Los multimillonarios son las pocas personas en este mundo capaces de tener su propio superyate, inmensas embarcaciones repletas de lujo que se pueden ver desde algunas costas como la de España. Pero eso no significa que conseguirlos les resulte siempre fácil. Que se lo digan a Jeff Bezos cuyo yate pudo haberse quedado eternamente en el astillero de Rotterdam o a Steve Jobs, que nunca pudo disfrutar de Venus.

Debió de ser de las pocas veces en las que Jobs se llevó un corte por teléfono. Tras años con la idea de tener un yate, cuando se decidió por fin llamó al famoso diseñador parisino Phillipe Starck, su secretaria no reconoció al creador del iPhone y no le pasó el recado a su jefe. Por suerte, Jobs decidió insistir y volvió a llamar a Starck, a quien sí le pasaron el teléfono esta vez: "¡Monsieur Starck! ¿Conoce a alguien llamado Mr. Jobs? Quiere hablar con usted".

Tal y como contó el diseñador en una entrevista para Vanity Fair, Jobs solo necesito decir en esa llamada "¿Quieres hacerme un barco?" para que Starck aceptará. También le preguntó "¿Sabrás cómo hacerlo?", y el francés dejaba clara su experiencia en la materia añadiendo: "Por supuesto. Tengo los dedos palmeados y escamas en mi espalda. Soy anfibio".

[Así es Drizzle, el lujoso yate de Amancio Ortega: 69 metros de eslora y cuesta 76 millones de euros]

Con esta curiosa anécdota comenzó el diseño y construcción de uno de los yates más imponentes de las últimas décadas, diseñado con el minimalismo que tanto le gustaba al fundador de Apple. Afirma su diseñador que fue de las pocas veces en las que Jobs no hizo alarde de su intransigencia y perfeccionismo. Sobre los primeros bocetos dijo: "es más de lo que nunca hubiera imaginado".

El yate de Steve Jobs

Según SuperYacht Fan, este barco puede acomodar hasta 12 invitados y en él trabaja una tripulación de 22 personas, distribuidos en seis cabinas para los primeros con grandes ventanales y 14 para la tripulación. Su longitud de 78 metros de eslora refleja un estilo minimalista que se repetiría en el interior.

Venus, yate de Steve Jobs SuperYatchFan Omicrono

Venus está propulsado por dos motores MTU que le aportan una velocidad máxima de 20,5 nudos y 18 nudos de velocidad de crucero. Por las imágenes que existen del barco, se puede comprobar cómo son sus cuatro alturas. Destacan sobre todo una cubierta superior y otra más amplia donde es posible tomar el sol o comer, con un pequeño jacuzzi como guinda del pastel. Le siguen en la planta de abajo las cabinas principales y el acceso desde el beachclub hasta el agua.

Venus fue construido por Feadship, empresa de los Países Bajos, y fue botado en octubre de 2011. Jobs falleció ese mismo mes, por lo que no llegó a subirse nunca a ese yate que tanto le impresionó en los planos. Hasta la fecha, sigue perteneciendo a la viuda de Jobs, Laurene Powellfundadora y presidenta de Emerson Collective y XQ Institute.

¿Dónde está?

En la entrega del yate, una disputa legal sobre el pago habría revelado la cifra que Philippe Starck habría recibido por este encargo tan especial: 9 millones de dólares. Aún así se rumorea que el precio final del superyate habría alcanzaría una cifra superior a los 100 millones de euros. 

Se sabe que en 2019 se echó a la mar, después de haber sido sometido a una actualización por cuestiones técnicas, pero poco más se sabe de esta lujosa embarcación. Los mayores fans de la compañía de Cupertino y su fundador pueden localizar la posición del yate a través de distintas webs y acercarse para verlo fondear en la costa.

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