La Hermandad de la Esperanza de Triana, que en un comunicado solicitaba acudir a misa con un "vestido recatado y discreto", ha justificado ahora dicha indicación asegurando que se debió a "la inquietud de muchísimas mujeres que no sabían de qué color debía ser la mantilla".
Sergio Sopeña, hermano mayor de la congregación trianera, ha querido zanjar la polémica surgida en redes sociales tras la publicación de un comunicado en el que se recordaba el protocolo de vestimenta recomendado para asistir a la eucaristía que se celebrará el próximo 1 de noviembre.
En declaraciones del sevillano a EL ESPAÑOL, el texto era "un aviso dicho con todo el respeto y la consideración debida, no ningún tipo de imposición".
"La hermandad no es quien para decirle a nadie cómo tiene que vestir. Lo importante es que las personas se acerquen a la Virgen, y no cómo vayan vestidas", ha añadido.
El comunicado, difundido a través de la red social X (antes Twitter), especificaba las pautas de indumentaria aconsejadas para hombres y mujeres que acudieran a la misa.
En él se exhortaba a los fieles "a acudir con espíritu de piedad y recogimiento" y "vestidos con la compostura y decoro que requiere la solemnidad del Santo Sacrificio del Altar".
A los hermanos varones se les pedía traje oscuro o americana con corbata, mientras que para las mujeres se detallaba que, en caso de llevar mantilla, debía ser negra y sin adornos, acompañada de un vestido discreto de largo por debajo de la rodilla, con hombros y mangas cubiertas.
Estas indicaciones generaron numerosos comentarios en redes, algunos de ellos críticos. Entre las respuestas más difundidas podían leerse frases como "¿Lo de cubrirse no era en otras religiones? Ah no, que eso es solo para criticarlas".
"Recuerden los pintalabios rojos", en alusión a la parte del texto que apelaba al decoro y la modestia en la indumentaria femenina.
En este sentido, más que a una actitud motivada por connotaciones sexistas, Sopeña ha señalado que el mensaje estaba motivado "por la inquietud de muchísimas mujeres que no sabían de qué color debía ser la mantilla", sin hacer alusión al largo del vestido, los hombros cubiertos o las medias mangas.
Sin embargo, ha insistido que, en ningún caso se trataba de imponer un código de vestimenta, sino de ofrecer orientación a quienes iban a participar en una celebración solemne.
"Lo importante no es la ropa, sino la devoción. Que las personas se acerquen a la Virgen", ha querido subrayar para concluir.
El comunicado de la corporación trianera finalizaba pidiendo a sus miembros "observar estas disposiciones a fin de que el testimonio de su presencia contribuya, con el debido decoro externo, a la mayor gloria de Dios y de Su Bendita Madre, la Esperanza".
Pese a las críticas, la hermandad insiste en que su intención ha sido únicamente orientar a los fieles, no imponerles una norma.
