La victoria de la ultraderechista italiana Giorgia Meloni en las elecciones de su país ha provocado, de forma inevitable, que el foco de atención en España haya girado hacia Macarena Olona. El rostro femenino de Vox despierta una multitud de paralelismos con la ya electa primera ministra de Italia. Y no ha hecho falta ir a los sesudos análisis de politólogos para definirlos, pues fue la misma Olona la que dijo públicamente, en un artículo publicado este lunes en El Independiente, “Giorgia, sei ispirazione”: Giorgia, eres inspiración.

En el texto, Olona emula a su manera el repetido mantra de Meloni en sus intervenciones públicas. Unas palabras que han definido al personaje y que resonaron por primera vez a la mayoría de los españoles cuando las pronunció en un mitin electoral de Vox en Marbella en el contexto de las pasadas elecciones andaluzas: “Soy Giorgia. Soy una mujer, soy una madre, soy italiana, soy cristiana. No me lo vais a quitar”.

Con esos cinco pilares, Meloni ha articulado un discurso centrado en la identidad a través de un partido de nuevo cuño, Fratelli d’Italia, fundado en 2012, que se distanció de la desgastada derecha tradicional italiana de Berlusconi y del primero de los radicales, la Lega de Matteo Salvini. Su discurso se ha ido adaptando a las demandas populares, corrigiendo los puntos más polémicos y aprendiendo de los errores que primero cometieron otros, como el propio Salvini o su espejo en Francia, Marine Le Pen para triunfar en las urnas.

Giorgia Meloni, vencedora de las elecciones en Italia.

Es inevitable que los paralelismos se hayan multiplicado en las últimas semanas, con la irrupción de Olona como líder política con voz propia, tras romper con Vox y amagar con lanzar un nuevo movimiento. Una mujer, según describe el experto en comunicación política y miembro de ACOP (Asociación de Comunicación Política) Pedro Marfil, “que ha tenido cancha en el Congreso, está bien preparada y tiene un discurso populista simple”.

El atractivo mediático de Olona la ha catapultado hacia la primera fila política y el triunfo de su amiga le ha puesto delante, de forma definitiva, el espejo en el cual mirarse. “Soy una mujer, soy una madre, soy española, soy cristiana. Y, como política, he luchado, y seguiré luchando, para que nadie me lo arrebate”, seguía la alicantina en su tribuna, sin separarse una coma del alegato de Meloni.

Porque su discurso, decálogo ideológico y sus formas, son un calco, a pesar de desenvolverse en contextos muy diferentes. Estos son cinco de los principales puntos en los que han coincidido de forma paralela en los últimos años, sin tener apenas referencias la una de la otra. A partir de este domingo, la simbiosis parece que irá a más:

Políticas de género

En un sonado discurso el pasado mayo, Olona cargó con todo contra la ideología de género y el feminismo, asegurando que este último movimiento es “antifamilia” y “antimaternidad”. “La ideología de género elimina los sexos. elimina el sexo femenino y con ello la lucha histórica por nuestros derechos”, añadió Olona desde la tribuna del Congreso de los Diputados, al tiempo que puso a la familia como la institución que “debe ser el centro de todas las políticas públicas”.

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En términos similares se pronunció Meloni en una de sus intervenciones más difundidas a través de las redes sociales: “Sí a la familia natural, no a los lobbies LGBT; sí a la identidad sexual, no a la ideología de género; sí a la cultura de la vida, no al abismo de la muerte; sí a fronteras seguras, no a la inmigración masiva”. 

En esta enumeración pronunciada con voz ametrallada, Meloni introdujo otros temas como el aborto, de la que es una firme opositora, al igual que Olona, quien se ha pronunciado en contra de la reforma de la Ley impulsada por la ministra de Igualdad Irene Montero. También adelantó otros asuntos en los cuales Olona se pronuncia en la misma línea, como la inmigración.

Inmigración

"No todas las costumbres son respetables. Es más, hay costumbres que es nuestro deber combatir", dijo Olona también en mayo, en una clara alusión a la inmigración procedente de países musulmanes, relacionando el fenómeno con una creciente inseguridad en las calles. “Si importas inseguridad, tienes inseguridad: 20 millones de nigerianos en España no hacen España, hacen Nigeria. Y no tiene nada que ver con la nacionalidad ni la raza, sino con el origen y la cultura”, pronunció en el mismo discurso.

Por su parte, Meloni se ha mostrado igualmente tajante y, en concreto, ha tratado de sacar rédito político de una de las líneas más manidas por Matteo Salvini: el control migratorio del Mediterráneo. Entre las propuestas de la nueva líder derechista italiana, se encuentra un “bloqueo naval” a las embarcaciones y a las ONG que rescatan a migrantes en el Mediterráneo y recalan en puertos italianos.

Macarena Olona.

"Queremos acabar con la inmigración descontrolada que ha alcanzado cifras increíbles en nuestras costas", aseguró, en referencia a esta medida, en una entrevista en el diario argentino Clarín.

Patria

Las referencias a la patria han sido de las más repetidas en los discursos de ambas líderes políticas. “Los trabajadores quieren Patria, ministra”, le espetó Olona a Yolanda Díaz en diciembre de 2021. “Son tantos los enemigos de la Patria que intentan debilitarnos a base de difundir bulos y ponernos etiquetas... Yo les digo: hacéis bien en temernos”, aseguró un año antes, en 2019… Sus menciones a gestas históricas patrióticas como la toma de Granada por parte de los Reyes Católicos han sido otro de los puntos destacables de su discurso en la última campaña…

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Por su parte, es una constante en los discursos de Meloni las referencias a Italia, y a la patria. Sin ir más lejos, su lema ha sido siempre, desde la fundación de Fratelli d’Italia, “Dios, patria y familia”, tres columnas ideológicas a los que apelaba el fascismo de los años 30, después de que lo acuñase en 1931 el por entonces secretario general del Partido Nacional Fascista, Giovanni Giuriati.

Ambas, además, defienden la unidad política y territorial de sus respectivos países contra las reivindicaciones regionalistas. En el caso de Meloni, el discurso por la unidad le diferencia del hasta ahora líder de la extrema derecha italiana, Salvini, que ahora se ha presentado en coalición con la vencedora. Como líder de la Lega, su visión de la unidad nacional estaba condicionada por las propias bases fundacionales de su partido, nacido en las regiones ricas del norte de Italia. Salvini también ha coqueteado con el independentismo catalán.

Política Exterior

En los discursos de ambas líderes también ha sido un tema central el rechazo al tutelaje de la Unión Europea -si bien este ha sido más directo y acentuado en la italiana- y de los objetivos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas por una soberanía de los propios estados. Además, ambas mujeres, por contra de otros movimientos europeos de extrema derecha, se han mostrado favorables a una visión atlantista del mundo, partidarias de la OTAN y contrarias a Putin y a la invasión rusa de Ucrania.

Olona bendijo la intervención del presidente ucraniano Volodímir Zelenski en la cámara baja mientras que Meloni tildó de “inaceptable” el ataque ruso sobre territorio de Ucrania el mismo día que estalló la guerra. De nuevo, en este punto, Meloni se ha diferenciado de su predecesor en el liderazgo de la extrema derecha en Italia, Salvini, cercano a Putin.

El abrazo entre Olona y Meloni tras un mítin de Vox en Marbella en la campaña de las pasadas andaluzas.

Las formas

Además de la multitud de rasgos ideológicos que comparten, Olona y Meloni son igualmente una simbiosis de formas y de manera de comunicar. “Son un manual de populismo”, describe Pedro Marfil, el experto en comunicación política. “Se mueven en la dicotomía constante de amigo-enemigo, o estás conmigo o estás contra mí, o eres solución o eres problema”, recalca.

Para el experto, lanzan mensajes “simples”, que no "fuertes", de forma “vehemente” y “beligerante”. “Dan respuestas muy sencillas a problemas muy complejos, tienen herramientas narrativas muy contundentes y mediáticamente acaparan mucha atención, por el hecho de que son mujeres y de tener buena preparación”, añade. 

Sin embargo, Marfil señala algunas diferencias obvias: “Meloni es un animal político que se ha dedicado toda la vida a esto, ha sido ministra, mientras que Olona acaba de llegar. No son fenómenos comparables por el alcance que tienen, aunque ahora Olona aparece más en los periódicos”.

Meloni surgió del neofascismo y de la afinidad declarada por el Duce Benito Mussolini. Olona es una advenediza de la política con una carrera como funcionaria estatal. No se ha pronunciado por sus filias en la dictadura franquista, aunque es una firme opositora a las políticas de memoria histórica. Ambas, sin embargo, convergen en el discurso de una nueva derecha radical, tanto en forma como fondo; de nuevas marcas partidistas sin manchas del pasado, de discursos de verbo fácil y ataque rápido que, por el momento, en Italia, han provocado un terremoto que amenaza con contagiar a toda la UE.