La retirada de las tropas de Estados Unidos en Afganistán y el empuje de los talibanes hasta que se hicieron con Kabul ha tenido como consecuencia una huida del país sin precedentes. Un auténtico sálvese quien pueda en el que también ha participado España y cuyas consecuencias aún están por ver. Principalmente cuando material militar proporcionado por Estados Unidos al ejército afgano ha quedado abandonado a su suerte y pueden caer en manos de los talibanes.

Además de armas de mano y munición que ya se presuponen intervenidas por los talibanes, Estados Unidos había comprado aeronaves de varios modelos y con diferentes propósitos al ejército afgano, así como algunos vehículos todoterreno. Un término que preocupa especialmente dentro de los organismos de inteligencia del país norteamericano así como a las diferentes instituciones encargadas de la reconstrucción del país asiático.

Una de ellas es la Special Inspector General for Afghanistan Reconstruction (SIGAR) que depende del ejército de Estados Unidos y ha estado supervisando en qué se han invertido los 145.000 millones de dólares desde el 2002. Sus reportes son considerados como una de las mejores radiografías posibles de Afganistán y en el informe correspondiente al 30 de junio mencionaba algunos elementos militares que ya habían pasado a manos de talibanes y otros tantos de los que no se tiene constancia.

Talibanes con cazas

Probablemente lo que más preocupa a los afganos y a la comunidad internacional es que los cazas caigan en manos de los talibanes. Estados Unidos adquirió -para las fuerzas armadas de Afganistán- un total de 23 cazas Embraer A-29 Super Tucano de diseño brasileño, según el último reporte del SIGAR.

A-29 Super Tucano USAF

Tras unos cuantos tira y afloja burocráticos y legales, Embraer -a través de Estados Unidos- fue declarada ganadora del contrato de fabricación de los A-29 para la Fuerza Aérea de Afganistán. Llegando las primeras unidades en el 2016. A partir de ese momento, 30 pilotos del país fueron habilitándose para volar este modelo de avión hasta completar las 23 unidades entregadas en el 2018.

Estas aeronaves se encuadran dentro de los cazas ligeros y nada tienen que ver con los pesos pesados compuestos por los conocidísimos Eurofighter Typhoon o cualquiera de quinta generación ruso o estadounidense. Los Super Tucano son aviones turbohélice con una capacidad de ataque limitada y conforman algunos escuadrones de entrenamiento en países como el propio Brasil o Chile en las versiones con dos asientos.

Los A-29 cuentan con un peso máximo al despegue de 5.400 kilogramos propulsados por un motor Pratt & Whitney de 1.604 caballos de potencia. La velocidad máxima está marcada en 590 kilómetros por hora (prácticamente la mitad que cualquier caza a reacción), una autonomía de 1.300 kilómetros y un techo de vuelo de 35.000 pies.

A-29 Super Tucano USAF

El armamento a bordo depende mucho de las elecciones propias de cada nación, aunque sí se sabe oficialmente que han estado utilizando bombas inteligentes GBU-58 Paveway II con guiado láser. El primer lanzamiento de este tipo de munición ocurrió en 2018 y fue dirigido contra los talibanes.

"La Fuerza Aérea de Afganistán (AAF) utilizó la tecnología guiada por láser debido a la proximidad del objetivo a los civiles", según publicó el Departamento de Defensa de Estados Unidos en marzo de ese mismo año. "El éxito llega apenas tres meses después de que la AAF completara el entrenamiento para emplear bombas guiadas por láser. El personal y los jefes de tripulación de las AAF cargaron, armaron y lanzaron con una mínima participación de los asesores", recalcó.

Al igual que ocurre con los propios cazas, el paradero de los misiles guiados por láser no está realmente claro. Estados Unidos sí anunció un proceso de desmantelamiento tecnológico de sus bases militares desde la pasada primavera, pero no se sabe si los GBU-58 están incluidos en la retirada o, por el contrario, fueron cedidos al AAF.

A-29 Super Tucano USAF

En el reporte del SIGAR correspondiente con el 30 de junio, anunciaron que un total de 6 unidades de A-29 habían sido capturados por los talibanes. El resto, hasta las 23 del AAF, no se conoce su ubicación. Aunque en el fin de semana del 15 de agosto "cientos de militares afganos huyeron a Uzbekistán con 22 aviones militares y 24 helicópteros", según recogió Reuters. Sin detallar cuántos de cada modelo

Hércules y Black Hawk

Los otros dos modelos estrella de la Fuerza Aérea de Afganistán son los aviones de transportes C-130 Hércules y los helicópteros Black Hawk (los mismos que la oscarizada película Black Hawk derribado). El reporte del SIGAR anuncia que, en total, Afganistán cuenta -o contaba- con 4 unidades del primero, 45 del segundo, otras 50 unidades de helicópteros MD-530 de menor tamaño y 30 aviones Cessna Grand Caravan monomotores.

C-130 Hercules USAF

El Hercules es un avión cuatrimotor turbohélice que se ha consolidado como uno de los mejores en el terreno del transporte logístico y de tropas. España, hasta este año, poseía de varias unidades que han sido relevadas por el Airbus A400M, pero los C-130 siguen sirviendo en ejércitos de muchos países del mundo. De hecho, algunos como Nueva Zelanda los han utilizado para la evacuación que se está realizando estos días desde el aeropuerto de Kabul.

En cuanto al paradero de los C-130 Hércules, el Gobierno de Tajikistan (ex república soviética limítrofe con Afganistán) anunció el pasado 16 de agosto que dos aviones habían aterrizado en su país llevando 100 solados en total. Una capacidad de carga que, en la AAF, tan solo puede atribuirse a los Hércules; por lo que posiblemente se encuentren en esa ubicación a salvo de talibanes. Aunque quedarían otras 2 unidades de las que no se conoce paradero.

Los UH-60 Black Hawk son uno de los helicópteros de combate más famosos del mundo por ser también uno de los más longevos con algo más de 40 años de actividad ininterrumpida. La primera cesión a la AAF se produjo en el 2017 y poco a poco fueron llegando más unidades provenientes de excedentes del Ejército de Estados Unidos.

UH-60 Black Hawk USAF

La versión estadounidense -que ha heredado Afganistán- cuenta con un par de ametralladores y la posibilidad de equipar con cohetes y misiles antitanques. El SIGAR, por el momento, no ha confirmado que ninguna unidad esté en manos de los talibanes.

De este modelo de helicóptero no se conoce realmente el número de unidades que se encuentran todavía en suelo afgano. El SIGAR ha anunciado que la disponibilidad de la flota de este helicóptero se redujo un 39% debido a la retirada de los contratistas de mantenimiento en el periodo de abril a junio.

El reporte de Uzbekistán apuntó a que llegaron a su país un total de 24 helicópteros -sin identificar modelo- de los 95 que presumiblemente tenía la Fuerza Aérea de Afganistán antes del auge talibán. Un caso muy parecido ocurre con los MD-530, que entrarían en el mix de los 24 helicópteros en territorio uzbeko.

Mi-17 de la Fuerza Aérea de Afganistán Todd Poulio

Por otro lado, los últimos reportes provenientes de Alexander Mikheev, jefe de un exportador estatal de armas de Rusia, indican que los talibanes han capturado más de 100 helicópteros Mi-17 Hip de transporte. "Por supuesto, esta flota requiere reparación, mantenimiento y suministro de repuestos", declaró.

También apunta a que el número de unidades en Afganistán es significativamente mayor que el inventario recopilado por el SIGAR, que estimaba 56 Mi-17, de los cuales solo 32 estaban en un estado óptimo como para ser usados. A principios de este mes de agosto, surgieron en las redes sociales vídeos de talibanes volando este modelo de helicóptero ruso, así que se da por hecho que algunas unidades operativas han caído en sus manos. Aunque todavía no se ha reportado que los estén usando en operaciones de combate, según The Guardian.

No es fácil volar

Aunque varias de estas aeronaves se encuentran bajo dominio talibán, es realmente complicado subirse a la carlinga y comenzar a volar el aparato. "No es algo que pueda hacerse en una semana o un mes", afirma Bradley Bowman, un ex piloto de Black Hawk en el Ejército de Estados Unidos y director senior del Centro de Poder Militar y Político de la Fundación para la Defensa de las Democracias, a NPR.

"Alguien podría entrar allí, tal vez encontrar algunos manuales de operación y averiguar cómo arrancar el motor, girar los rotores y ponerlo en el aire", prosigue. "Pero probablemente sería más un peligro para ellos mismos que para cualquier otra persona en ese momento".

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