Las energías renovables siguen creciendo con fuerza en España. Según datos de Red Eléctrica Española (REE), el pasado 5 de septiembre la generación de energía solar fotovoltaica acumulada del 2023 superó a la de todo el año 2022, y a lo largo del pasado mes supuso el 16% del suministro eléctrico total. Pero la innovación no cesa en el sector, con constantes mejoras en la eficiencia de los módulos y nuevos sistemas que permiten generar y almacenar energía barata a partir de la radiación solar.

Es algo que también está llegando al campo, donde el avance de la agrovoltaica parece imparable. Es una manera de aprovechar un mismo terreno agrícola para cultivar alimentos y generar energía fotovoltaica, que está ganando cada vez más adeptos. Pero, ¿qué ocurre en las ciudades, donde el espacio está tan limitado? Hay quien quiere llevar las cubiertas vegetales y los huertos urbanos un paso más allá. Es el caso Bing Klima, una empresa israelí que comercializa kits en los que se integran tanto los paneles solares como los contenedores en los que se cultivan las plantas.

Este sistema se comercializa en España de la mano de la firma catalana Et Posem Verda, que se dedica a diseñar, construir y mantener cubiertas vegetales, principalmente en la provincia de Barcelona. "Bing Klima es una solución modular muy interesante para ciertos clientes, ya que puede instalarse sin licencia de obras de manera muy rápida y sencilla", explica a EL ESPAÑOL-Omicrono Jaume Ferret, responsable comercial de la empresa.

Cómo funciona

Los tejados verdes o cubiertas vegetales pueden tener muchas funciones, más allá de la meramente estética, como la reducción de las altas temperaturas, evitando la creación de las conocidas como islas de calor en entornos urbanos. Sin embargo, en la mayoría de los casos implican renunciar a la generación de energía fotovoltaica y requiere de obras, que suelen requerir una nueva impermeabilización y costes elevados.

"Hace 4 años llevamos a cabo un proyecto de tejado verde en un edificio de Mercabarna, Frimercat 1", rememora Ferret. "Era una cubierta plana, pero no era transitable, porque no tenía muro perimetral. Para que se pudiera acceder a ella, hicimos una estructura metálica del tamaño de una placa fotovoltaica para cubrir los 100 metros lineales del perímetro".

Los kits de huertos urbanos con paneles solares de Bing Klima

Para combinar ambas cosas, zona verde y producción fotovoltaica, los técnicos de Et Posem Verda instalaron en la parte inferior una jardinera con plantas para hacer de contrapeso y que la estructura se mantuviera estable. La parte superior quedó completamente techada con paneles solares, que cubren una parte importante del consumo energético del edificio. "Pero lo tuvimos que hacer a medida y ex profeso. Por eso, cuando vimos que Bing Klima tenía esta solución modular y con todo incluido, pensamos que podía ser una muy buena idea para adecuarla a todo tipo de proyectos", señala Ferret.

Y es que estos contenedores vienen totalmente preparados para plantar distintos tipos de verduras u hortalizas y están dotados de una estructura a partir de mástiles de aluminio capaz de sostener cualquier panel solar estándar. Pueden instalarse en cubiertas planas, pero también en casi cualquier patio o terraza soleada para maximizar el uso del espacio.

Características

Los módulos, fabricados en polímeros reciclados y reciclables y muy resistentes a la intemperie, tienen unas medidas de 100 x 120 x 58 cm y una capacidad interna de 450 litros. Al menos en Israel, todos funcionan con un sistema hidropónico, sin necesidad de sustrato, para lo que disponen de un sistema de bandejas y tuberías por donde se distribuye el agua con los nutrientes.

Eso permite que sean contenedores muy ligeros, porque no es necesario llenarlos por completo de agua. Sin embargo, para Ferret "eso tiene un hándicap importante, y es que muy poca gente sabe hacer el mantenimiento de ese tipo de cultivos. Por eso hemos decidido hacerlo todo más sencillo y darle un impulso inicial de otra manera, con sustrato y un sistema de riego por microgoteo, que es algo que puede mantener cualquiera con unos mínimos conocimientos de horticultura". El propio peso del módulo es el que lo fija a la superficie de la cubierta y, según cuenta la empresa israelí en su página web, gracias a su sistema patentado de calefacción pasiva, el kit también funciona en climas fríos y con poca luz. 

Uno de los módulos agrovoltaicos de Bing Klima Bing Klima Omicrono

Al menos de momento, Et Posem Verda no vende ni distribuye los kits de Bing Klima por separado, sino que los incluye en determinados proyectos en los que el cliente busca una solución flexible y sin obras. Entre otras razones, porque uno sólo de estos módulos puede llegar a pesar más de 600 kilos si llueve y la tierra se satura de agua. "No todos los forjados aguantan eso", advierte el comercial de la empresa. "Nosotros tenemos la manera de rellenar el contenedor con un material ultraligero que no se empapa. Si el forjado solo permite una carga de 300 kilos, le añadimos solo 20 cm de sustrato, suficiente para un crecimiento saludable de las plantas".

En el mercado español, las placas fotovoltaicas se instalan aparte, no se venden con los módulos. "No traemos los paneles de Israel porque no hace falta, usamos placas fotovoltaicas de empresas locales. De lo que nos encargamos también es de todos los trámites para una instalación fotovoltaica de autoconsumo o para poder verter a la red, algo que tiene que hacer un técnico cualificado". El precio depende de muchos factores relativos a cada proyecto, pero Ferret calcula que, sin los paneles fotovoltaicos, cada contenedor puede tener un coste unitario de alrededor de unos 600 euros.

Ilustración de la cubierta de un edificio con módulos de Bing Klima Bing Klima Omicrono

De momento, en España no hay ninguna instalación con los módulos de Bing Klima, pero Et Posem Verda ya está en las fases previas de un proyecto para instalar 65 de estos contenedores con paneles solares en la cubierta de un edificio. La empresa israelí, por su parte, también ha llevado su sistema a escuelas como herramienta educativa, para que los alumnos aprendan sobre energías renovables y agricultura urbana, además de convertirse en testigos de una solución particularmente efectiva y asequible contra el cambio climático.

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