9 marzo, 2024 02:35

"Europa ya es un escenario bélico y si alguien no lo ve es que no sabe nada de geopolítica", expresa un agente español de inteligencia a este diario. Trabajo no le falta últimamente para rastrear las redes que el Kremlin ha urdido en nuestro país para recomponer sus servicios europeos de fontanería sucia. Todo lo sucedido durante las últimas semanas refuerza la evidencia de que España está en el epicentro de la versión 2.0 de una guerra no tan fría entre Moscú y Ucrania y sus aliados.

El pasado día 13, dos chechenos a sueldo de Moscú asesinaron en la localidad alicantina de Villajoyosa a Maxim Kumínov, un piloto que desertó a Ucrania con un 'Hip' a cuestas (denominación Otan del helicóptero soviético de transporte Mi8). Cayó muerto en el acto porque uno de los cinco proyectiles Makarov de 9 x 18 milímetros que le descerrajaron le alcanzó de lleno el corazón. 

Tan solo algunos días antes de su muerte en atentado, la fiscalía de los servicios franceses de policía judicial participaron en la evacuación de un disidente llamado Vladimir Osechkin que reside habitualmente en la ciudad de Biarritz, situada a 47 kilómetros de San Sebastián. Lo escondieron a unos pocos cientos de kilómetros porque recibieron "información fiable" de que los servicios rusos planeaban asesinarle. Y no era la primera vez. Osehckin trató de ser eliminado ya hace un par de años por un grupo de chechenos a los que los investigadores galos y españoles detectaron, primero, en Niza y algo más tarde, en Barcelona. Pero vayamos por partes.

El disidente ruso Vladimir Osechkin trató de ser asesinado en Biarritz, solo unos días antes de que mataran al piloto Kuzmínov en Alicante.

El disidente ruso Vladimir Osechkin trató de ser asesinado en Biarritz, solo unos días antes de que mataran al piloto Kuzmínov en Alicante.

Intento de asesinato en el País Vaco

"Los servicios franceses recibieron información el mes pasado de que había aterrizado un grupo que tenía por misión asesinarme y me transfirieron durante tres semanas a una casa segura. Algunos días después mataron a Kuzmínov en España y acabaron con Navalny. Sin embargo, he decidido regresar a mi vivienda de Biarritz porque necesito continuar con mi trabajo y mi misión", nos confiesa Osechkin, una especie de Julian Assange ruso a cuya cabeza puso precio el Kremlin por filtrar imágenes e información sobre las violaciones que se cometen en las cárceles de la Federación de Rusia. Vladimir vive permanentemente protegido por funcionarios de la Seguridad francesa en el País Vasco francés, lo que acredita la credibilidad de la amenaza. 

Lo interesante aquí es que tanto el activista ruso como las investigaciones españolas que hay en curso en torno a los asesinos del desertor Kuzmínov vienen a corroborar que Moscú ha implementado un nuevo sistema mejorado de externalización de sus trabajos sucios y sus asesinatos basado en la contratación de sicarios teledirigidos por capos de la mafia rusa al servicio del KGB de Putin (el FSB o Servicio Federal de Seguridad). En otras palabras, ahora se sirven de vulgares criminales ocultos entre las comunidades de expatriados rusos o introducidos de forma subrepticia en Europa Occidental después de la anexión de Crimea. 

Osechkin asegura que ha reunido pruebas de que tanto la Península como el sur de Francia desempeñan un papel fundamental en todo este nuevo esquema concebido por Moscú. Según dice, existen evidencias de que en ambos países hay al menos doscientos forajidos de origen caucásico como los chechenos que mataron a Kuzmínov listos para ejecutar cualquier clase de orden. Y, conforme a sus informaciones, a la cabeza de esta organización se halla el capo georgiano Badri Koguashvili, conocido en los círculos criminales como 'Kutaissky', número 2 de los llamados vor v zakone, denominación de los hampones rusos.

Badri Kudraishvili, a la derecha abajo, con otros mafiosos rusos, en una foto tomada en Moscú en 1993.

Badri Kudraishvili, a la derecha abajo, con otros mafiosos rusos, en una foto tomada en Moscú en 1993.

Badri Amberkievich Koguashvili nació el 22 de marzo de 1964 en Kutaisi, una ciudad georgiana de poco más de 130.000 habitantes de la que procede su nombre de guerra. En 1984, el tribunal de su localidad natal le condenó a 4 años y 6 meses de prisión y solo cinco años después, fue coronado en Krasnodar como ladrón en la ley en una especie de solemne ceremonia criminal. Los delitos cometidos desde su más tierna juventud son incontables, como también lo son las 'proezas delictivas' que se le atribuyen. Sus exégetas le describen como una especie de asceta irreductible capaz de dormir en un taburete con las patas mutiladas durante semanas dentro de su celda en protesta por los malos tratos que antaño le dispensaban los carceleros. 

El padrino, en Barcelona

Ahora ya no le molestan porque es uno de ellos y existen pruebas que dan fe de ello. Documentación de la Policía Judicial francesa lo situaban en Barcelona hace cerca de tres años, coincidiendo con el primer intento conocido de asesinar a Osechkin. "El 25 de agosto de 2022, las investigaciones de los funcionarios de Niza permitieron corroborar la llegada de Badri Koguashvili al aeropuerto de Niza, donde fue recogido por tres personas a bordo de un vehiculo Audi A7 gris", asegura uno de los informes examinados por EL ESPAÑOL | Porfolio. El mafioso georgiano había viajado a Francia desde Atenas. 

Cuatro días después, el delincuente viajó a España, supuestamente en busca de los criminales a quienes pretendía encomendar el asesinato de Osehckin. Según aclara el documento del seguimiento que le hicieron los agentes de la Policía Judicial, "una búsqueda en el expediente de control de viajes aéreos reveló que Badri era pasajero del vuelo con origen en Niza que llegaba a Barcelona el día 29 de agosto de 2022 a las 22.45 horas".

Con esta información, "se contactó con el oficial de enlace francés de la Dirección de Cooperación Internacional para la Seguridad destinado en Barcelona y se le requirió que pidiera a los españoles que vigilaran a Koguashvili en Barcelona. Al otro lado de la frontera (en España), el oficial de enlace indicó que una de las dos personas que le acogió fue un georgiano (el informe especifica el nombre) residente en Tarragona (España), a quienes las autoridades ucranianas congelaron sus bienes en 2021. Esta persona estaría en contacto con un individuo conocido por los servicios de seguridad españoles como miembro de la mafia ruso-georgiana, alguien cercano al crimen organizado". 

Criminales del FSB en España

"Sabemos también perfectamente cómo el Kremlin llegó a controlar a todos estos facinerosos que operan en la Europa meridional y cómo articuló este esquema", expresa el disidente Vladimir Osehckin. "Fue un trabajo enorme y denso que se basaba en una idea muy simple: 'Si no puedes acabar con ellos, utilízalos y lidéralos'. En el sur de Francia y en España vive un nutrido grupo de malhechores georgianos y chechenos que se hallan en contacto y a las órdenes de los padrinos caucásicos de la mafia moscovita".

"El FSB se hizo con el control de capos como Badri que les dictan las órdenes desde Rusia siguiendo un procedimiento conocido. Si se negaban a trabajar para el Kremlin los mataban o los detenían y encarcelaban. En las prisiones, eran sodomizados y registraban las violaciones con vídeo. Posteriormente, se les acercaba un funcionario y les decía: 'Hola, soy tu amigo. Aquí tengo un pendrive que tal vez te interese'. Los padrinos de los vor v zakone terminaban cediendo a ese chantaje porque, de acuerdo a la jerarquía y a las leyes del gulag, los capos pierden su corona si se divulgan las imágenes", prosigue. 

El 'cliente' principal de los asesinatos por encargo es el departamento "M" del FSB de Rusia, que controla el Servicio Federal de Ejecución de Penas (FSIN), es decir, todo el entramado penitenciario. "Poco a poco, lograron someter a todas las regiones, a todas las prisiones y a todos los líderes del hampa", confinúa el opositor amenazado. "Los mafiosos que poseían casas de cuatro plantas, seguridad personal y una suite permanente en los hoteles más caros de Moscú eran los estafadores que habían pasado a ser tutelados por la dirección principal del Servicio Penitenciario Federal de Rusia, a su vez dependiente del Octavo Departamento, la dirección 'K' del FSB".

El capo de los vor v zakone sometido por el FSB en una foto de juventud.

El capo de los vor v zakone sometido por el FSB en una foto de juventud.

En la Península se mueven con coches carísimos que cambian a menudo y se alojan en hoteles exclusivos. "Cuando en 2022, me filtraron la información de que el padrino Badry planeaba matarme, me dijeron que Badri Kutaissky se había coordinado con otros capos rusos en España para acabar conmigo en Francia. La idea era venir a Europa, organizar mi ejecución y volver inmediatamente a Rusia a través de Montenegro o la ciudad turca de Estambul", explica.  

En opinión de Osechkin, la mejor prueba de que la mafia caucásica está siendo utilizada por Putin para fines políticos es el estatus privilegiado que disfrutan sus padrinos en la madre Rusia. "Si alguno de los padrinos 'libres' y no sometidos que viven en España regresarán a Rusia les caerían entre diez y veinte años porque, de acuerdo a nuestro código penal, una persona puede ser encarcelada simplemente por decir que es parte de los vor v zakone. Y resulta que Badry es el número dos de la mafia y le han dado un pasaporte para viajar. ¿Cómo se entiende eso? Además, a cambio de sus trabajos para el Kremlin, los funcionarios de Putin les entregan el control de las prisiones de regiones enteras, lo que les proporcionan cientos de miles de dólares cada año". 

Al cierre de la edición de este diario, se extendieron rumores no confirmados de que Koguashvili podría haber sido detenido por las autoridades rusas. "Aunque fuera cierto, es algo que no significa nada", afirma Osechkin. "No tenemos ninguna duda de que ha trabajado bajo el control total del FSB durante los últimos cinco años, lo cual le ha reportado dinero, respeto y protección. Pero esa es una situación que podría cambiar si no hubiera cumplido con su parte del pacto o los federales rusos no hubieran obtenido los resultados deseables".

[El desertor ruso asesinado se metió en la boca del lobo alicantina, donde proliferan los 'gangster' de Putin]

Al decir del activista, es un hecho también incontrovertible que varios de estos capos de las altas jerarquías de los vor v zakone siguen viviendo en nuestras costas. "Es como una especie de estructura piramidal del crimen. Los que viven en España, Grecia o Chipre tienen normalmente un hotel y tres o cuatro tiendas. No cometen crímenes en el lugar donde residen porque quieren pasar desapercibidos. Dan las órdenes por teléfono".

"En muchas de las ciudades españolas disponen de personas con experiencia para matar a gente como Kuzmínov. Y sabemos también que un centenar de asesinos de esa reciente hornada fueron reclutados entre presos de la Wagner por Prigozhin y las fuerzas especiales rusas. Después de todo, tenían 40.000 hombres donde elegir para crear esa nueva división de sicópatas. Enviarlos a España es la parte fácil porque ellos tienen la fábrica para falsificar los documentos necesarios de viaje", explica.

¿Ucranianos atentando en España?

La frenética guerra internacional que se libra en nuestra arena escribió un nuevo episodio esta semana cuando el bloguero afincado en Cataluña Anatoly Sharii denunció el pasado miércoles que un individuo con una metralleta había intentado asesinarle poco después de las nueve de la mañana cuando viajaba en coche con su esposa por la localidad tarraconense de Roda de Berà. Solo que en este caso, las sospechas no apuntan hacia el Kremlin sino a los ucranianos.

Sharii es con total certeza el hombre más odiado por el régimen de Kiev. Es una especie de fenómeno de las redes sociales que ha protagonizado ya otros episodios semejantes desde que se refugió en nuestro país. Uno de los más sonados tuvo lugar hace un par de años en el mismo municipio de Roda de Berá, cuando la policía española le detuvo y trasladó a la Audiencia Nacional a petición de los ucranianos, que le acusan de alta traición. 

El controvertido bloguero no fue finalmente extraditado pero no ha dejado de denunciar desde su llegada a España el supuesto hostigamiento que padece a manos de ultras cercanos al Gobierno de Zelensky. Poco después del presunto intento de asesinato de este miércoles, comenzó a recriminarle a las fuerzas españolas y catalanas de seguridad que se negaran a investigar las circunstancias del crimen frustrado, en una andanada compulsiva de tuits nerviosos donde proporcionaba una lista de testigos de lo acaecido y acusaba a una ucraniana residente en nuestro país, Svitlana Suchkova Iliushchenko, de participar en la organización de su asesinato por encargo.

Anatoly Sharii asegura que intentaron asesinarle esta semana.

Anatoly Sharii asegura que intentaron asesinarle esta semana.

Anatoli Anatóliyovych Sharí nació en Kiev el 20 de agosto de 1978. A principios de 2005, comenzó a ejercer el periodismo. Sus problemas comenzaron cuando comenzó a pronunciarse abiertamente en contra del Euromaidán y a adoptar posiciones claramente prorrusas y homofóbicas. El desacreditado bloguero se atrevió incluso a describir a los habitantes de Ucrania occidental como "ni siquiera gente de segunda clase", lo que en parte justifica el odio que suscita y su reputación de demagogo y prorruso, algo que él desmiente. 

Tiene más seguidores que Zelensky pero son muchos en su país los que pagarían por su cabeza. Algunos de los encarnizados enemigos que posee entre los disidentes rusos perseguidos por el Kremlin aseguraron tras enterarse de lo sucedido que el supuesto intento de asesinato de Sharii era una puesta en escena y una invención del propio bloguero. 

El jueves pasado, las fuerzas españolas y catalanas de seguridad no habían logrado acreditar mediante el visionado de las cámaras de vídeo callejeras que, en efecto, un individuo encapuchado hubiera tratado de matar al bloguero y a su segunda esposa, Olga Bondarenko. Pero seguían trabajando en ello mientras el ucraniano pedía ayuda a su abogado, Gonzalo Boye, para que le ofrecieran finalmente la protección oficial que le vienen negando. "Denunciamos ya hace una semana ante la policía que planeaban asesinarme y nadie hizo nada", escribió en X. "¡No están interrogando a los vecinos! ¡No están entrevistando a quienes vieron al asesino, estas personas vienen solas a nuestra casa! Gonzalo (Boye), ¿qué debo hacer?".

[¿Qué respuesta debe dar España tras el asesinato de Kuzminov en La Vila? "Rusia opera como un Estado mafioso"] 

EL ESPAÑOL | Porfolio contacta con el abogado de Puigdemont el jueves por la noche y, aunque airado por algunas de nuestras dudas, Boyé aclara: "En cualquier otro caso hubiera habido un despliegue policial impresionante porque se trata de un acto terrorista. Hay incluso un cartero de testigo. Yo no soy un investigador pero Anatoly ha apuntado a varias personas y lo normal es que la policía lo investigue... Lo más probable es que haya sido la inteligencia ucraniana. También hubo grupos de exiliados de extrema derecha que intentaron quemar su casa. Lo que dicen los manuales es que hechos como este deben ser investigados inmediatamente y eso no ha ocurrido. Yo no voy a especular sobre las posibles vinculaciones de lo acaecido con Zelensky o sobre la posibilidad de que sea una venganza por lo del helicóptero (tal y como le sugerimos en nuestra pregunta)". 

La madre de Kuzmínov en la diana

Entre tanto, el asesinato en Alicante del piloto de helicóptero sigue dando que hablar en el entorno eslavo. Los investigadores españoles están plenamente convencidos de que los dos asesinos de Kuzmínov siguen escondidos en nuestro país. De acuerdo a sus pesquisas, se trata de un típico trabajo del Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) ruso ejecutado por al menos dos mafiosos chechenos reclutados entre los refugiados eslavos de la costa. En otras palabras, no desplazaron a nadie porque ya tenían gente aquí bien entrenada para ajusticiar al heroico capitán, lo que viene a confirmar que, en efecto, Putin se sirve de mafiosos para sus trabajos sucios. 

"Buena parte de las pistas con las que siguen trabajando nuestros hombres proceden de las grabaciones de las cámaras y del rastreo de las llamadas llevadas a cabo por los criminales a través de los repetidores de teléfono", nos confía uno de los agentes involucrados. Lo que no llega a precisarnos es si los asesinos han sido ya identificados, algo que no sería descartable.

Los rusos describen a la madre del capitán como una mujer codiciosa que persuadió a su hijo para que desertara a cambio de dinero.

Los rusos describen a la madre del capitán como una mujer codiciosa que persuadió a su hijo para que desertara a cambio de dinero.

Los rusos creen que el plan de deserción del capitán fue gestado por la madre del capitán en connivencia con agentes del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU). Es decir, que la vida de Inna Kuzmínova, de 50 años, vale lo mismo ahora que lo que valía la de su hijo antes de ser asesinado. Su papel en todo lo ocurrido va cobrando importancia a medida que avanza la investigación. La Prensa moscovita arremete contra ella y la describe como una influencia determinante y perniciosa en las decisiones de su hijo. 

El piloto asesinado el día 13 de este mes llegó a España en octubre. La fuga con el Terminator (un Mi8) del 319 Regimiento de Helicópteros se organizó el pasado 9 de agosto y ya desde el mes de abril, su madre había dejado de comunicarse con sus allegados rusos y desapareció del país. La Inteligencia rusa se interesó entonces por su paradero y Maxim les explicó que su madre se había ido de viaje de negocios a Corea, país donde había residido durante su juventud. En realidad, Kuzmínova viajó a Ucrania, que es donde sigue actualmente. Un corresponsal de Izvestia, Dimitry Zimenkin, ha asegurado que fue ella quien empezó entonces a preparar la deserción desde suelo ucraniano en colaboración con un pariente o un amigo del SBU. 

Inna no es la única mujer que ha tenido un papel protagonista en su tragedia. La idea que manejan los agentes de Madrid desde el principio es que el error que delató al piloto fue comunicarse con sus allegados a través de su ex pareja. Claro que lo que se proponía el capitán no era reunirse en la Península con ella, sino con su madre. Si alguien trató de disuadirle de que no era buena idea irse a vivir a uno de los lugares de Europa más densamente poblado por mafiosos rusos, es obvio que no logró quebrantar su voluntad.

Maxim —de 28 años y oriundo de Arseniev—  llevaba mucho tiempo fantaseando con una 'dolce vita' en el Mediterráneo y el medio millón de dólares que percibió por pasarse al enemigo le franqueó el paso a su sueño y a su muerte.