Sevilla
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La marcha del Real Betis al estadio de La Cartuja debido a las obras que van a tener lugar en el Benito Villamarín con motivo de la mejora del mismo y la construcción de un edificio que albergará otros servicios es, desde el pasado viernes, una realidad. Con el 'hasta luego' del equipo verdiblanco, los comercios de Heliópolis se tendrán que adaptar a su nueva vida.

"He tenido que cerrar la tienda hasta que vuelva el Betis al Villamarín", confiesa Jennifer Martínez a EL ESPAÑOL de Sevilla. Desde hace años, esta empresaria regentaba la alimentación Las Abuelas, un negocio que hacía su agosto cada vez que el conjunto sevillano jugaba en el estadio.

Los bocadillos y demás útiles que Jennifer despachaba durante dichas jornadas suponían "la mayor parte de los ingresos" independientemente de los pedidos provenientes "de los colegios y el goteo de gente constante".

Por esto mismo, la empresaria ha decidido decirle adiós a su "ilusión " hasta dentro de dos años, cuando el Benito Villamarín vuelva a estar operativo.

La partida del Real Betis dibuja un panorama confuso en los comercios de las inmediaciones del estadio. José Silva, dueño del bar Uruguay, señala "la incertidumbre que hay ahora en los establecimientos" de Heliópolis.

Hasta el 25% de la facturación anual

"Dicen que las obras van a durar dos años. Espero que no se retrasen como ha pasado en otros campos de fútbol como el Camp Nou", subraya el empresario.

José Silva destaca el "gran impacto" que los encuentros del equipo hispalense tienen en "negocios tan pequeños".

Según este sevillano, "pueden suponer el 20 o 25 por ciento de la facturación anual", lo que se traduce en unos "35.000 o 40.000 euros al año" provenientes únicamente de los días de juego.

El aumento de la clientela durante dichas jornadas no es la única fuente de ingresos de la que el Villamarín es responsable. También lo es del "goteo constante de quienes se acercan hasta la tienda del anfiteatro o cuando se celebra algún evento".

Que el asentamiento del equipo verdiblanco en la otra punta de Sevilla va a tener consecuencias en los comercios es una realidad. En el caso de Las Abuelas, Jennifer Fernández se ha visto obligada a cerrar su negocio "hasta que vuelva el Betis".

"Una zona muy cotizada"

Sin embargo, la empresaria señala que seguirá pagando el alquiler porque no quiere perder el local, ya que "se encuentra en una zona muy cotizada".

"Yo abrí la tienda con una ilusión y, gracias a Dios, me ha ido muy bien", destaca. Durante toda la temporada -que tiene una duración de nueve meses- hacía una caja "de unos 30.000 euros únicamente en ganancias".

No obstante, los efectos de la marcha del Benito Villamarín no son tan intensos en todos los comercios.

En el caso del bar Uruguay, "la plantilla no se va a reducir" los cinco trabajadores que faenan actualmente seguirán teniendo su sitio en el bar. Sin embargo, "sí se van a modificar los horarios".

Mientras que antes los fines de semana el establecimiento permanecía cerrado, ahora sí abrirá para "compensar" que una gran parte de los aficionados del Real Betis no lo frecuentaran.

Según José Silva, "la mayoría de los comercios de la zona" tienen el foco puesto en la reducción del público.

No obstante, el mismo sostiene que "muchos de los establecimientos tienen su clientela fija", algo que le hace pensar que "puedan aguantar" los dos años que se prevé que duren las obras. Aun así, Silva afirma que se trata de un "límite muy exacto".

Cambio en la vida vecinal

El traslado durante dos años de la afición verdiblanca al estadio de La Cartuja va a suponer un antes y un después para todo el barrio de Heliópolis. También para los vecinos.

Antonio Fajardo es el presidente de la asociación vecinal Parque Vivo. Aunque no está de acuerdo con la construcción de un edificio "de servicios terciarios" en una explanada anexa al Villamarín, admite que el traslado de las citas deportivas "será positivo para el problema de convivencia al que los vecinos de la zona tenían que hacer frente los días de juego".

Cabe destacar que el equipo de fútbol se ha reunido en varias ocasiones con los vecinos para tratar el tema y dar con la fórmula con la que ocasionar las menores molestias, tanto durante como después de las remodelaciones.

Reyes Puig es otra de las sevillanas que hace su vida en el barrio de Heliópolis. Concretamente, esta ciudadana encabeza la asociación vecinal de Reina Mercedes. La "tranquilidad" que supone el cese de los partidos es una de las cuestiones que destaca.

En definitiva, desde el pasado viernes, vecinos y comerciantes de Heliópolis encaran una nueva vida que se prevé que dure dos años. Mientras tanto, el Real Betis Balompié, uno de los emblemas de la hispalense, se enfrentará con sus contrincantes en el estadio de La Cartuja.