivos hacia Sudamérica. 

Densidades de población en España (1787)

Galicia lleva acusando desatención por parte de los Estados centrales desde hace siglos. El tren llegó tarde, la industria también lo hizo. En un territorio repleto de recursos naturales, sorprende que gran parte de su población se viese forzada a emigrar durante los siglos XIX y XX debido a la falta de planificación de infraestructuras e industrias. Fue precisamente este el germen de la independencia gallega que duró solo unas horas, pero que implicó la unión entre el movimiento obrero y el nacionalista. Como contaban las crónicas de la época, "Los obreros izan la bandera gallega y proclaman la República Gallega".

Corría el año 1931. España vivía su Segunda República, proclamada hacía pocos meses, cuando paralizó las obras de la construcción del ferrocarril Zamora-A Coruña. La primavera llegaba a su fin cuando los obreros que trabajaban en la construcción de la infraestructura fueron a la huelga por el cese de las obras. El gobierno republicano prefirió destinar el dinero a otros fines, algo que no solo encendió a los obreros, también a los partidos políticos galleguistas.

El 27 de junio de 1931 se celebraba un mitin en Santiago de Compostela a unos días de la asamblea constituyente de la Segunda República Española. Los ánimos estaban encendidos por el paro de las obras de un ferrocarril que dejaba en paro a miles de familias gallegas. Tras el mitin, Alfonso Ríos, político galleguista, guió a la multitud hasta las dependencias municipales y proclamó la independencia de Galicia. Fue efímera: duró menos de un día, como recoge la Wikipedia.

La Primera Independencia Gallega terminó haciendo aguas cuando la Segunda República Española reanudó las obras del ferrocarril Zamora-A Coruña. No ha habido más movimientos similares en la reciente historia gallega. Reprimido el nacionalismo durante la dictadura de Franco, la autonomía y definición de Galicia como "Nacionalidad Histórica" en 1981 calmaron los ánimos independentistas de la región. Pese a que los partidos puramente nacionalistas siguen manteniendo representación en la Xunta de Galicia, estos han ido reduciendo su cuota de forma progresiva.