El proyecto de una Mesa para la Reconstrucción nació torcido. Si en un primer momento un PP desorientado por la influencia de Vox se resistía a aceptar la iniciativa, tampoco el Gobierno hizo gestos explícitos para sumar al principal partido de la oposición.

La peor crisis sanitaria de los últimos cien años obligó finalmente a los políticos a exhibir, al menos en apariencia, la imagen de unidad que reclamaban (y reclaman) una mayoría de españoles, y de ahí la constitución de una Comisión en el Congreso.

Renuncia

Un mes después y tras el desfile de 41 expertos, todo parecía perdido. Los grupos parlamentarios no habían sido capaces de pactar una sola medida. Sin embargo, sobre la campana, en la noche de este miércoles, PSOE y Podemos acercaron posiciones en materia de impuestos que abren una rendija a la esperanza. 



Aunque la postura oficial de ambos continúa siendo ambigua, la renuncia de Podemos a maximalismos como el del "impuesto a los ricos" y su acercamiento a tesis más templadas puede aproximar el acuerdo con Ciudadanos. Sobre todo en un momento en el que, tal y como hoy informamos, la radical receta económica que ERC ha puesto sobre la mesa obliga a los socialistas a mirar a Arrimadas para negociar en Bruselas. 

Intercambio

Si a ello añadimos que el PP intercambiaba ayer documentos con el PSOE en busca de un pacto por la Sanidad que podría llevar a Casado a votar a favor del decreto de "nueva normalidad" de Sánchez, está claro que la situación ha cambiado.

De hecho, la votación prevista para hoy sobre las conclusiones de la Comisión de Reconstrucción se ha aplazado una semana, al 2 de julio, lo que indica que es ahora cuando empieza la verdadera negociación. Y quién sabe si estos movimientos pueden anticipar un acuerdo de Presupuestos.

No hay que ser ingenuos ni echar las campanas al vuelo, porque además, sin el concurso del PP, no puede haber un verdadero pacto de Estado. Pero viendo lo que había, es evidente que el panorama es ahora mejor.