Justo a tiempo de hacer los deberes antes de la gala de los Oscar, este fin de semana se estrena en cines la esperada El triángulo de la tristeza, la sátira sobre la élite de Robert Östlund, nominada en las categorías de mejor película, mejor director y mejor guion original que también llega con el aval de la Palma de Oro que consiguió en el último Festival de Cannes, la segunda de su carrera.

La primera la recibió en 2017 con The Square, la radical comedia negra ambientada en un museo de arte contemporáneo, con la que también estuvo nominado en los premios Oscar como mejor película internacional. El triángulo de la tristeza es su primer largometraje en inglés, un comentario salvaje y escatológico sobre el capitalismo y contra los multimillonarios y su estilo de vida.

SERIES & MÁS habló con el cineasta sueco sobre los temas de sus películas, por qué no le interesa hacer cine de autor, la situación de las salas de cine, su próximo proyecto y, por supuesto, de la escena más comentada de su última obra, una larga secuencia repleta de vómitos y heces fecales que ha hecho que muchos espectadores se marchen durante la proyección. 

En alguna entrevista has dicho que con tus películas querías hacer una trilogía de lo que significa un ser un hombre en nuestros días

Escribo películas que se basan en situaciones o dilemas a los que me he enfrentado y, puesto que soy un hombre, es fácil partir de esas experiencias personales con cosas que me hayan pasado a mí o a mis amigos, y usarlas como inspiración.

Y, bueno, sí, como ya sabes, en estos últimos 10 años como hombres blancos hemos sido de alguna manera forzados a revisar nuestro comportamiento. Así que pensé que era un buen contexto para acercarnos al enfoque de la identidad masculina y cómo estamos lidiando con las expectativas sociales y culturales. Espero no continuar toda mi vida con esto, pero reconozco que es una gran fuente de material.

"Mis películas buscan generar una reacción en la sala de cine para darle al espectador una razón para salir de casa"

¿Por qué crees que tus películas conectan tan bien en los festivales y con el público internacional? ¿Qué hace que sean intelectuales y populares al mismo tiempo?

Personalmente me cansó el cine de autor porque parecía que si habla de algo importante no puede entretener. Y mirando el cine de los años 70, el de autores como Buñuel, que fue un maestro y también muy entretenido, me pregunté si era posible crear ese tipo de montaña rusa salvaje para los espectadores adultos de hoy.

Así que cuando empecé, mi plan era combinar la tradición americana de conectar con la audiencia y la tradición europea de discutir sobre la sociedad, tratando de generar conversaciones. Mis películas buscan generar una reacción en la sala de cine para darle al espectador una razón para salir de casa.

"El cine tiene un argumento de venta que no tenía hace 20 años, porque entonces la gente se reunía delante del televisor. Hoy ya no vemos cosas juntos en casa, siempre estamos solos"

Los cines están al borde de la crisis y el espectador ha recurrido a las pequeñas pantallas, ¿cómo crees que se verán tus películas en los próximos cinco o 10 años?

Bueno, puedo hablarte de mi próxima película (The Entertainment System is Down). Está centrada en el sistema de entretenimiento que hay en los vuelos de larga distancia. Pregunto qué pasaría si cuando un vuelo de 15 horas está despegando la tripulación le informa a los pasajeros que ninguna de las pantallas para ver películas funciona. Y descubren que los iPhones, iPad y todas las tabletas tampoco, ¿cómo lidiaría un ser humano moderno con el aburrimiento en ese largo vuelo?

Te puedo asegurar que ver esto va a ser muy entretenido, pero también convulso. Estoy abordando el tema de qué se esconde tras la forma que tenemos de ver esas pantallas, aquello de lo que no nos damos cuenta cuando lo estamos haciendo. Y por qué cuando estamos sentados entre el público en una sala de cine procesamos la imagen de manera diferente.

El cine tiene hoy un argumento de venta único que no tenía hace 20 años, porque entonces la gente se reunía delante del televisor. Hoy ya no vemos cosas juntos en casa, siempre estamos solos. Cuando hay un contenido que vemos juntos la experiencia es distinta y nos hace reflexionar.

Así que el hecho de ir al cine y ver cosas juntos sigue siendo una experiencia única que no podemos replicar en casa. Como industria cinematográfica, eso es lo que tenemos que vender al público. Por supuesto, no volveremos a las cifras que teníamos hace cinco o seis décadas, pero no importa, porque en las salas de cine es donde siguen ocurriendo las cosas más interesantes.

Ruben Östlund detrás de cámaras de 'El triángulo de la tristeza.

Cuando el público vea tu película, muchos hablarán de la escena del vómito, ¿cómo fue el rodaje de esa larga secuencia?

Fue una escena difícil de rodar. Construimos el comedor del yate, uno de los pasillos y la cabina sobre una superficie que se movía simulando las fuertes olas, así que durante las ocho horas de rodaje estuvimos balanceándonos constantemente. El equipo se mareó, no todos, pero sí muchos, a pesar de que tomamos medicación para las náuseas. El proceso fue complicado, porque como director me gusta tenerlo todo bajo control y la situación era caótica.

En cuanto a cómo trabajé con los actores, yo les había dicho que quería llevarlo todo al límite, porque el público al ver la tormenta durante la cena ya iba a esperar que algunos de los personajes vomitaran, pero teníamos que sorprender e ir más lejos de lo que el espectador piensa que iremos. Cuando creí que el público ya no podía ver más vómitos y había ha tenido suficiente, fui cinco pasos más allá de ese límite, porque así estamos sorprendiendo, provocando una reacción, diciendo algo más.

Mentalmente los preparé porque sabía que iba a ser un rodaje muy duro. Me impresionó especialmente Sunnyi Melles, que interpreta a Vera, porque se entregó al papel vomitando encima de la mesa y deslizándose por el suelo del baño. Nunca he conocido a ningún actor que estuviera dispuesto a aceptar más retos físicos que ella. Estuvo fantástica.

[Clips en exclusiva de 'El triángulo de la tristeza', la sátira de la élite ganadora de la Palma de Oro en Cannes]

¿Y ruedas muchas tomas, cierto?

Sí, pero en el caso de los vómitos rodamos menos de lo que hago normalmente. Hacemos una como ensayo y descansamos para guardar energía. Hacemos una toma general, y guardamos energía. Entonces, cuando llegamos a la toma 15 o algo así, digo: "muy bien, quedan cinco". En ese punto revisamos todo lo técnico y compruebo que todos estemos bien. Quiero que se sientan bien, pero también que sientan que es ahora o nunca, para que se esfuercen y lo den todo.

En este rodaje en lugar de decir "Acción" usé un gong para marcar cuando empezábamos a rodar cada toma y eso creó un ambiente especial, una vibración especial cuando estábamos rodando.