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La Aemet prevé un invierno cálido y lluvioso en Galicia después de "un otoño muy atípico"

El cambio climático ha dado paso a una situación en la que "disminuyen los días de precipitación sin que varíe el total de lluvias". Esto es, que las precipitaciones cada vez están más concentradas
Una mujer pasea bajo la lluvia en una imagen de archivo
Una mujer pasea bajo la lluvia en una imagen de archivo

Los próximos meses en Galicia serán "más cálidos de lo normal", según apunta el delegado de la AEMET en Galicia, Francisco Infante. Además, existe una alta probabilidad de que el primer trimestre de 2024 sea más húmedo de lo normal. Enero, febrero y marzo serán, por lo tanto, calurosos, pero estarán pasados por agua.

La predicción de la AEMET llega después de un otoño que ha sido "extremadamente cálido y extremadamente húmedo". Son las conclusiones que extrae Infante del resumen climático del otoño de 2023 en la comunidad. Los datos recogidos por la estación a lo largo de septiembre, octubre y noviembre apuntan a una gran incidencia de borrascas durante los meses de octubre y noviembre.

Francisco Infante señala que las temperaturas registradas durante este otoño han sido muy elevadas. Así lo demuestran parámetros como los recogidos entre el 7 y el 9 de octubre en Galicia cuando "prácticamente toda la comunidad superó los 30 grados", según apunta el delegado de la AEMET. Las pruebas están en que en octubre casi la totalidad de los observatorios meteorológicos de Galicia batieron récords históricos para esa época del año. Pueden citarse algunos como: Ribadavia con 36,4 grados o los 35,3 en Ourense.

Misma cantidad de lluvias, pero más concentradas

A pesar del calor, el otoño también ha estado marcado por las precipitaciones. La diferencia ha sido la forma de organizarse. El nivel de lluvias ha sido el habitual para esta estación, pero en vez de repartirse a lo largo de tres meses la mayoría de precipitaciones se concentraron entre el 12 de octubre y el 15 de noviembre.

Y es que el paso de borrascas de gran impacto por Galicia ha sido acusado este otoño. En total 7 azotaron a la comunidad, aunque las más significativas fueron Aline y Bernard, en octubre, y Ciaran y Domingos, en noviembre. Todas ellas dejaron en la comunidad grandes niveles de precipitaciones y fortísimas rachas de viento.

La presencia de borrascas, sumado a la entrada de frentes fríos provocó grandes chubascos. Son testigos de ello diferentes puntos de Galicia como La Lama, donde en octubre llegaron a registrar 123 litros por metros cuadrado en 24 horas. También es un ejemplo Rois con 131 litros por metro cuadrado. Y como es habitual, las zonas más azotadas por la lluvia han sido el suroeste de la provincia de A Coruña y Serra do Suído, la zona montañosa que divide Pontevedra y Ourense.

"El cambio climático influye sobre todo en la probabilidad que hay en que se produzcan estos fenómenos tan atípicos", apunta Francisco Infante. Así, la tendencia actual es que "disminuyan los días de precipitación sin que varíe el total de lluvias", lo que provoca "periodos de sequía más pronunciados".

Por último, las rachas de viento han logrado récords dignos de admirar como el de 141 kilómetros por hora en Fisterra o de 162 kilómetros por hora en Estaca de Bares.

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