Menudo susto se llevó ayer Alberto Garzón. Pero pasó rápido. Poco después de que se hiciese público que el coordinador federal de Izquierda Unida podría no tener portavocía en el Congreso, y tras las consecuentes quejas y malestar del líder de izquierdas por quedarse sin visibilidad dentro del pacto entre IU y Podemos, Pablo Iglesias rectificó y aseguró que para Unidos Podemos es “un honor” que “uno de sus principales portavoces” sea el nuevo portavoz de Hacienda en el Congreso.

La breve pero intensa crisis en el seno de la coalición de izquierdas se resolvió con una cadena de tuits de lo más sentimental y emotiva entre el líder de IU y el de Podemos. “Solucionado el problema de las portavocías” anunciaba el propio Garzón en su cuenta de Twitter agradeciendo a Iglesias su labor para “ayudar a resolverlo” y recordando que “Unidos podemos se construye entre todos”. 

Un mimoso tono resolutivo que para muchos usuarios ha resultado excesivamente agradable y respetuoso horas después de que Podemos pareciese haberle hecho el completo vacío, por mucho que reculasen a toda velocidad. No quedaba otra que echarse unas risas y parodiar o, cuando menos, comentar el encontronazo entre los protagonistas del conocido comopacto de los botellines.

Finalmente el desencuentro ha tenido un final feliz, aunque probablemente nadie se esperaba que las disculpas fuesen en un tono tan empalagoso... ¿O sí?

Como ya aventuramos en la Jungla, la relación entre los jóvenes líderes de izquierdas bien podría recordar a la emotiva y profunda letra de una canción de Sabina. 

El Español

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