Cada año por estas fechas se dan a conocer en España los ganadores de los premios de diseño James Dyson Award, organizados desde 2005 por la fundación del inventor británico e ingeniero de diseño industrial de mismo nombre, más conocido por ser el 'padre' de las célebres aspiradoras ciclónicas Dyson.

Estos galardones, dirigidos a jóvenes estudiantes de todo el mundo, prentenden impulsar nuevas soluciones para problemas reales de la sociedad. Ahora, a los ganadores de anteriores ediciones como Pinsoft, un invento para reducir la fobia a las jeringuillas y aumentar la vacunación, y otro que detecta el cáncer de mama en la orina y se puede usar en casa, hay que añadir a los responsables de FIX, que hoy ha sido declarado ganador de la edición de este año gracias a un sistema que recoge los microplásticos de las lavadoras para convertirlos en un nuevo material con diversas aplicaciones

Detrás de este prometedor proyecto están María Mei Bellsolà, Mario Sanz y Núria Fandos. Estos jóvenes estudiantes del Grado de Ingeniería de Diseño Industrial y del Grado en Diseño e Innovación de la Facultad de Diseño e Ingeniería Elisava de Barcelona pretenden "dar solución a un problema que afecta a todos nuestros mares y océanos". Gracias a ello, han recibido los 5.700 euros del premio para desarrollar su proyecto y la posibilidad de llevarse el galardón internacional, que será elegido personalmente por James Dyson en noviembre.

En qué consiste

El origen del proyecto nació de la inquietud de estos tres estudiantes, deseosos de reducir el impacto medioambiental de los microplásticos. Estas diminutas partículas, menores a los 5 mm, no sólo contaminan los océanos y perjudican a su fauna, sino que acaban en los pulmones y la sangre de los seres humanos a través del consumo de alimentos, bebidas y otros productos. 

Este tipo de residuos no sólo proceden de los envases y materiales de plástico, sino que están presentes en la ropa y se desprenden con cada lavado sin que nos percatemos de ello. Por eso, el objetivo de FIX es la recuperación de estas partículas directamente de las lavadoras, para que no acaben vertidas en el mar, pero también obtener un residuo sólido húmedo y convertirlo en un nuevo material para contribuir decisivament a la economía circular.

FIX, el sistema español para capturar y reutilizar los microplásticos

Todo partió de una propuesta concreta a los estudiantes de Elisava de Girbau Lab, espacio de innovación colaborativa de la multinacional Girbau, compañía especializada en lavadoras industriales. "La empresa es consciente del impacto ambiental que tiene la industria de la lavandería y nos propuso a los alumnos la idea de buscar una solución que evitase que los microplásticos acabasen en el caudal de agua. Esta propuesta encajaba completamente con nuestros intereses profesionales e inquietudes ante la crisis ambiental actual y, tras mucha investigación y prototipos, acabamos dando con FIX", explica Mario Sanz en un comunicado de prensa.

El primer paso era analizar a fondo qué tipo de microplásticos genera la ropa. Para ello, contaron con una lavadora y una malla filtrante de Girbau LAB, con las que descubrieron lo complejo que era capturar, controlar y gestionar este tipo de residuos, ya que son una amalgama de materiales sintéticos y naturales. Para evitar que esas partículas acabaran en el mar, hallaron una solución revolucionaria: encapsularlas en una matriz de plástico reciclable.

Los responsables de FIX en una lavandería industrial Girbau LAB / Elisava Omicrono

"Para llegar al material final hicimos muchísimos prototipos, aproximadamente unas 50 muestras", cuenta María Mei Bellsolà, otro de los miembros del equipo detrás de FIX, sobre el proceso que siguieron hasta dar con la solución ideal. "Empezamos creando las primeras muestras mediante un horno convencional, y, a medida que íbamos aprendiendo las propiedades y cualidades del residuo y cómo interaccionaba con otros plásticos, fuimos probando otros procesos cada vez más complejos e industriales como prensas térmicas, inyección, extrusión y, finalmente, impresión 3D".

Tras llevar a cabo todo tipo de experimentos y pruebas, obtuvieron el material definitivo en varios formatos, como granza (pequeños trozos o pellets que sirven para fabricar productos a partir de plástico reciclado) o filamento de impresión 3D. En cualquiera de estas dos configuraciones, FIX puede incorporarse a los procesos industriales actuales con facilidad.

La bobina de filamento para impresión 3D Girbau LAB / Elisava Omicrono

El material resultante es muy polivalente, hasta el punto de que los tres estudiantes afirman a EL ESPAÑOL-Omicrono que "se pueden conseguir todo tipo de formas". De momento se mueven en una escala pequeña, pero su intención es ampliar en un futuro sus posibles usos. "Hemos podido inyectar e imprimir en 3D piezas pequeñas y simples, pero creemos que el material tiene potencial tanto para ser implementado para desarrollar prototipos de proyectos realizados dentro de la empresa Girbau, como para ser aplicado en productos elásticos del día a día, teniendo en cuenta sus especificaciones".

Este material resultante está formado por los microplásticos encapsulados (que suponen el 3% del peso) y plástico de polipropileno reciclable (el restante 97%). Así, además de evitar la liberación de las peligrosas partículas plásticas al medioambiente, consiguieron mejorar las propiedades mecánicas de flexión del polipropileno.

[El invento contra la sequía para tener siempre agua potable: desala gastando un 90% menos de energía]

No contentos con esto, los tres estudiantes también querían proponer un novedoso envase para el filamento de impresión 3D. Así, tras idear varios prototipos de cartón ondulado reciclado, llegaron a una solución que aúna la bobina y el embalaje en una sola pieza, lo que permite no sólo reducir las materias primas utilizadas para fabricarla, sino también sustituir materiales contaminantes por otros más ecológicos y económicos.

Ahora, mientras planean seguir investigando para aumentar la cantidad de residuos que pueden introducir en la matriz de plástico reciclable y optimizar el material para su industrialización, los responsables de FIX se muestran entusiasmados por recibir un premio de este nivel. "Es un privilegio para nosotros ser distinguidos con este premio. Como equipo, estamos muy orgullosos de haber llegado hasta aquí y es todo un honor poder concursar con los demás proyectos de la fase nacional", explican, aunque también tienen la vista puesta en el premio internacional, que supone 34.000 euros para el desarrollo del proyecto. 

Los otros finalistas

Junto a los creadores de FIX, los finalistas de los James Dyson Awards españoles de este año han sido dos inventos que buscan facilitar la vida a personas con discapacidad. Por un lado está AVA, un kit de productos de higiene para las personas que sufren espasticidad, una afección muscular que puede interferir con la actividad de caminar, el movimiento, el habla y muchas otras actividades de la vida cotidiana.

Creado por Javier Pascual, estudiante del Instituto Europeo di Design (IED), AVA procede de su colaboración con profesionales sanitarios, que le ayudaron a identificar algunas de las dificultades a las que se enfrentan a diario los pacientes con espasticidad. Así, tras decenas de prototipos, Pascual dio con el diseño definitivo de un cepillo de dientes, un cepillo para el pelo y una maquinilla de afeitar con mangos rediseñados y cabezales intercambiables que se adaptan específicamente a las necesidades de las personas con espasticidad.

El prototipo de NOBJECTE para personas invidentes Joan Cofàn Omicrono

El otro finalista es Joan Cofàn, estudiante de Elisava que está detrás de una tecnología para ayudar a las personas ciegas a salir a la calle y orientarse sin compañía. Se trata de NOBJECTE, una suerte de sustituto de los perros guía en forma de wearable inteligente. Cuenta con una cámara y un software que utiliza inteligencia artificial para detectar objetos y enviar una señal háptica a través de 5 motores de vibración.

También te puede interesar: