4 mayo, 2022 03:52

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No hay un sitio donde uno se pueda sentir más dentro de Star Wars que en su propia tierra, la que tiene desde hace dos años el parque temático Walt Disney World en Orlando (Florida). 

Y más si es 4 de mayo (May the 4th, el Día de la fuerza o de Star Wars para los fans de La guerra de las galaxias) y la fuerza está contigo. Al atravesar la puerta de un planeta construido sólo para privilegiados visitantes, es imposible no pensar que esos detalles, humo, efectos del láser y hasta el olor tienen que ser los mismos que George Lucas imaginó en su cabeza hace ahora 45 años cuando creó una saga que ha marcado política y sociológicamente a varias generaciones.

En realidad, el famoso director de la saga Star Wars ya tenía rodada Una nueva esperanza, la primera de la saga, en 1976, pero no la estrenó hasta el 25 de mayo de 1977, una fecha que muchos de los seguidores llevan tatuada en el alma y en la piel, como se comprueba si paseas con los ojos abiertos por Batuu, el remoto planeta terrestre donde ha aterrizado el Halcón Milenario (una reproducción exacta de 30 metros de largo) en plena Florida. Esta zona del parque temático más grande de Disney se llama Star Wars: Galaxy’s Edge (Al filo de la galaxia). Walt Disney World, por cierto, celebra durante todo este año su 50 aniversario

Halcón Milenario en la tierra de Star Wars del parque de Disneyland en Orlando.

Halcón Milenario en la tierra de Star Wars del parque de Disneyland en Orlando. Disney

Se trata de una película que tuvo un presupuesto de 11 millones de dólares en aquella época y lleva recaudados más de 775 millones (unos 2.000 millones de dólares si ajustamos a la inflación actual). La película que más éxito tuvo en taquilla fue el episodio siete, El despertar de la Fuerza (2015), y se calcula que, en total, la saga ha generado ya más de 9.200 millones de dólares en 45 años.

Pero la marca, con todo su merchandising, provoca unos ingresos de 24.000 millones de dólares anuales en todo el mundo, lo que la convierte en una de las más exitosas de la historia. Una cifra a la que una máquina de generar sueños y beneficios como Disney no podía permanecer ajena. Así que aquí está Batuu, un refugio de contrabandistas de mala muerte que dirige Oga Garra, una bluptoniana, en mitad de los parques temáticos de Florida y California.

Unos visitantes en la tierra de Star Wars en Orlando.

Unos visitantes en la tierra de Star Wars en Orlando. Disney

Un rincón de Batuu, el planeta que se recrea en Disney World.

Un rincón de Batuu, el planeta que se recrea en Disney World. Disney

En la cantina puedes tomar leche verde (también azul), la mayor importación de esta tierra, que vigila a todos lo que se sientan a conspirar contra el Imperio. Puede sonar a guasa si estás en mitad de EEUU, pero te lo crees un poco más cuando cada dos por tres tienes a naves espaciales pasando cada vez más cerca (el sonido es tan real que instintivamente agachas la cabeza y miras al cielo esperando no haber sido visto) o cuando al mirar hacia otro lado se acerca un grupo de stormtroopers.

La franquicia Disney no se hizo con estas películas hasta 2012, pero cuando las tuvo en sus manos ya sabía que habían sido un pelotazo económico, y no sólo por lo recaudado en salas, sino sobre todo por el pelotazo comercial que ha sabido exprimir al máximo: en los parques puedes crear tu propio androide que reacciona a estímulos dentro de Batuu o tu propia espada láser en un proceso místico que dirige un maestro y que consigue mostrar tu verdadera personalidad (jedi o sith).

De hecho, Disneyland California ya había creado una atracción de Star Wars en 1987, tras el acuerdo y pago a George Lucas, que consistía en un simulador de vuelo de altas emociones. Pero los espacios específicos que hay ahora tanto en el parque temático de Florida como en el de California son otra historia: un planeta hecho a medida de quienes sueñan con atravesar el plasma y entrar en las aventuras de Luke Skywalker, Han Solo, Leia, Yoda o Darth Vader en cualquiera de sus aventuras cinematográficas, que ya van por las once a la espera del estreno de Rogue Squadron en diciembre de 2023.

'Star Wars'.

'Star Wars'.

Imagen de la publicación en el London Evening.

Imagen de la publicación en el London Evening.

4 de mayo y Margaret Thatcher

May the 4th. Los forofos de Star Wars tienen marcado en el calendario como un festivo más el 4 de mayo. Desde hace 11 años se celebra oficialmente el Día de la Fuerza, se visten de sus personajes favoritos, salen a la calle, acuden a eventos y se saludan en el metro o en el autobús con una seña secreta, sólo apta para fieles de la lejana galaxia.

Sin embargo, la fecha de 4 de mayo y su conexión con Star Wars tiene más que ver con el frikismo de la política británica que con un evento comercial. Dos años después del exitoso estreno de Una nueva esperanza, el periódico británico London Evening News publicaba la felicitación de miembros del Partido Conservador británico a su líder, Margaret Thatcher, por haberse convertido en primera ministra en 1979. El comentario fue "May the 4th Be With You, Maggie. Congratulations".

La frase era un juego de palabras en inglés con el emblema más famoso de Star Wars, "May the Force be with you", es decir, "que la fuerza te acompañe". De esta forma, ese 4 de mayo se convirtió en una fecha emblemática que, a decir verdad, no asumió la faceta comercial hasta que en 2011, el Toronto Underground Cinema organizó un festival especial de Star Wars. La onda expansiva de esa bomba no hace más que crecer año a año.  

Interpretaciones políticas

No es raro que el May the 4th surgiera, en sus orígenes, como una expresión política. Muchas son las interpretaciones políticas, sociológicas y hasta económicas que se han hecho del universo de George Lucas, incluida la de uno de los mayores juristas de EEUU, profesor de Económicas de Harvard y asesor de Obama, Cass Sunstein, que fue capaz hace cinco años de explicar el funcionamiento del mundo actual analizando Star Wars en 272 páginas.

La revista Slate Magazine aseguró de este libro que Cass R. Sunstein "ha convertido Star Wars en un texto legal de enorme valor".

Y eso que el universo Star Wars no tenía la base política o social que muchos estudiosos han visto después y que ha llenado cientos de libros, ensayos y hasta tesis universitarias. El boceto que creó George Lucas -enfadado porque no le habían dejado hacer una versión de Flash Gordon, que es lo que quería- era una especie de wéstern fantástico con valores esenciales pero sin muchas complicaciones.

Lo que muchos analistas llamaron después de ver Una nueva esperanza una auténtica porcorn cinematográfica, pero que fue recibida en masa por el público de todo el mundo. El director Brian de Palma, que rodó Los intocables de Eliot Ness o Carrie, aseguró que era "la llegada de la comida rápida basura al cine americano".

La saga Star Wars

Trilogía original

Episodio IV. Una nueva esperanza (1977)
Episodio V.  El Imperio contraataca (1980)
Episodio VI. El retorno del Jedi (1983)

Precuelas

Episodio I. La amenaza fantasma (1999)
Episodio II. El ataque de los clones (2002)
Episodio III. La venganza de los Sith (2005)

Trilogía final

Episodio VII. El despertar de la Fuerza (2015)
Episodio VIII. Los últimos Jedi (2017)
Episodio IX. El ascenso de Skywalker (2019)

Otras historias

Rogue One: una historia de Star Wars (2016)
Han Solo: una historia de Star Wars (2018)

Las dos decenas de páginas en las que tenía esbozada toda una galaxia muy lejana, pero que muy muy lejana, se transformaron en un mundo complejo donde, según Luis García Tojar, profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, se habla de religión, capitalismo, individuo y hasta democracia.

La culpa de este cambio, de este sincretismo religioso, de valores míticos y de aventuras universales que han provocado un universo paralelo en el corazón de millones de forofos la tiene un filósofo y profesor clave para la generación de George Lucas: Joseph J. Campbell.

El rey Arturo

Este profesor de Literatura Medieval había publicado en 1945 un libro importantísimo, El héroe de las mil caras, en el que desarrollaba la teoría del monomito, es decir, el camino que siempre seguía un héroe en la mitología y los cuentos de todas las culturas del mundo, incluso los que no habían tenido contaminación entre sí. Es decir, venía a decir que la estructura psicológica del ser humano se basaba en una serie de valores que conformaban un único viaje del héroe.

Dicen que George Lucas cayó enfermo mientras garabateaba el esquema galáctico y empezó a leer a Campbell. Ese héroe de las mil caras le cambió las estructuras, las relaciones que debía de establecer su protagonista y sobre todo el destino que había planeado para Luke Skywalker.

Según este monomito, que siguen héroes como Cristo, Buda o Prometeo, hay tres grandes etapas en todos estos relatos, divididas en 17 pasos. El héroe aparece en su mundo, ordinario, y recibe una llamada para entrar en un mundo desconocido donde tiene que enfrentarse a distintas pruebas. Al principio lo rechaza, pero luego decide seguir su destino y recibe una ayuda sobrenatural. Es el momento en el que comienza su aventura, llena de peligros y superaciones. El autor de esta teoría universalizada asegura que si el héroe sobrevive, conseguirá un don, para él o para su gente, y es cuando debe iniciar su viaje de regreso.

Representación del Rey Arturo.

Representación del Rey Arturo. Charles Ernest Butler Wikimedia.

¿Pueden ver a Luke Skywalker en todos estos pasos durante las tres entregas originales de Star Wars? Fácil seguir el esquema.

El propio George Lucas desveló tras el estreno de Una nueva esperanza la influencia del filósofo estadounidense en su película y lo remarcó años más tarde en la biografía de Joseph J. Campbell, A fire in the mind: "Fue muy extraño porque al leer El héroe de las mil caras empecé a darme cuenta de que mi primer borrador de Star Wars seguía motivos clásicos. Así que modifiqué mi próximo esbozo [de Star Wars] en concordancia a lo que había estado aprendiendo sobre motivos clásicos y lo hice un poco más consistente... Continué leyendo Las máscaras de Dios y muchos otros libros".

Campbell era un estadounidense de familia irlandesa que de niño visitó el Museo de Historia Natural y se quedó prendado de los mitos, los ritos y las explicaciones de estas tribus originarias. Graduado por la Universidad de Columbia en Literatura Medieval sabía que había dos polos de atracción para sus estudios: Europa y la India.

El filósofo Joseph Campbell

El filósofo Joseph Campbell

Viajó a Francia, donde se enamoró del ciclo artúrico. De hecho, estudió provenzal sólo para leer las aventuras del rey Arturo en versión original y asentar aún más la teoría del monomito que empezaba a nacer en su cabeza. Estuvo muy influenciado por la Generación Perdida y encontró su zen artístico en la obra de Pablo Picasso, donde de nuevo mito y realidad toman formas comunes.

Es fácil encontrar en muchas escenas de la galáctica saga, como han estudiado muchos críticos, referencias a ese mítico ciclo artúrico y sobre todo, a los caballeros en busca del Santo Grial.

La estudiosa de literatura medieval Angela Jane Weisl, en La persistencia de medievalismo, asegura que aunque a "George Lucas le gusta decir que Star Wars es un mito para los tiempos modernos, llama la atención que entre la variedad de narraciones míticas que él sugiere, su inspiración más fuerte es claramente el romance artúrico medieval".

Y es que muchos analistas señalan la comparativa entre Luke Skywalker y el rey Arturo (ambos crecieron sin padres pero con un maestro, Merlín vs Obi-Wan Kenobi/Yoda), ambos reclaman una espada mágica y hay un triángulo amoroso Luke, Leia y Han Solo muy parecido al de Arturo, Ginebra y Lancelot. También hay autores que destacan que en los primeros guiones de Star Wars, George Lucas llamó a los caballeros Jedi, templarios Jedi.

Filosofía hindú

Tampoco se puede obviar las enseñanzas de la filosofía hinduista que George Lucas sacó de Campbell y que volcó en muchas de las escenas de la saga. El filósofo y profesor se encontró en su viaje a Europa con el gran pensador Jiddu Krishnamurti. Sus disertaciones filosóficas lo introdujeron en el mundo de la meditación y el budismo. Después de eso dejó de ser católico practicante.

Yoda sentado en postura budista.

Yoda sentado en postura budista.

Años más tardes, Lucas llegó a reconocer que era seguidor del metodismo budista debido a los años de estudios de una religión que ya hacía su aparición en la saga Star Wars desde la primera película. El simple hecho de la fuerza y la meditación de los jedi recuerda ese universo hindú, pero también la posición de loto que adopta Yoda para sentarse, sus enseñanzas y hasta el mandala que se ve en el piso del Templo Jedi

Es fácil reconocer escenas de la vida de Buda en Una nueva esperanza, cuando Obi-Wan Kenobi hechiza sin que se den cuenta a un escuadrón de asalto o al escuchar al droide C-3PO decir que "nacimos para sufrir, es nuestro destino", como una de las cuatro verdades de las que habla el budismo, la vida como sufrimiento.

Si bien es cierto que las teorías de Campbell no nacieron de la nada, es fácil ver los 12 arquetipos de personalidad de Carl Jung en sus escritos e incluso la Morfología de los cuentos de Vladímir Propp, publicada 20 años antes que su héroe de las mil caras; la realidad es que el estadounidense estaba cerca de Hollywood, en el lugar donde se crean los sueños, donde los mundos que nacen allí los ven millones de personas que acaban asumiendo la estructura política y social de estas películas apenas sin darse cuenta. Y Star Wars sólo fue, si acaso, el primero de muchos ejemplos.

No es de extrañar que de Star Wars se haya dicho que si se ponía en manos de la propaganda política en una década, los 70, de grandes enfrentamientos EEUU-URSS, fuerzas del bien y del mal. O la lucha de la República frente al Imperio como un enfrentamiento entre libertad y totalitarismo. O la codicia y comercio de Han Solo que acaba al servicio del bien común no deja de ser un ejemplo del individualismo capitalista del sueño americano.

O "la segunda trilogía (I-III) es una apología de la democracia parlamentaria, y en consecuencia denuncia sus amenazas, que vertidas en el lenguaje político actual son especialmente tres: la avaricia capitalista, la ineficacia burocrática y el fundamentalismo religioso", recuerda el profesor García Tojar.

La casa principal del rancho Skywalker, propiedad de George Lucas.

La casa principal del rancho Skywalker, propiedad de George Lucas. Wikimedia.

Lo curioso es que cuando se estrenó la primera trilogía de Star Wars, Lucas y Campbell aún ni siquiera se habían conocido en persona. Como todo el mundo, el profesor había oído hablar de las galácticas películas, pero no las había visto. Sin embargo, George Lucas necesitaba hablar con su maestro, profundizar en sus enseñanzas, discutir sus teorías y se presentó un día en una conferencia de Campbell.

El director lo invitó a su rancho Skywalker a ver las tres películas seguidas, de una sentada. Y Campbell nunca más salió de la atracción Star Wars. De hecho, en ese mismo rancho, en 1988, y producidas por el propio Lucas, se grabó una serie de entrevistas al filósofo por parte del periodista Bill Moyers que supusieron la gran eclosión del monomito y del héroe de las mil caras entre los guionistas de Hollywood.

Y es que decenas de películas y sagas le deben su exitosa estructura a Campbell: Matrix, Batman, El rey León, Indiana Jones... son algunas de las que lo han reconocido. Muchas siguen explotando las etapas del popular viaje del héroe sin ni siquiera saber de dónde viene.