Comenzó como un simple proyecto universitario, evolucionó a cómic, se convirtió en un videojuego, quiso transformarse en película y ahora está a punto de dar el salto a serie de televisión. The Last of Us llegará a HBO para adaptar la historia del nombrado mejor videojuego de la pasada década al formato televisivo.

La historia creada por Neil Druckmann narra, en su primera parte, el viaje de Joel y Ellie a través de un Estados Unidos postapocalíptico en un mundo en el que la expansión de un hongo parasitoide ha acabado con el 60% de la población. Una infección real que afecta a las hormigas sirvió como inspiración para crear el 'Cordyceps' del videojuego, que quita a los humanos su voluntad y les convierte en algo parecido a los 'zombies'.

Este escenario, fechado en un futuro 2033, no deja de ser un telón de fondo. Porque lo verdaderamente importante es la relación entre los dos personajes: un hombre entrado en sus 40 consumido por la pérdida y una chica de 14 que sólo ha conocido la sociedad militarizada que llegó tras la pandemia. A ellos les interpretarán en la serie de HBO Pedro Pascal y Bella Ramsey, dos ex de Juego de Tronos.

Es precisamente la conexión entre ambos y su evolución lo que convirtió a The Last of Us en un juego tan exitoso cuando se lanzó en 2013 para sistemas PlayStation. Algo en lo que su secuela, 'Parte II', dio un paso más el pasado año.

Meses antes del estreno de la segunda entrega se hizo oficial que la serie estaba en desarrollo y que contaría, además de con el propio Druckmann, con Craig Mazin, creador de Chernobyl, en la producción. Ya en enero anunció que Kantemir Balágov, director de 'Una gran mujer', se encargaría de su piloto. Un equipo que tiene, como en el videojuego, a Gustavo Santaolalla, dos veces ganador del Óscar, en su banda sonora.

The Last of Us - Story Trailer

La evolución de una idea

Druckmann comenzó a escribir lo que sería el germen de esta historia como un proyecto universitario para la creación de un videojuego, con George A. Romero, conocido como el padre de los zombies tras dirigir 'La noche de los muertos vivientes', eligiendo un ganador para que la idea se convirtiera en un prototipo. El proyecto de Druckmann no resultó ganador. En él, un policía mayor con problemas de corazón trataba de proteger a una joven en un mundo de zombies. 

Ya trabajando en Naughty Dog, desarrolladora del juego, Druckmann quiso darle una segunda oportunidad en forma de cómic a esta historia y se lo presentó a un editor. Ahora, el policía era un delincuente al que su pasado perseguía. Mucho había cambiado pero el núcleo era el mismo. De nuevo, su proyecto no fue aprobado.

Rechazo tras rechazo esa idea acabó creciendo y dando sus frutos en The Last of Us cuando Naughty Dog, que estaba en la cresta de la ola con la serie Uncharted como estandarte, le encargó a él y a Bruce Straley dirigir una nueva licencia. Ambos crearon un juego rompedor, que supo arriesgar e introducir protagonistas muy humanos, poniendo a una chica no sexualizada, y homosexual, en el primer plano de la portada. Un avance disruptor en un sector en el que los estándares eran bien distintos.

Humanidad

Lo que hizo que The Last of Us triunfase entre crítica y público fue la complejidad de sus personajes, que los hacía creíbles. Sus contradicciones son lo que supusieron un salto adelante en los videojuegos, y los equipararon a lo visto en otros medios como el cine o la televisión. No se trató el primer juego en hacerlo, pero sí que fue muy relevante al ser una superproducción la que adoptaba el camino de juegos independientes que habían apostado por este cambio. Y, además, lo hicieron con mucho acierto.

Lo trascendente era mostrar el lado humano de los dos protagonistas. De eso trata la íntima historia creada por Druckmann. Tanto que se pensó en no tener infectados como enemigos para no descentrar el tiro. Estas criaturas son la principal amenaza: humanos transformados que atacan a cualquiera que detectaran.

Eligieron que si estarían presentes para contar con la tensión que generan. Su inclusión, que añadía momentos de terror, y acción, no quitó que The Last of Us sea, por encima de todo, un drama. Con momentos bellos y otros impactantes que enseñan lo mejor, y también lo peor del ser humano. Nadie es bueno o malo, todos son personas tratando de sobrevivir. E incluso, de encontar algo para seguir viviendo pese a lo que se ha perdido en el camino.

Dos retos

Si bien la creación de un mundo consistente, con las ciudades reclamadas por la naturaleza, una nueva sociedad y la humanidad recluida, estaba muy conseguida, lo más destacado fueron Joel y Ellie, a los que interpetaron Troy Baker y Ashley Johnson.

Uno de los dos retos principales a los que se enfrenta la serie es conseguir, al menos, igualar la actuación de ambos. El juego cuenta con secuencias cinematográficas que nada tenían que envidiar a la gran pantalla. Baker y Johnson firmaron actuaciones excelentes en las que, captura de movimiento mediante, se grabó cada gesto de su rostro, movimiento corporal y, por supuesto, la voz.

Disociar a los dos actores originales de la obra será complicado, porque ya tienen nombre y apellido propios. Nada tiene que ver con adaptar un libro como hace 'Juego de Tronos' o un videojuego en el que los protagonistas son poco más que una mascota. Pascal y Ramsey están ante un desafío.

Lenguaje propio

El segundo reto viene de otro de los aciertos del videojuego. Saber narrar a través de su jugabilidad. Ser salvado por Ellie en una pelea frente a unos enemigos, interactuar con el escenario para saber qué pasó hace 20 años en esa zona de Pittsburgh, ver cómo Ellie va aprendiendo cosas nuevas mientras se explora el entorno durante el viaje...Son detalles quefuncionan de cara al argumento y la ambientación, que ayudan a algo fundamental: empatizar.

Es parte del lenguaje del medio, que no puede imitar la serie de la misma manera y que resultaba esencial en la experiencia original. La adaptación televisiva tendrá que aprovechar sus propios recursos. Al fin y al cabo, el propio juego se inspiró en el cine, con 'No es país para viejos', o la película y el libro  'La carretera', como referentes, además de otros como la novela 'Ciudad de ladrones'.

A su favor, la serie tiene la posibilidad de contar más de lo que hizo el videojuego, dando más información sobre su mundo y sus personajes. Es algo que Craig Mazin ya avanzó que harían, refiriéndose a un "momento impactante" eliminado del juego. En cualquier caso, no se trata de reescribir la historia, sino de "ampliar", según sus palabras. Para algo cuentan con Druckmann, "el tío que la hizo".

La película fallida

The Last of Us ya tuvo un intento de adaptación a película que no acabó en buen puerto por diferencias creativas. Sam Raimi se encargaba de la producción y Maisie Williams, también ex de Juego de Tronos, tenía todas las papeletas, según declaraciones a IGN, para interpretar a Ellie. Lo cierto es que el formato de película se le queda pequeño a The Last of Us. En el sentido más estricto de la palabra. Es la historia de un viaje y cómo una relación va cambiando. Algo difícil de condensar en el poco tiempo que ofrece una cinta cinematográfica.

Mucho tiempo ha pasado desde que Druckmann empezó a leer al gurú Robert McKee para aprender a escribir guiones con personajes que se sintieran honestos. Una década desde que empezó a ir a clases de actuación para saber dirigir a Johnson y Baker en su primer trabajo en esa silla. Ahora su creación llega a un público más amplio que podrá conocer a Joel y Ellie por primera vez.

Aquellos que ya vivieron su viaje, podrán disfrutar de su nueva versión. Es evidente que la adaptación no contentará a todos. Y, pese a ello, vale la pena el riesgo. La historia de The Last of Us merece sobrepasar al medio del videojuego, uno al que ha ayudado a ser mejor.

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