El Ayuntamiento de Sevilla busca una estética única para toda la ciudad, especialmente para las calles de su Casco Antiguo. Ahora, el esfuerzo se centra en el barrio de Santa Cruz, donde se trabaja para que muchas de sus calles dejen de parecer un "gran zoco".
Es un proceso que ya se emprendió en calles como Alemanes, Hernando Colón y Placentines. Hace unos meses comenzó esta fase con los establecimientos de su barrio más turístico.
En un simple paseo por sus calles se pueden ver postaleros, farolillos, abanicos y hasta percheros con trajes de flamenca y otras prendas. Es lo que se quiere eliminar, indican fuentes municipales.
Se notificó a los comerciantes para que en un plazo determinado retiraran de sus fachadas aquellos elementos susceptibles de generar contaminación visual.
Entre ellos se encuentran dos establecimientos de la calle Jamerdana y de la Plaza de los Venerables, que han sido objeto de la polémica por el plazo de diez días que se les dio para retirar sus azulejos cerámicos.
Fuentes municipales aseguran que se respetarán. De hecho, recuerdan que se abrió un periodo de alegaciones en el que cada comerciante pudo exponer qué elementos forman parte de su fachada y consideran que deben mantenerse.
"Se valorará la singularidad"
De hecho, transmiten que "se valorará la singularidad de cada establecimiento con el fin de preservar aquellos elementos que merezcan ser conservados".
La intención municipal va más allá de unos azulejos que se han convertido en el centro de la polémica. En cualquier caso, el valor artístico de dichos elementos está siendo revisado en colaboración con la Asociación Amigos de la Cerámica Niculoso Pisano.
Desde el Ayuntamiento consideran "inaceptable" que el barrio de Santa Cruz "se haya transformado en un gran zoco".
"Entienden que muchas de sus calles se han caracterizado en algunos años "por la anarquía en la exposición de artículos a la venta".
Unificación estética en todo el Centro
Por su parte, consideran que la actuación de algunos establecimientos hosteleros ha "sobrepasado sus competencias", al interpretar sus fachadas "de manera exagerada y fuera de contexto en un espacio tan singular y protegido", donde hay edificios con varios siglos de antigüedad.
La intención, indican, es que se sigan las mismas reglas que se aplican en el resto de barrios de la ciudad donde tampoco se pueden colocar elementos en la vía pública.
Todo ello se enmarca dentro de una política de unificación estética en toda la ciudad y especialmente en su Casco Antiguo.
Exterior de un comercio en el barrio de Santa Cruz.
Se busca que todos los establecimientos adapten su rotulación al valor histórico de las calles en que se encuentran, abandonando sus colores característicos, como ya sucede en muchas otras ciudades.
Para conseguirlo, indican que la Gerencia de Urbanismo está en diálogo constante con los propietarios de comercios y establecimientos hosteleros. Algunos de ellos comparten esta idea, aunque no están de acuerdo con algunos aspectos.
Posibilidad de nueva ordenanza
De hecho, el propio gerente de Urbanismo, Fernando Vázquez, mantuvo una reunión este martes con la Asociación de Hosteleros de Santa Cruz.
Su portavoz y gerente, José Manuel Carrión, desvela que el responsable político se mostró abierto a que se le presentarán propuestas sobre una modificación de la ordenanza de publicidad exterior para recoger los aspectos singulares del barrio de Santa Cruz. Es la que regula dichos elementos.
Sin embargo, no entienden que dicha norma, creada en 2022, se emplee para forzar la retirada de elementos que son más antiguos. También lamenta que "muchos requerimientos se están haciendo sin especificar qué elementos se tienen que retirar".
Indican que cada negocio tiene su singularidad y sus propios elementos decorativos, pero comparten la idea municipal. "Tener determinados artículos a la venta en la calle altera el entorno del barrio. Da una imagen de zoco que no debe tener", suscribe Carrión.
En cambio, señala "contradicciones". "Se está hablando de eliminar cartas de restaurantes en el exterior. Es necesario que estén en las puertas porque lo obliga la normativa de la Junta", dice.
"Caso por caso"
Más críticos son desde la Asociación de Comerciantes del barrio de Santa Cruz, a quienes afecta directamente el requerimiento de retirada de azulejos.
De hecho, pide que se les comunique por escrito la suspensión de dicha medida, que, en principio, marcaba un plazo de diez días, ya que se enfrentarían a multas de hasta 280 euros.
Su presidente, Alejandro Cadenas, coincide en el fondo de la medida para eliminar la "contaminación visual" del entorno. Reconocen que algunos comercios "no han tenido una actuación correcta".
"Entendemos que no podemos ocupar una fachada que no corresponde y también crea una imagen un poco mala de Sevilla, pero debe haber una línea que marque cuáles son las actuaciones", afirma.
Recuerdan, además que en su momento, presentaron una propuesta de ordenanza de publicidad exterior y ocupación de la vía pública.
Incluía un boceto de postaleros con la forma de la Giralda, que serviría para unificar, dicen, la imagen de todos los comercios con un elemento identificativo de la ciudad.
En cualquier caso, reclaman que se estudie la situación "caso por caso". Asimismo, piden que se sienten a negociar las cuatro partes, esto es, Ayuntamiento, hosteleros, comerciantes y vecinos, para llegar a un acuerdo con el que todos se sientan cómodos.
