El supuesto autor del atropello mortal de una niña de un año en la basílica de la secta del Palmar de Troya, en Sevilla, el pasado domingo ha quedado en libertad. El conductor ha dado negativo en las pruebas de alcohol y drogas.
Ahora, la Guardia Civil investiga como accidental la muerte de la menor en una explanada anexa a la basílica, justo al lado de la carretera que cruza el pueblo sevillano.
La niña murió tras ser atropellada por un vehículo. El conductor de este ha dado negativo en alcohol y drogas. A su llegada, los servicios de Emergencias solo pudieron certificar la muerte de la menor.
El delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández, ha catalogado de "trágico accidente" los hechos. Asimismo, ha señalado que "parece a todas luces que es un accidente", que "lamentablemente" produjo la muerte de una niña.
El trágico suceso tuvo lugar el pasado domingo 12 de octubre después de una ceremonia celebrada en la sede de la iglesia palmariana con motivo del 50 aniversario de la Orden.
Sobre las 11:30 horas, los servicios de Emergencias recibieron el aviso de que había habido un atropello en la explanada anexa a la basílica de la secta del Palmar de Troya. Hasta el lugar de los hechos se trasladaron agentes de Tráfico y de la Patrulla Territorial.
Espacio con poca visibilidad
También se movilizó una ambulancia del 061, sin embargo, los operarios solo pudieron certificar la muerte de la menor de un año y origen extranjero.
Según ha informado la agencia EFE, el conductor ha quedado en libertad. Ahora, el suceso se investiga como un accidente.
El lugar en el que ocurrieron los hechos se trata de una explanada ubicada entre la iglesia palmariana y la carretera del pueblo con muy poca luz y visibilidad.
Además, el pasado domingo en esta zona se encontraban numerosos vehículos puesto que era la primera vez que los miembros de la Orden religiosa abría sus puertas al público con motivo del 50 aniversario de su creación.
La reconocida como secta del Palmar de Troya celebró durante el domingo 12 de octubre, día de la Hispanidad, una "procesión magna".
Los miembros de este grupo religioso permitieron el acceso a todo el que quisiera pero bajo unas estrictas normas de vestimenta como la obligación de que las mujeres llevasen un velo que les cubriese la cabeza.
Tal y como informó la propia organización a través de sus redes sociales, los "homosexuales no podían ir de la mano ni llevar logotipos blasfemos".
