A menudo nos detenemos en la cuenta de Twitter de Arturo Pérez-Reverte para reseñar las polémicas cipotudas en las que entra, como él mismo confesaba, para tomar el pulso a las sensibilidades del mundo moderno. "Echar pan a los patos", lo llamaba. Y no hacemos justicia al servicio altruista que presta el académico, por un lado atendiendo las dudas ortográficas de sus seguidores y por el otro siendo altavoz de la causa de la acogida de perros abandonados.

La protección de Reverte hacia los canes, aparentemente, se extiende también a los que son de peluche. En la noche del martes atendía al llamamiento de una seguidora. "Don Arturo, ¡Este niño nos necesita!". Efectivamente, el autor acababa de recibir - y difundir - como tantos otros usuarios de las redes sociales en los últimos días la imagen de una carta redactada con letra infantil junto al dibujo de un perrito. El texto, delicioso, conmueve hasta a los corazones más encallecidos.

"Ayer perdí un perrito de peluche de color marrón clarito y los ojos tristones. Lo quiero mucho y estoy muy triste" - desvelaba la criatura tras el mensaje. "Por favor si alguien lo encuentra que lo devuelva a la caja del MERCADONA". A continuación el pequeño autor ofrece una recompensa de "un euro y tres céntimos (y más)" que diligentemente procede a dibujar. La carta está fechada a 15 de mayo en Alfafar, Valencia.

Si usted, como Pérez-Reverte, recibe esta llamada de auxilio y se apresta a difundirla con el corazón en un puño, sepa que la urgencia no está justificada. El niño - así ha pasado a ser considerado en las redes pese a que nada indica el sexo del protagonista - ya no debe serlo tanto, porque la carta fue escrita en 2013. Y ya por entonces circuló por los muros de Facebook de los vecinos, un fenómeno viral pero limitado en una época en la que la red social no tenía la enorme potencialidad de alcance que tiene ahora.

Uno de los posts originales de 2013.

El llamamiento llegó incluso al agregador de contenidos Menéame. "En Alfafar, Valencia, un infante ha perdido un perro de peluche y está muy triste. Pide colaboración ciudadana para encontrarlo..." - dice una entrada de hace cuatro años. ¿Qué ha podido pasar? Que alguno de estos vecinos haya recibido el recordatorio automático de la imagen que subieron entonces, la hayan vuelto a compartir y sus contactos la hayan tomado como actual, contribuyendo a difundirla. 'Este niño deprimio os necesita', instan por ejemplo desde el grupo 'Amanece que no es poco' a sus más de 300.000 seguidores.

El rastro de aquella historia se pierde en el tiempo y no hay indicios de si el pequeño o pequeña, ahora probablemente un adolescente, llegó a recuperar a su peluche. Pero las redes tienen su propia magia. Quien sabe si, con la revitalización del llamamiento y el altavoz que le han dado figuras como Arturo Pérez-Reverte, el destino del perrito marrón de ojos tristones se dilucide cuatro años después y alguien cobre la recompensa de un euro y tres céntimos - entendemos que ajustada a la inflación.

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