Carlos lleva más de dos décadas pintando viviendas en Sevilla. Conoce de memoria los precios, materiales, y los imprevistos que pueden surgir en cada obra.
Este trabajador ha afirmado a EL ESPAÑOL de Sevilla que "1.600 euros es lo que suele costar pintar una casa de dos plantas, siempre que las paredes estén en buen estado y no haya que reparar humedades ni quitar gotelé".
Además, explica que el presupuesto depende sobre todo del tipo de pintura que elija el cliente. "La plástica lavable es la más habitual, pero si el cliente quiere una ecológica o satinada, el presupuesto sube", señala.
En los últimos años, el aumento de los precios de los materiales ha afectado de lleno al sector. "Solo la pintura buena ya cuesta casi el doble que antes de la pandemia", señala.
Carlos también advierte que los colores influyen en el precio final. "La gente no siempre sabe que los colores oscuros o los tonos intensos encarecen el trabajo, porque hay que dar más manos para que cubran bien", explica.
3.000€ por pintar una fachada
El pintor asegura que la mayoría de los encargos que recibe en Sevilla son trabajos de interior. "Pintar una fachada siempre se encarece por los andamios y los permisos, ahí se puede ir fácilmente a los 3.000 euros", detalla.
El tiempo de ejecución es otro factor clave. "Un piso vacío se pinta en dos o tres días, pero si está amueblado hay que moverlo todo y protegerlo, y eso también cuenta en el precio", añade.
La planificación y la preparación del espacio pueden aumentar las horas de trabajo y, por tanto, el coste.
"Pintar cada 5 años"
Carlos recomienda no esperar a que las paredes muestren desgaste para renovarlas. "Nosotros siempre recomendamos pintar cada cinco o seis años. No solo por estética, sino porque el calor y la humedad terminan dañando las paredes", subraya.
Su experiencia refleja la evolución de la profesión. Pese a la subida de materiales y los cambios en los gustos de los clientes, defiende que un buen pintor sigue siendo garantía de calidad.
Por su parte, Fran, otro trabajador que se dedica a la albañilería, explica "que faltan profesionales" en oficios como el suyo porque "los jóvenes prefieren ejercer en otro puesto cuyo esfuerzo físico sea inferior".
De esta manera, Fran y Carlos representan dos empleos tradicionales que, a pesar de realizar jornadas en la calle y que requieren de mucha carga física, la sociedad los valora, aunque "no tanto como se debería".
