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Víctor Grande: El cómico adoptado por A Coruña que vive entre guiones e improvisación de humor

El humor dirige la vida de este showman que escribe guiones para programas de entretenimiento televisivos, hace monólogos, ha creado una escuela de improvisación de humor o impulsado una liga regular de Trivial con cada vez más éxito en la ciudad herculina
Víctor Grande.
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Víctor Grande.
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El humor dirige la vida del ourensano pero ya adoptado como coruñés, Víctor Grande, que a sus 43 años es una de las caras más conocidas de la risa en A Coruña y a nivel gallego gracias a la escuela de improvisación que arrancó hace un año en la ciudad herculina junto al también cómico Oswaldo Digón o su faceta de guionista para programas de entretenimiento en directo de la Televisión de Galicia (TVG). Tiene múltiples facetas, incluso las de presentador y oficiante de bodas, y uno de sus últimos y exitosos proyectos ha sido el impulso de un Trivial en formato "televisivo" por equipos en el Ateneo de Riazor.

Se define como un showman, aunque reivindica su timidez cuando no está encima de un escenario y sabe trabajar bajo presión porque en los formatos para los que trabaja en la televisión autonómica tiene que tener la agudeza suficiente para escribir los guiones por la mañana y que salgan por la noche. Subraya que fundamentalmente ha orientado su vida a la comedia y a la comunicación, a pesar de que está titulado en Ingeniería Técnica en Informática de sistemas, una profesión de la que no ejerce pero de la que sí aplica determinado aspectos para entenderse con algunos sectores.

Ha estudiado Comunicación Audiovisual y el máster de profesorado, con la intención de que si algún día aborrece la comedia se pueda reciclar y dedicarse por entero a la formación, aunque actualmente parece complicado que pueda darse este giro en el cómico, que admite que en su familia, figuras como su padre, también han nacido con una gracia natural que les caracteriza.

¿Con tantas facetas diferentes cómo es tu día a día?

Pues yo soy autónomo y eso significa que funciono casi semana a semana, pero más bien es es día a día porque las cosas van cambiando, mi rutina diaria es totalmente aleatoria. Hoy -en referencia al pasado martes- por ejemplo, por la mañana quedé con unos unos alumnos de la escuela de improvisación para grabar un spot e hicimos algunas tomas en una cafetería y acabamos mojándonos los pies en la playa.

Ahora estoy en esta entrevista y por la tarde me voy a editar el vídeo. A lo mejor mañana tengo una actuación y como hago oficios de boda el sábado tengo una. Es todo súper aleatorio, no existen para mí los fines de semana como tal. Soy mi propio jefe, me puedo administrar el tiempo, la palabra clave es caos, pero es un caos divertido, no puedo decirte que todos los días haga la misma secuencia de cosas y ahora, por ejemplo, no estoy en ningún programa de televisión guionizando nada entonces tengo más tiempo libre para mis propios proyectos.

Cuando estoy currando en la tele tengo una serie de horas asignadas para dedicarle a eso, entonces ahí hay un poquito menos de tiempo para hacer otras cosas. Tengo la obsesión de estar haciendo cosas nuevas todo el tiempo y el día que me canse pues me cansé, pero mientras tanto la energía está a tope.

¿Cuál fue tu primer contacto con el humor y qué fue lo que te enamoró de este mundillo?

Tengo como dos recuerdos clave, aunque realmente empecé a hacer monólogos en la universidad que se había puesto de moda en aquella época el Club de la Comedia en la televisión. Empezamos algunos amigos a hacer pinitos y mi primer contacto con la comedia fue por mi familia, sobre todo por parte de padre, pero en general mi familia al completo. Mis tíos y mi padre son muy graciosos, tienen gracia natural y les gusta hacer juegos de palabras.

A otro tío mío le gusta mucho contar anécdotas y a otro chistes, entonces es cada uno como un hermano Marx. Otro de mis recuerdos es el de encontrar una cinta de casette de mis padres cuando tendría 10 años, pensando que era música y lo que estaba sonando eran Les Luthiers y escuché eso y dije ¿pero esto qué es? Me empecé a morir de la risa y lo ponía en bucle. Mis referentes fueron ellos y Gila, que lo veía en la tele y me hacía mucha gracia y de alguna forma yo creo que me fui quedando con detalles porque me gusta mucho como hacen Les Luthiers, juegos de palabras, jugar con el lenguaje y todo ese arte que tienen creativo.

Entonces me agrada mucho el humor que tiene que ver con el lenguaje, de cambiar las palabras, de buscarles doble sentido, un poco de retranca gallega mezclada con el humor argentino. Creo que ahí se sembró una semillita. Pero el primer monólogo que hice oficialmente, la primera vez que me subí a un escenario, fue en la universidad, en informática, intentando sacar dinero para el paso de Ecuador. Hicimos una cosa que se llamó El Club de la Comedia y organizamos una especie de concurso de monólogos.

Liamos a unos cuantos amigos, yo salí a presentar, no sé ni cómo dije, pues presento. Escribí tres monólogos para tres amigos y de hecho en ese primer edición que hicimos había un chico que fue el que ganó, que es Danny Boy Rivera, que es ahora guionista en La Resistencia de Broncano. A raíz de todo esto una chica nos ofreció hacer los monólogos en su bar, que eran malísimos al principio, ahora leo las cosas que hacíamos y están totalmente desfasadas, machiruladas terribles con lenguaje chungo.

Todo el mundo era virgen en el mundillo, tanto el público como la gente que empezaba a hacer monólogos y yo soy de la quinta también del cómico Rober Bodegas. Él estudiaba también en la UDC y empezó a hacer monólogos en aquella época, al igual que Oswaldo Digón y un montón de cómicos, sobre todo hombres. En aquella época, por desgracia era así, pero ahora están cambiando las cosas.

¿Qué te trajo a A Coruña?

Me vine a estudiar informática, la única carrera de informática que no había en Ourense, porque en mi época había tres informáticas distintas. Entonces yo dije que "qué casualidad, me tengo que ir porque la de A Coruña es la más prestigiosa", pero en realidad era la forma de ir a estudiar fuera de casa y por suerte mis padres podían permitirse que yo estudiase y fue una maravilla el poder irme. Quien tenga la oportunidad de estudiar fuera debe hacerlo porque aunque solo sea cambiar de ciudad, pues ya te trae aires nuevos, la necesidad de aprender y la sensación de libertad, de tener la posibilidad de estar a tu aire, y al final me quedé.

¿Te consideras un koruño? No sé si haces cosas muy de esta ciudad.

Me empapé del koruño, de la coruñesía, como le quieras llamar. Al principio me llamaba la atención porque claro, yo oía hablar a la gente en los barrios y todas las expresiones, pues al final escribí una canción hace tiempo que era la de 'Bu, neno, es lo que hay', que se hizo muy famosa en A Coruña y que hablaba un poco en jerga coruñesa de la historia de un tipo que montaba fiestas en su piso y unas trujas, o sea, le metía todas las frases típicas.

Se hizo muy famosa porque un colega mío hizo un documental, que es un falso documental, que se llamaba 'Koruño, legado de Hércules' en el que incluso salía Arsenio Iglesias, imagínate. Era sobre eso precisamente, sobre la forma de hablar y esa canción salía en el documental. De alguna forma, lo que al principio era una cosa como llamativa, como exótica para mí, el koruño acabó empapándose y metiéndose en mi forma de de ser. Yo no hablo con esta jerga de forma natural, pero sí que la meto en los monólogos muchas veces.

Cuando voy a actuar fuera ya te digo que lo primero que hago es decir que soy de A Coruña. Si actúo en Galicia, pero fuera de A Coruña, siempre meto coñas de A Coruña, de la ciudad, de la gente, de cómo hablan y demás. Y ya no te digo si voy a actuar a Vigo, el público de monólogos en esa zona cero rivalidades porque entra muy bien en los chistes y al final yo me río un poquito de A Coruña también de forma tranquila y ellos lo encajan guay.

Proyectos actuales y futuros.

Ahora lo más importante es la escuela de improvisación que montamos Oswaldo Digón y yo. Dentro de unos días organizaremos también un taller de improvisación y la idea es captar nuevos alumnos. La escuela empezó este año 2022-2023 y tuvimos 30 alumnos en tres niveles: iniciación medio y avanzado. La idea es que el año que viene crezca un poquito y la mayor parte de los alumnos quieren continuar, luego depende de la vida, algunos se quedarán, otros no, pero bueno, hay gente con la que ya llevamos trabajando varios años en otros sitios y que vinieron a la escuela.

La idea es expandir la escuela a dos ámbitos: el empresarial y a los colegios. Como la improvisación da para mucho, tiene una serie de enseñanzas transversales que tienen aplicación en el mundo empresarial, porque por ejemplo, la improvisación se basa en en manejar la incertidumbre porque tú no sabes lo que va a venir y tienes que resolverlo muy rápido.

Tienes que desarrollar la creatividad, desarrollar el trabajo en equipo. El team building, por ejemplo, la improvisación es maravillosa para eso, pues es asumir roles que no son los tuyos habituales. Tiene una serie de cualidades que se aplican a la improvisación teatral, pero que son perfectamente extrapolables al mundo de la empresa. La idea es llevar esa enseñanza a la parte lúdica, pero también a la parte formativa.

Luego hay muchas cosas, porque el último programa de tele que escribí saldrá en breve, uno sobre literatura muy divertido y para todos los públicos en Televisión de Galicia 2, que es el la sección cultural. Como yo soy como un un proveedor de servicios, a mí me llaman agencias de publicidad, agencias de eventos y demás para hacer eventos de empresas o sitios de boda, un montón de cosas y eso es un continuo, eso está siempre en activo. Y luego como proyecto súper personal estoy escribiendo una novela.

Ya has publicado un libro.

Sí, hace tiempo, y era como una recopilación de monólogos, de textos que hacía yo en la radio. Pero esta es una novela en tono de humor, por supuesto. Muy rara, que está el 60%, voy muy despacito, muy muy bueno. Ahora estoy escribiendo y con la sensación de esto a lo mejor no, no vale, entonces bueno, sí que tiene que pasar por varios procesos, es una asignatura pendiente que tengo ahí desde hace tiempo. La quiero terminar porque ya tengo un montón de ideas para otras, pero primero hay que hacer la primera e ir viendo paso a paso.

Otras de tus facetas es la organización de Trivial, ¿estás orgulloso de esta especie de boom?

El Trivial es algo que se hace en muchos sitios y de muchas formas, incluso yo hace 15 años llegué a jugar en el Universal de A Coruña. Cada persona que organiza un trivial tiene su propio estilo y yo recogí el guante de mi hermano que lo hace en Ourense y su forma de hacerlo. Le metí una capa más de humor, de ser más distendido, más divertido y preguntas propias, todo unido a un Trivial Exprés, que son 10 preguntas rápidas que se hacen con una app y gana puntos el que más acierte y más rápido conteste.

La nueva liga de Trivial empezará entre septiembre y octubre. Probablemente hagamos pretemporada ahora en julio, agosto y septiembre, un Trivial al mes y después a partir de octubre la liga regular. Si todo va bien hay un un proyecto que lo voy a hacer en Vigo, vamos a hacer una prueba en septiembre.

¿Qué podemos esperar de tu programa de radio 'Ojo Cuidado'?

Tuvo muchas vidas, lo empezamos a hacer en Radio Coruña, en la Cadena Ser en verano. Esa fue la primera temporada como para cubrir un hueco libre que quedaba y luego lo hicimos de forma más regular, porque fueron nueve programas. Luego hicimos una segunda temporada que ya fue durante todo el año un formato más reducido. Llegamos a estar en directo en el Garufa en el tercer año y el cuarto lo hicimos en el Ateneo con un formato late night. Hice una versión en pandemia, un formato podcast.

Llevo haciendo radio muchos años y esto es como pues un huequecito para liar a amigos y hacer un programa de entretenimiento con humor, con secciones que fueron cambiando, al igual que los colaboradores. Cada temporada que se hace es totalmente distinta, hicimos cinco y si hay una sexta no tendrá nada que ver, incluso puedo hacerla desde una piscina o un avión. La idea era hacerlo desde un tren en un trayecto de A Coruña-Vigo, por ejemplo, pero eso queda ahí, en el aire y a lo mejor algún día se hace.

El Ojo Cuidado es para pasarlo bien, es algo sin pretensiones y también para estar activo. Llevo como 12 años colaborando en la radio, haciendo micro secciones, como columnas de opinión. Acabé esta temporada los domingos en 'El coruñés opina', pero es un minuto y medio de radio que me grabo yo en mi casa. La radio es algo que engancha mucho y si lo haces con público en directo pues ni te cuento. El primero que hicimos con público en directo fue en la librería Berbiriana hace unos años y a partir de ahí otros en el Garufa con Touriñán que incluso se quedó gente fuera.

Oficias bodas y presentas eventos, no te falta detalle. ¿Cómo surgieron estas facetas?

Pues hago todo lo contrario a una boda ñoña. Las parejas que me llaman para para que yo oficie la boda es porque no quieren algo lacrimógeno y ñoño, con todos los respetos, porque cada uno tiene su gusto. Lo que es un oficio de boda con 80% de humor y un 20% de parte emotiva, porque siempre hay un poquitito de emoción y es un día muy especial. Les pido a las parejas que me cuenten la historia de su vida, pero por separado y las versiones muchas veces no se parecen (risas).

Entonces me llegan las dos versiones. Yo tengo un cuestionario con un montón de preguntas, entonces ellos me la contestan y por lo general la mujer escribe un tocho muy grande y el hombre un telegrama, en el caso de las parejas heterosexuales. En otras parejas hay un 50-50, pero con eso hago un monólogo en el que cuento la historia de su vida de forma divertida y funciona muy bien. Después hacemos una parte en la que algún familiar dice unas palabra y posteriormente un reto final que es un poco a gusto del consumidor, siempre en tono de humor.

Escribo un poema personalizado para los novios de risa. O sea, con "en la salud y en la enfermedad", pero le meto bromas y cosas que tienen que ver con ellos. Es de los mejores trabajos del mundo porque es súper agradecido, los novios se suelen quedar encantados porque evidentemente me meto un poquito con ellos, les meto alguna pullita, pero bueno, siempre desde el respeto y en el fondo es contar su historia delante de su familia y sus amigos. Todo empezó de casualidad cuando me pidió un amigo que quería que oficiase su boda. De esa boda me salió otra y de esas tres y se fue haciendo así, un poco boca a boca.

¿Cómo es el Víctor a nivel personal alejado del humor?

Yo soy súper tímido, ahora tengo la careta de cómico porque estoy haciendo una entrevista, pero soy muy cortado de hecho. Soy tímido con famosos, me cuesta horrores acercarme a alguien a no ser que estemos en el mismo evento y yo lo presente. Me gusta el anonimato, me voy a cafeterías a escribir y si voy muchas veces a una cafetería y me empiezan a conocer cambio de local porque en realidad me apetece estar más tranquilo y pasar desapercibido. No soy súper conocido, solo a nivel local y Galicia.

¿A Coruña es una ciudad con humor donde gusta reírse o es una ciudad seria?

Creo que es una ciudad con mucho humor, la regla básica del humor es reírse de uno mismo y evidentemente no todo el mundo, pero en general la "coruñesía" pues sí que se ríe. La gente se ríe pues de la forma de ser que tenemos, de si se habla poco gallego o no, o sea todas todas las cosas que tenemos en en la idiosincrasia coruñesa.

A la gente le gusta reírse y en mi experiencia en A Coruña, al público coruñés si le das lo que quiere, que es pues un poquito de humor local, un poquito de humor urbano, es súper agradecido. Tanto es así que aquí celebramos el Encuentro Mundial de Humorismo (EMHU), qué te voy a contar. Además, esta es una ciudad de grandes cómicos porque Luis Piedrahita es coruñés, Rober Bodegas, aunque es de Carballo, se ha formado en A Coruña y Perdomo también. Mucha gente que luego ha llegado muy alto en la comedia son de por aquí, de A Coruña y toda su área de influencia, porque aquí tenemos una gran cuna de cómicos.

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