Esta noche me decían en el bar que no entendían nada del asunto que hoy capitaliza las portadas de los periódicos: la ley trans. He tratado de explicárselo, pero era imposible. Porque yo tampoco entiendo nada. Este es un tema que requiere su propio diccionario porque ha acuñado un idioma propio. Pero voy a intentarlo, he estado estudiando un ratito antes de venir.

Hay una guerra de guerrillas en la izquierda a cuenta de la llamada ley trans. Por un lado, pelean PSOE y Podemos, pero es que también hay un lío tremendo dentro del propio PSOE. El País lo describe así: "La ley trans causa el mayor cisma ideológico en el PSOE de la era Sánchez".

El texto elaborado por Irene Montero permite la llamada "autodeterminación de género": un menor de edad, si se aprueba esta norma, podría cambiarse de sexo en el registro con su mera voluntad. A día de hoy, se exige un informe médico o psicológico, además de la autorización paterna.

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La crónica de El País aporta un detalle revelador: el Partido Socialista pensaba convocar a sus 120 diputados para debatir sobre la ley trans, pero ha renunciado a esa posibilidad, no vaya a ser que se produzca un debate de ideas. ¡Eso nunca, por Dios!

El Mundo revela el principal miedo de Sánchez, que, ¡sorpresa!, tiene que ver con los votos: "El PSOE teme romper con sus votantes tradicionales por su apoyo a la ley trans. Las mujeres socialistas, escandalizadas ante la posibilidad de que se respalde una norma que amordaza al feminismo".

Hay una columna muy interesante de Ignacio Camacho en ABC. Cuenta que la ley trans es un bodrio jurídico, pero esto no sólo a ojos del propio Camacho. Cito un par de líneas: "Este juicio de valor lo emiten en voz baja bastantes miembros del Gobierno. Igual que con la ley del bienestar animal o con el sólo sí es sí de Irene Montero".

Entonces, ya hemos dicho que el PSOE está partido en dos. Encontramos la situación actual de Podemos en las páginas de La Razón: Ione Belarra ya está jaleando a los suyos para movilizarse en caso de que Sánchez siga retrasando la aprobación de la ley.

Y en medio de todo este lío, ¿qué hace Sánchez? ¿Qué dice? ¿A quién apoya? ¿Cuál es su opinión respecto a la ley trans? Pues no sabemos qué opina de la ley trans, pero sí sabemos qué va a hacer. No mojarse e intentar que pase el temporal. EL ESPAÑOL: "Sánchez será el árbitro en las enmiendas de la ley trans. Aceptará retoques, pero no cambios esenciales". ¿No hay ningún asesor que le diga que si quiere llevar a cabo su plan de "acercarse a la gente" lo peor que puede hacer es convertirse en árbitro? ¡España odia a los árbitros!

Termino el repaso a la ley trans con una curiosidad. Hoy La Vanguardia se ha impreso en Bilbao, y no en Barcelona. ¡Estoy seguro! Leo un titular y parte del texto que firma Josep Martí Blanch: "Hostias en la izquierda a cuenta de la ley trans. A hostias, así andan las izquierdas españolas ante las sucesivas ampliaciones del plazo de enmiendas a la ley trans. La sociedad española en su conjunto es refractaria a esta ley".

Pues, para vuestra tranquilidad y la de la audiencia, he encontrado nuevas tramas de verdad. Una trama, además, curiosísima. Estamos acostumbrados a que una noticia a ojos de un nacionalista no tenga nada que ver que si la mira un no nacionalista. Pero esa mirada binaria ha alcanzado límites insospechados.

Por ejemplo, ABC: "El Parlament arropa a un salafista acusado de ser un peligro para la seguridad nacional. Dos informes de la Policía y el CNI avalan la expulsión del país de Said Badaui, al que independentistas califican como represaliado del Estado español".

Esta misma noticia en La Vanguardia: "El Parlament se solidariza con el activista musulmán detenido en Reus. 'Es un caso de represión política e islamofobia', reza la declaración aprobada por ERC, la CUP, Junts per Cat y En Comú Podem".

El Mundo reitera que los informes de la policía hablan de "un radical de manual" y que la detención se debe a la "práctica y difusión del salafismo radical".

Termino con un mensaje de Javier Ortega Smith a los disidentes de Vox: les dice que se vayan a hacer el Camino de Santiago o a meditar. Alabo sus palabras. Nunca un partido político había tratado tan bien a sus disidentes.

*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para "La España que madruga", en "Más de Uno", el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.