La Comisión Europea avaló ayer el plan de recuperación y reformas del Gobierno español, despejando de un plumazo el camino de entrada para 70.000 millones de euros en seis años. Un flujo de capital decisivo para que la economía del país recobre el aire tras una pandemia devastadora para la economía y las empresas nacionales.

La propia presidenta del órgano comunitario, Ursula von der Leyen, celebró este éxito sin paliativos y avanzó que "los españoles van a ser los dueños del crecimiento que generará este plan".

El Ejecutivo de Pedro Sánchez supo actuar con premura al solicitar a finales de abril el acceso a estos fondos Next Generation, que en un 40% irán dirigidos a la transición energética, y Europa ha sabido reconocerlo. De ello dan fe los diez sobresalientes y un notable obtenidos por el plan del Gobierno, como explica hoy INVERTIA. 

De este modo, España recibirá 9.000 millones de euros en julio, la mayor cantidad inicial que recibirá cualquier país del continente, y esperará a diciembre para ingresar los 10.000 restantes acordados para 2021.

Modernización de las empresas

Con el dinero de las ayudas europeas se empujará a nuestras empresas y administraciones hacia la modernización, como ha reconocido la propia Von der Leyen, y se dará un paso al frente en cuestiones fundamentales para nuestro futuro como la digitalización, la cohesión territorial o la transición energética.

Modernización en línea, además, con los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la ONU, como resaltaba en este artículo el director de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez.

Con su decisión, la Unión Europea ha mandado un mensaje claro y contundente al resto del mundo. Cuando parecía que el proyecto común estaba más cuestionado, a raíz de la salida de Reino Unido de la UE y el auge de los populismos, la Unión Europea ha dado un golpe sobre la mesa con la solidaridad entre Estados miembro por bandera.

El Gobierno tiene ahora la responsabilidad de estar a la altura del desafío y de las expectativas creadas. Su primera responsabilidad será la de llegar a acuerdos con los agentes sociales (sindicatos y empresarios) para la aprobación de las reformas en el terreno del mercado laboral y de pensiones que exige Bruselas como contrapartida a la entrega de un segundo paquete de ayudas de 10.000 millones de euros.

Si ese acuerdo es consensuado además con la oposición y las administraciones autonómicas, el Gobierno tendrá buena parte del camino recorrido hacia el desbloqueo del resto de las ayudas. 

Tiempos de pactos

Dado lo enrarecido y polarizado del ambiente político nacional, sería recomendable que el presidente Sánchez acercara posturas con el PP de Pablo Casado para asegurar el destino oportuno de los fondos. La realidad es que tanto PSOE como PP han sido incapaces de llegar a grandes pactos. Es el momento de que se revierta esa situación.

En juego está el futuro de miles de empresas, que se han resentido por las exiguas ayudas directas recibidas desde el comienzo de la pandemia. También el de cientos de miles de españoles que han perdido su empleo. La crisis se ha llevado más de un millón de puestos de trabajo por delante que el Gobierno debe tener como objetivo recuperar.

Es el momento de que los agentes sociales, las patronales y los sindicatos, tiendan puentes de diálogo que permitan acometer reformas fundamentales. Especialmente la laboral y las orientadas a garantizar la sostenibilidad de las pensiones.

Este será el modo de que España cumpla con los hitos comprometidos con Bruselas, imprescindibles para el acceso al grueso de los 70.000 millones en ayudas directas y los 70.000 restantes en préstamos baratos que la ministra Nadia Calviño adelantó que solicitarían.