Eran las 08.20 horas de este domingo, cuando la tragedia golpeaba de lleno a la localidad jienense de Úbeda. Francisco Javier A., de 52 años, se precipitaba al vació tirándose desde su vivienda, en un cuarto piso, y moría en el acto. Lo hacía tras haber acometido presuntamente un triple crimen, el de su esposa, Belén S. (46), y el sus dos hijos, Adrián e Iván, de 17 y 10 años respectivamente. Minutos antes, había apuñalado a su mujer, al pequeño y había intentado hacer lo mismo con el mayor, que aunque logró escapar a casa de sus vecinos de enfrente, tampoco logró sobrevivir

Los gritos, en ese momento, se apoderaban de la calle. Sobre todo en el caso de la hermana del presunto asesino, que andaba por las calles aledañas, mientras hablaba por teléfono, cuando le informaban de lo que había hecho Francisco Javier.

Al instante, los vecinos de enfrente de esta familia andaluza llamaban al 112 para intentar salvar la vida del hijo mayor del matrimonio y alertar de que el padre se había precipitado en la vía pública desde un bloque de pisos, en la plaza de Palma Burgos. Hasta que el hijo mayor no acudió a pedir auxilio, según explican algunos vecinos, nadie escuchó gritos en el interior de la vivienda. 

Casi de inmediato, los efectivos policiales llegaban al domicilio, donde está familia vivía desde agosto de 2019; al subir después al rellano de la cuarta planta, localizaban a Adrián (17) malherido en el piso de sus vecinos. En la vivienda de al lado, hallaban el cuerpo Belén en el salón, con varias heridas de arma blanca, y en una de las habitaciones al pequeño Iván, con heridas igualmente de arma blanca. 

Los servicios de emergencias trasladaban al hospital San Juan de la Cruz con extrema rapidez al único superviviente de la familia, pero fallecía poco después de llegar allí a causa de las heridas que le había causado su padre. 

"Lo tenían todo"

La Policía Nacional trata de esclarecer si se trata de un asesinato machista. Según ha informado la subdelegación del Gobierno en Andalucía, no existían antecedentes ni denuncias previas por violencia de género. Así lo confirman también fuentes del entorno cercano de la familia a EL ESPAÑOL. "Esto ha sido una tragedia, no entendemos nada, lo tenían todo", subrayan. 

La familia A. vivía en Úbeda desde hace menos de un año. Los cuatro se trasladaban en agosto pasado a un piso alquilado para que los menores, Iván y Adrián, pudiesen empezar las clases en el colegio en septiembre. Según asegura su entorno, el sueño de Francisco y Belén era trasladarse a la ciudad jienense a vivir y lo habían conseguido. Hasta entonces, habían vivido en Villacarrillo, la localidad natal del padre donde tenían un piso en propiedad. 

Tanto el asesino como su mujer procedían de una larga tradición familiar olivarera. Los padres tanto de Belén como de Francisco poseían varios terrenos con olivos y se dedicaban a ello mientras vivían en la localidad de Villacarrillo. Francisco además también trabajaba en una fábrica de aceite en Castellar, otro municipio jienense cercano al que vivían. 

Ansiedad y depresión

Belén, en cambio, oriunda de Las Escuelas [una pedanía de Baeza], se dedicaba al cuidado de sus hijos, aunque también era propietaria de las fincas que gestionaba su marido y su familia. "Nunca hicieron ver que tenían problemas, él venía siempre con sus dos hijos al bar a tomar algo, se tomaba unas cañas y se iba, comenta el dueño de un bar cercano a la última vivienda de esta familia andaluza. 

Eso sí, confiesa, "hace un tiempo que dejó de venir". Según relata el entorno cercano de la familia, Francisco Javier tuvo una baja laboral hace unos meses por "ansiedad y depresión". Aunque se recuperó, no obstante, "después del confinamiento estaba muy raro", señalan. 

La mujer, en cambio, "tenía un ritmo de vida normal, era muy simpática". "Hacía zumba con un grupo y no le gustaban mucho los móviles, no tenía ni siquiera WhatsApp, la última vez que hablé con ella fue por el chat de messenger a través de Facebook", cuenta su entorno. 

Reservado y responsable

Desde la Escuela de Arte en la que estudiaba Adrián, la dirección del centro y los alumnos también han querido despedirse de su compañero. "Nunca hubiéramos querido dar esta noticia. Las redes de nuestra escuela han sido una pequeña ventana desde la que hemos difundido las creaciones e ilusiones de nuestro alumnado; pero desgraciadamente hoy nos hemos levantado con una noticia que nos ha encogido el corazón. Hoy hemos conocido el fallecimiento, en un acto de violencia de género, de nuestro alumno de 1º de Bachillerato Adrián A. S., de 17 años". 

"Desde la Escuela de Arte Casa de las Torres queremos acompañar a la familia en su duelo y a sus compañero de aula, decirles que trabajen en el nuevo curso para cumplir sus sueños y los de su compañero Adrián. Un alumno reservado, responsable y trabajador al que le apasionaba plasmar en sus dibujos, sus sueños", escribía en un mensaje el centro docente. 

La muerte de Belén, Adrián e Iván a manos presuntamente de su padre ha causado una gran consternación en la ciudad ubetense, así como en las localidades de las que procedían los padres.  El Ayuntamiento de Úbeda ha anunciado que convocará un minuto de silencio por las víctimas y decretará tres días de luto oficial.

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