Tras Londres, Berlín, Ámsterdam y Melbourne, ha acabado ocurriendo en Madrid. Dos activistas de un colectivo desconocido, Futuro Vegetal, pegaron ayer sábado, a las 13,30 horas, sus manos a los marcos de los cuadros de 'La maja desnuda' y de 'La maja vestida' de Francisco de Goya en el Museo Nacional del Prado. Ha sido su protesta por la emergencia climática. Entre ambos marcos escribieron '+1,5º' para detallar que la temperatura mundial está subiendo, algo que provocará "un clima inestable y graves consecuencias en todo el planeta".

Tras una primera inspección, el Prado ha constatado que las obras no han sufrido daños, pero sí se han dañado sus marcos, en particular el de 'La maja desnuda'. Los dos activistas, un hombre y una mujer de 18 y 21 años, han sido posteriormente detenidos por la Policía Nacional por daños y alteración del orden público. Además del pegamento, se les ha intervenido un plano de la pinacoteca con indicaciones de seguridad.

[Dos activistas pegan sus manos a los marcos de los cuadros de 'Las Majas' de Goya en El Prado]

Son de nacionalidad española, y uno de ellos se llama Samuel: antes de pegar su mano al cuadro, pidió perdón. Gritó, mientras era increpado por los visitantes, que lo hacía "porque tengo pánico al cambio climático".

[El Prado "repudia" el ataque a 'Las Majas' de Goya pero rechaza explicar su protocolo de seguridad]

El pasado 24 de octubre, y tras los episodios de protesta vandálica en varios museos europeos, el Ministerio de Cultura que dirige Miquel Iceta envió un comunicado a todos los museos nacionales para instarles a extremar las medidas de seguridad y "ser exhaustivos" en el cumplimiento de las normas de acceso que los visitantes ya debían cumplir para acceder al recinto. Está terminantemente prohibido entrar con bebidas, mochilas y bultos grandes, paraguas y otros objetos punzantes.

Pero ¿qué es Futuro Vegetal? Según se definen en su web, son "un colectivo de desobediencia civil y acción directa que lucha contra la Crisis Climática mediante la adopción de un sistema agroalimentario basado en plantas". 

El dominio web de Futuro Vegetal fue registrado el 19 de enero de este año en Arizona, Estados Unidos, a través de Privacy Guardian. Son los únicos datos abiertos que ofrece whois, el protocolo TCP para consultar en una base de datos el propietario de un nombre de dominio o una dirección IP en Internet.

Hacen reuniones telemáticas cada martes a través de una plataforma de videollamadas. La próxima está prevista para este martes a las 8 de la tarde. Para acceder a la invitación es necesario facilitar datos como nombre, correo electrónico y teléfono. La plataforma de videollamadas advierte que la protección de datos corre a cargo del organizador.

El experto informático Guillermo Vázquez, a preguntas de EL ESPAÑOL responde que "han pagado por tener protección de whois, lo que significa que probablemente Arizona sea una ubicación falsa". Su servidor, eso sí, se ubica en Alemania, pero la IP del servidor de descargas de material como pegatinas y carteles de su web se encuentra en Estados Unidos. La web carece de certificado de protección de datos, obligatorio por ley.

Sus demandas

Su principal exigencia es al Gobierno de Pedro Sánchez. Futuro Vegetal quiere que termine "con las subvenciones a la ganadería" y ese dinero público vaya destinado a "promocionar alternativas social y ecológicamente responsables basadas en plantas para afrontar el necesario cambio de sistema alimentario".

Su herramienta para reivindicar son acciones como la perpetrada ayer en el Museo del Prado: perturbar. Aseguran que pegar las manos a los marcos de las dos majas de Goya en el Prado es ponerse "en peligro". "Actualmente existe una enorme violencia intergeneracional perpetrada por nuestros gobiernos", explican. Por ello,"intentamos sacar a la luz esa violencia y despertar la conciencia pública poniéndonos en peligro, como han hecho muchas antes que nosotras".

Las acciones de Futuro Vegetal, asegura el colectivo "requieren un alto nivel de compromiso por parte de las participantes, sobre todo al principio, con el fin de arraigar una cultura de valentía y sacrificio que esté a la altura del desafío".

"Perturbamos al público porque es una parte integral de la economía, el drama causado permite un importante alcance mediático y porque respetamos a la gente lo suficiente como para invitarle a participar en la democracia y elegir: ¿Hambrunas, sequías y desesperación o un futuro?". Defienden que no tiene alternativa porque las instituciones "han fracasado". 

Su actividad es tan reciente como su creación. Su primera protesta tuvo lugar tres días después de registrar el dominio web. El 22 de enero protestaron frente al Ministerio de Agricultura contra las subvenciones a la ganadería y las macrogranjas. Para ello, además del megáfono y la pancarta, arrojaron pintura a la fachada del ministerio.

Dos meses después, el 28 de marzo, se animaron con una segunda protesta frente a la sede del PSOE de Madrid, donde no arrojaron pintura, pero sí se pegaron a la fachada y posaron sonrientes. Convocaron la protesta, sujetando unos carteles, "tras las declaraciones de Pedro Sánchez respecto a la polémica de las macrogranjas" por "la inacción del ejecutivo en torno al imprescindible cambio de sistema alimentario".

Su última acción reivindicativa, antes de la de ayer, tuvo lugar el 7 de junio. Fue aprovechando las elecciones andaluzas, y como protesta "por la falta de debate público durante la campaña electoral sobre la soberanía alimentaria y su relación con la Crisis Climática en la región más afectada de la Unión Europea".

Una activista de Futuro Vegetal, frente a la sede de IU Andalucía el pasado junio. Futuro Vegetal

Para ello, lanzaron pintura roja, eso sí, "biodegradable" en las sedes andaluzas del PP, VOX, PSOE e Izquierda Unida, dejando fuera las sedes de Podemos y de Adelante Andalucía. 

Criptomonedas y millonarios

Tras el lanzamiento de la sopa de tomate de Just Stop Oil -cuyos activistas también se pegaron al marco del cuadro- días después se perpetraron protestas similares contra obras de Monet en Berlín, Picasso en Melbourne y Vermeer en Ámsterdam. Just Stop Oil recibe fondos del Climate Emergency Fund, una organización creada en 2019 en Los Ángeles (EE. UU.), según The Guardian. Esta, según indica su web, ha repartido hasta cuatro millones de dólares entre 39 grupos de activistas "valientes y ambiciosos".

Una de las impulsoras de Climate Emergency Fund es Aileen Getty, nieta de John Paul Getty, fundador de la Getty Oil Company, y bisnieta de George Franklin Getty, pionero de la industria petroquímica en Estados Unidos. Climate Emergency Fund también ha financiado a Extinction Rebellion.

Precisamente, Futuro Vegetal es un grupo descentralizado de Extinction Rebellion para operar en España. Obtiene beneficios a través de una página de crowdfunding, Open Collective, que administran desde el pasado mes de junio. Según esta web, tiene 6 colaboradores y ha recaudado 180 euros.

Esa es la parte visible de su financiación. Porque al solicitar más información a través de un correo protegido de protonmail, se rellena un formulario que, al acabar, lleva a una página de Open Collective donde se aloja Cryptpad: una caja de contribución colectiva en criptomonedas. Cryptpad tiene actualmente un saldo de 110.035,75 euros.