Después de cuatro meses, el juicio contra los cabecillas del golpe separatista enfila la recta final. Y pocos días como el de este martes contribuyen mejor a la comprensión de lo que ocurrió en el otoño de 2017 entre la aprobación de las llamadas leyes de desconexión, la Declaración de Independencia en el Parlamento de Cataluña y la obligada aplicación del artículo 155.

Este martes hemos conocido las conclusiones finales de la Fiscalía y de la Abogacía General del Estado. Si bien la Abogacía, en línea con el criterio del Gobierno de Sánchez, entiende que en el procés hubo violencia pero sin la "intensidad" precisa para el delito de rebelión, la Fiscalía ha presentado un demoledor informe en el que se detalla que los 12 líderes independentistas sentados en el banquillo intentaron "liquidar la Constitución".

Violencia

Los cuatro fiscales argumentan que lo que sucedió en Cataluña en 2017 es "en la terminología de Hans Kelsen" un "golpe de Estado", la "sustitución del orden jurídico por otro por medios ilegales". Un golpe en el que los acusados incitaron a los ciudadanos a la violencia y ésta fue "suficiente" para los "objetivos que se habían trazado".

El informe de la Fiscalía da contenido jurídico al concepto de "golpe de Estado" para lo acontecido en Cataluña, un término que hasta ahora sólo se manejaba -y con cautela- en la prensa. Sin embargo el Ministerio Público no tiene dudas y homologa a los líderes del proceso separatista con los responsables del 23-F.

Relato

En el Tribunal Supremo se ha visto la distancia sideral que media entre la escrupulosa descripción de los hechos realizada por unos profesionales del Derecho y el relato fantasioso de los líderes separatistas y sus clichés sobre el pacifismo. La realidad es que se intentó violentar la Constitución, "instrumento básico de la convivencia". 

La claridad y solidez de los argumentos de la Fiscalía deberían desterrar cualquier idea en el Gobierno de sopesar siquiera la concesión de indultos. Y al mismo tiempo debería servir de argumento para que el constitucionalismo camine unido y facilite gobernar a Sánchez para que no sea rehén de un separatismo violento.