El Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) del vehículo eléctrico y conectado que el Gobierno presentó en la Moncloa frente a representantes del sector del automóvil, de la energía y de las nuevas tecnologías tendrá un papel crucial durante los próximos años para el impulso de la economía española. 

El PERTE supondrá una inversión de 4.295 millones de euros que se financiarán con fondos de la Unión Europea. El resto, unos 19.700 millones de euros, procederán de la inversión privada. 

El Gobierno espera que el PERTE VEC genere 242.000 empleos y sume 25.700 millones de euros al PIB.

18.572 de esos millones llegarán por las inversiones previstas en la cadena de valor del automóvil eléctrico. Otros 6.900 serán generados por las medidas destinadas a facilitar el acceso de los ciudadanos al vehículo eléctrico.

El PERTE VEC es el primero y el más importante de los siete grandes proyectos que va a impulsar el Estado con fondos europeos. El objetivo es convertir España en un gran centro de operaciones del coche eléctrico. En España se extraerá el mineral para las baterías, se fabricarán estas, se producirán los automóviles y se distribuirán posteriormente hasta los canales de venta nacionales e internacionales.

El PERTE VEC es un proyecto vital para una industria que en estos momentos aporta el 8% del PIB y que genera el 9% de los puestos de trabajo nacionales.

España, epicentro internacional

El grupo Volkswagen está dispuesto a que España sea el epicentro de su estrategia para coches urbanos (algo esencial para la planta de Landaben, en Navarra) y a montar su tercera factoría de baterías, de un total de seis, en nuestro país. 

Además, Seat va a poner en marcha, junto a otras grandes empresas como Telefónica e Iberdrola, el proyecto Future Fast Forward para crear el primer coche eléctrico conectado 100% español.

Seat cuenta para ello con la industria auxiliar del automóvil que hay en nuestro país. Industria que trabaja actualmente con todos los grupos que operan en España. Se trata de empresas como Antolín o Gestamp, que generan cientos de miles de puestos de trabajo alrededor de las distintas plantas de producción que existen en nuestro país.

El Gobierno cree que en 2023 se pueden alcanzar los 250.000 vehículos eléctricos matriculados y entre 80.000 y 110.000 puntos de recarga desplegados. 

Un proyecto vital

La magnitud del PERTE VEC aprobado por el Gobierno lo convierte en un proyecto vital. En primer lugar, porque nos posiciona a la cabeza de una industria clave en Europa. En segundo lugar, porque garantiza el futuro de una de nuestras principales industrias. Industria que en este momento, y sin el PERTE, estaría abocada a desaparecer.

El PERTE VEC transformará la industria del automóvil española, pero también ayudará al reciclaje de los trabajadores en empleos de mayor valor añadido. Además, permitirá cimentar una industria exportadora de futuro que será tractora de nuevas inversiones, tanto públicas como privadas, a su alrededor. 

El plan requerirá del despliegue de una red de cargadores a lo largo y ancho del país. También supondrá el despliegue y desarrollo del 5G, que permitirá a su vez la actualización de las viejas carreteras en nuevas infraestructuras viarias conectadas que incrementen la seguridad y permitan el ahorro energético.

El PERTE VEC supondrá una transformación radical del sector automovilístico que ayudará a modernizar y revitalizar el tejido productivo, y que generará riqueza y empleo para los españoles. De ahí la importancia de que el plan tenga éxito. Nuestro país, el segundo mayor fabricante de vehículos de Europa y el noveno del mundo, se juega mucho con él.