Sevilla
Publicada

El verano nunca ha sido temporada alta en Sevilla. Es algo que siempre han notado los hosteleros y que este año ha pesado especialmente en sus ventas. Han caído entre un 10 y un 15 por ciento respecto al año 2024, cuando ya se registró una caída, pero más pequeña, de en torno al 3 por ciento.

Es el balance que hacen desde la Asociación de Hosteleros de Sevilla y Provincia tras el análisis de los datos de facturación del periodo estival.

Su presidente, Alfonso Maceda, achaca dicho descenso a dos factores. Ambos están relacionados con el turismo, que durante el verano se convierte en la principal fuente de ingresos, sobre todo para los bares que se ubican en las zonas más céntricas.

El primero de ellos es la "caída del turismo nacional", según afirma para EL ESPAÑOL de Sevilla. Es una dinámica que se viene notando en los últimos años provocada por el aumento de los costes del alojamiento.

Dicha dinámica la sustentan varios datos. Uno de ellos es el informe de la agencia de viajes Destinia que en la previa del verano alertaba de una caída de las reservas de turistas nacionales en España del 17 por ciento.

Detrás de esta tendencia está el encarecimiento sostenido de los precios de los alojamientos de los últimos años. De hecho, según el Índice de Precios Hoteleros, desde la pandemia, se ha producido una subida acumulada del 56,8 por ciento.

Dos olas de calor

La tendencia se ha manifestado durante el verano en los bares de Sevilla, que también han notado los efectos de las olas de calor de julio y agosto.

Especialmente dañina fue la segunda, que se prolongó durante 16 días y dejó los veladores de la mayoría de los bares de la ciudad vacíos, hasta por la noche, un tramo en el que el público local suele aprovechar la bajada de temperaturas para salir a la calle.

El otro factor que manejan como causa de la caída de la facturación desde la Asociación de Hosteleros de Sevilla y Provincia es una derivada del aumento de los costes.

Menos gasto del turista extranjero

Indican que también se ha producido un "descenso del gasto del turista internacional". Es el mercado que tradicionalmente sostiene la temporada de verano en Sevilla.

También es el único que, en un contexto de encarecimiento, se puede permitir estancias más largas, según sostenía Morey Pérez, vicepresidente de la Asociación Española de Directores de Hoteles.

El presidente de la Asociación de Hosteleros de Sevilla y Provincia comparte el diagnóstico. "Este descenso en el gasto se ve condicionado por el aumento de los costes en los alojamientos, lo que a su vez ha provocado el descenso de gasto en restauración, explica.

Adiós al efecto pospandemia

Además, Maceda alude a otra de las características percibida por los hosteleros de Sevilla durante el periodo estival. Es que "se comienza a disipar el efecto pos pandemia en el que el gasto en ocio se disparó".

"Desde el pasado año y el presente este gasto se ha estancado cayendo de manera significativa en este verano de 2025", señala como otro de los motivos de la caída del sector.

La caída de la facturación en la hostelería de Sevilla llega en un 2025 en el que también se constató el "estancamiento" de las ventas en la Semana Santa, uno de los periodos más productivos para el sector en la capital hispalense.

La comparación se hacía respecto al año 2023, donde las pérdidas fueron mucho mayores debido a que las lluvias impidieron la salida de la mayoría de procesiones.

Feria satisfactoria

En cambio, los hosteleros de Sevilla sí recibieron con agrado la vuelta al modelo corto de la Feria de Abril, con solo un único fin de semana.

Como consecuencia, según afirmaba Maceda, se alivió la presión en los establecimientos hosteleros de los barrios, que en ediciones anteriores veían como su facturación decaía por completo durante dos fines de semana consecutivos".

La Semana Santa, pese a su estancamiento, y la Feria de Abril supusieron un impulso para los hosteleros de Sevilla. No tanto la Copa del Rey, con Real Madrid y Barcelona, midiéndose en La Cartuja. Pese a que las calles del Centro estaban llenas el consumo fue "menor al esperado".

Según apuntaron, sirvieron "muchas más bebidas que comidas y la estancia media por cliente fue breve, lo que ha limitó el volumen de negocio".

El comienzo de 2025 también fue complejo por el temporal de marzo. La lluvia cayó sobre Sevilla durante tres semanas consecutivas, lo que también afectó a la facturación.

A finales de 2024, también levantaron la voz por la Magna, debido a las restricciones del Ayuntamiento que obligaron a retirar muchos de los veladores del Centro.

Ahora, tras la caída del verano, el sector hostelero de Sevilla se prepara para recuperarse en el otoño. Es la vuelta de la temporada alta para la capital hispalense y el anticipo de unas navidades que sirven a muchos negocios para engrosar sus números anuales.