Este título sería una traducción libre de lo que dice la eurodiputada del grupo Liberal ALDE Sophie In’t Veld en un artículo recién publicado en The Guardian. El reto se lo lanza al exasesor que le montaba las campañas a Trump, Steve Bannon.

A modo de aprovechategui Made in USA y como si no tuviéramos suficiente en el Viejo Continente con la cosecha de líderes iluminados que brotan por toda la Unión, ahora nos llega del otro lado del charco el que aspira a ser el mentor de todos esos inspirados. Bannon anuncia que quiere ponerse al frente del trabajo de años de todos los ultraderechosos, xenófobos, brexiteros radicales, nacionalistas y descontentos con la Europa actual, bajo el paraguas único de un experimento llamado The Movement (El Movimiento).

Claro que el Sr. Bannon no va a entrar en el edificio de la calle Wiertz 60 de Bruselas como toro en cacharrería. Lo primero que ha hecho ha sido abrir una oficina de banderín de enganche en esa ciudad, "porque ahí está el corazón de Europa", según reconoce en alguna de sus intervenciones ante los medios. Un corazón al que quiere apuñalar desde dentro, quiero entender. Desde ese garito, con su personal, sus expertos en populismo y sus impresoras, y con la mirada puesta en las elecciones europeas de 2019, se propone ir aunando voluntades y ganar nada menos que un tercio de los diputados de la próxima Eurocámara. Nótese que el esfuerzo ahora le sería algo más fácil, pues debido al abandono de los eurodiputados británicos por el Brexit, habrá casi cincuenta diputados menos en el total.

Si bien ahora han saltado algunas euroalarmas, el personaje no es nuevo en esta escena. También lo cuenta la diputada liberal holandesa cuando dice que "hace años que Viktor Orban acoge a Bannon como un amigo", o cuando advierte que el exasesor ya lleva tiempo difundiendo sus ideas desde «oscuros think tanks, como el Instituto Dignitatis Humanae".

Nos queda capacidad para resistir estos intentos de desintegración de nuestro estilo de vida

El visionario estadounidense de origen irlandés tiene un manifiesto denominado Restaurando el orden natural, en el que recoge la oferta de los afines a El Movimiento. El lector que se sienta tentado por esta opción, puede tomar nota, pero debe saber que votará a partidos que renuncian a la igualdad de género, los derechos LGBTQ+, el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, la investigación con células madre, la libertad de religión y conciencia, el secularismo o las sociedades abiertas y diversas, entre otros valores.

A todas luces —más bien, a mucha oscuridad—, se trata de un movimiento, sí, pero de retroceso de varios decenios, como mínimo, hacia una Europa con "mujeres fregando en la cocina, gays de vuelta al armario, una iglesia gobernando nuestras vidas privadas y hombres blancos de mediana edad al frente del poder", augura In’t Veld.

¿Quiénes podrían unirse al experimento desintegrador de Europa? Los incombustibles del club de la eurofobia: Farage, Le Pen, Wilders, Heinz Christian, Salvini, el citado Orban, o los miembros del PiS, ese partido que gobierna Polonia a base de micciones sobre el Estado de derecho y zancadillas a los valores europeos. En España Bannon no habría encontrado aún el target adecuado, pero todo se andará.

¡Señor Bannon, no se corte, le estaremos esperando! Desde aquí me uno al desafío de quienes como Sophie In’t Veld pensamos que en esta tierra antigua pero joven nos queda capacidad para resistir estos intentos de desintegración de nuestro estilo de vida. En las próximas elecciones europeas podremos dejarlo claro.

En 2019 o ganan los ultraconservadores y nacionalistas o quienes van a defender una sociedad abierta 

La contienda de 2019 no debería dejarnos indiferentes. Las opciones serán sencillas, pero cruciales. Ya no es una cuestión de derechas o izquierdas, ni de arribas o abajos, modelos caducos, demasiado lastrados y con taras de todo tipo, como viene demostrando la experiencia.

Tendremos que decidirnos entre quienes nos quieren llevar al pasado a lomos de un engendro de movimiento formado por ultraconservadores y nacionalistas de pelajes muy diversos, o confiar en quienes van a defender una sociedad abierta, liberal, democrática y de diálogo para el futuro.

Algunos ya nos estamos moviendo, convencidos de que lo hacemos en la buena dirección, y usted lo sabe, Sr. Bannon.

*** Antuán de Torre es responsable de medios de la Delegación Ciudadanos Europeos.