Se muere. ¿Seguro? Se esta muriendo muy deprisa. ¿Alguna posibilidad? ¿Hay algo que se pueda hacer? Hay que operar, y hay que operar ya, es la única oportunidad que le queda y tampoco es seguro que funcione; no hay tiempo para listas de espera... Perdone la pregunta: ¿Cuánto costaría una intervención de estas características? ¿Qué? No sé que decirle, es una pregunta muy extraña, disculpe. Mire, he perdido la casa familiar, vivo de alquiler y en poco tiempo me echarán a la calle porque no voy a poder pagar, también he perdido el negocio que tenía, diecisiete acreedores me reclaman más de dos millones de euros, el banco ya no me presta nada, en la cuenta corriente tengo 732 euros y en el bolsillo menos de cien, me han anulado todas las tarjetas de crédito, ya no tengo seguro médico privado que me pueda cubrir la cirugía, no tengo a nadie a quién pedirle dinero, no tengo nada que pueda vender, y si el diablo quisiera mi alma se la vendería, pero por el momento nadie me ha hecho una oferta, y por si fuera poco me dice ahora que mi mujer se esta muriendo y que su vida depende de una operación que no sé como voy a pagar... Joder, no me diga que le extraña mi pregunta.

¡Uff! no sé, perdóneme, lamento todo lo que le pasa, de verdad, no tenía ni idea, pero... ¿Qué quiere que le diga? Cirujano, ayudante, anestesista, por los menos dos o tres enfermeras, luego los gastos de la clínica... hablaría con ellos para que se portaran bien pero la verdad es que de los 90.000 o 100.000 euros no va a bajar... y no la van a intervenir si no adelanta al menos el cincuenta por ciento del total o presenta un aval bancario; perdone pero estas cosas funcionan así. Lo supongo, no se preocupe, lo entiendo; antes de que acabe el día le diré algo doctor, muchas gracias.

¿Que te ha dicho el médico? Que no te preocupes, cielo, que estas jodida pero que es optimista, que no es tan grave como pensábamos, que tu vida no corre peligro, aunque a lo mejor hay que hacer una pequeña intervención para salir de dudas. ¿Y cómo la vamos a pagar, Manolo? Joder, Pilar, no te preocupes ahora de eso, lo único importante es que tu vida ya no corre peligro. ¿No me estarás mintiendo, verdad? Cómo te voy a mentir con estas cosas, cielo. ¡Manolo! ¡Manolo! Te está sonando el teléfono. ¡Ah! La verdad es que no sé donde tengo la cabeza: dígame.

¿Manuel? . Soy Ángel, del Santander. ¡Ah! hola, ¿Qué tal? ¿No jodas Ángel que me ha caído algún marrón nuevo? No, no; no se trata de eso, todo lo contrario; te acaba de entrar un ingreso de 100.000 euros exactos, debe ser el aguinaldo de Navidad y te llamo porque igual lo estabas esperando y quería que lo supieras porque sé como lo estás pasando... ¿Manuel? ¿Manuel? ¿Sigues ahí? No te oigo. Sí, sí, perdona, es que se te ha ido la voz, ¿me lo puedes repetir? es que estoy en el hospital, se oye fatal y no he oído lo que me decías, lo siento. No te preocupes, que estos móviles cada día son más caros y se oyen peor: que te decía que te acaba de entrar un ingreso de 100.000 euros y que te lo quería comentar porque sé que lo estás pasando bastante mal y a lo mejor lo estabas esperando para tapar algún agujero. Gracias Ángel, ahora me paso por ahí y te digo.

¿Quién era? Nada cielo, no te preocupes, es Ángel, el del Santander, que quiere que me pase por el banco para firmar unos papeles. ¿Y te vas ahora? Sí cielo, quiero hacerlo cuanto antes. Ven pronto, por favor, que no me gusta quedarme sola.

¿Ángel? Hola Manolo, pasa por favor y tu dirás. Me gustaría sacar el dinero que me han ingresado. Lo suponía, ¿quieres hacer una transferencia o prefieres un talón bancario? Lo quiero en efectivo, si es posible. ¿Cómo? No tengo ese dinero en el banco. ¿Y no te lo podrían traer antes de que cierre la oficina? A las personas que les debo este dinero no les gustan ni los talones ni las trasferencias, y es muy importante para mí; por favor Ángel. Espera, voy a llamar a la central y les puedo decir que es una emergencia o algo por el estilo... Que sí Manolo, que nos lo traen en una hora, tómate un café y vuelve a la una.

¿Ángel, ha llegado ya? Joder, Manolo, que puntual: aquí tienes el paquetito, 2.000 billetes de 50. Gracias, Ángel, me iba la vida en este dinero. Lo supongo, Manolo, lo supongo. No te haces ni idea. Por cierto, ¿quién te ha enviado el aguinaldo navideño? Santa Claus en persona, Ángel, Santa Claus en persona. Pues nada, a disfrutarlo...

¿Doctor? ¡Ah! Es usted, pase, pase: ¿Qué ha decidido? ¿Cuándo podrían operar a mi mujer? No lo sé, quizá mañana, o pasado a más tardar. Mañana, quiero que sea mañana mismo. De acuerdo... pero ahora debería pasar por administración para lo del papeleo, ya sabe. No hay problema, ¿con quién debo hablar para el pago? Pregunte por Alicia, hablo con ella y se lo cuento. Gracias, doctor, pero la tiene que operar mañana, mañana mismo, sin falta. No se preocupe, creo que puedo arreglarlo todo para operarla mañana mismo a primera hora.

¿¡Que va a pagar en metálico!? Es que me viene mucho mejor pagarlo así. Es la primera vez que me pasa, la verdad… si deja una señal deber ser por lo menos del cincuenta por ciento. Nada de señales, quiero pagar el total de la operación… Y será mañana ¿no? Sí, sí, está programada para primera hora de mañana.

¿Ya está en quirófano? Sí, tenga mucha paciencia porque la intervención va a ser larga… Se lo digo por si quiere pasarse por la cafetería para tomar un café y que la espera se le haga más corta.

¿Manolo? Soy Ángel, del Santander, ¿qué cojones me has hecho? ¿Dónde está el dinero? No era tuyo y te lo has llevado, eso es robar, me has robado, me has hecho una gran putada. Perdona, Ángel, perdona. Tú lo sabías, ¿verdad?, sabías que ese dinero no era tuyo, que no podía ser tuyo… ¿Dónde está el dinero, Manolo? ¿Que dónde está? Ahora mismo en el quirófano, tengo todo el dinero invertido en un quirófano… No tenía más remedio; o era un ladrón por coger lo que me caía del cielo o dejaba morir a mi mujer, y como podrás comprender la decisión era fácil… Lo siento de verdad, pero no me arrepiento. Manolo ahora mismo voy a poner la correspondiente denuncia, lo siento, te comprendo, pero me has jodido. Estoy en el hospital, Ángel; ahora mismo estoy en el hospital esperando que concluya la operación, por si se lo quieres decir a quien estimes necesario.

¿Es usted don…? Sí, soy yo. Somos… Tiene usted que acompañarnos. Sí, claro, cómo no, les estaba esperando. ¿Puedo decirles a las enfermeras que voy a salir y que me manden un mensaje cuando tengan novedades de la operación de mi mujer? Sí, cómo no.

¿Sabe usted por qué está en Comisaría? Sí, claro. Le acusan de… Es cierto me he quedado con ese dinero… Sabía que no podía ser mío, pensaba, iluso de mí, que me lo había enviado el mismísimo Santa Claus. ¿Reconoce usted entonces que sabía que ese dinero no era suyo? Sí, lo reconozco, claro que lo reconozco; estaba claro que debía tratarse de un error; de un bendito error, eso sí.

(Al móvil de Manolo llega un SMS cuando está declarando en Comisaría. “La cirugía ha salido perfecta, incluso mejor de lo esperado; la rapidez en llevar a cabo la operación ha sido clave; una semana más y no hubiéramos podido hacer nada. Creo que podemos ser moderadamente optimistas de cara al futuro. Por cierto, Feliz Navidad. Dr. R.”)



Pd.

Los nombres son ficticios, la entidad bancaria y las cantidades también y los diálogos están teatralizados. Pero todo lo demás es cierto, incluso las fechas navideñas. Un buen amigo, testigo de primera mano, me lo contó con pelos y señales que, lógicamente, me guardo. Pero lo esencial está aquí: la desesperación, la ruina absoluta, un cáncer terminal, una operación necesaria, un dinero que no se tiene ni se va a tener y un error que coloca esa misma cantidad de dinero en la cuenta corriente equivocada y en un quirófano de salvación.