La unión entre medicina y el Internet de las cosas es más fuerte que nunca. Un equipo de la Universidad de Cambridge ha puesto a prueba el primer páncreas artificial que se autogestiona desde una aplicación en el móvil, un invento destinado a pacientes con diabetes grave e insuficiencia renal. En España, según la Federación Española de Diabetes (FEDE), aproximadamente el 10% de la población adulta sufre esta enfermedad crónica que puede evitarse con un buen control de la diabetes.

La insuficiencia renal aumenta el riesgo de hipoglucemia e hiperglucemia, es decir, niveles anormalmente bajos o altos de azúcar en sangre y que, a su vez, pueden causar complicaciones como mareos, caídas e incluso, coma. Ambas patologías tienen una gran conexión entre ellas, por lo que un buen control de la diabetes aguda puede ser clave para controlar también la insuficiencia renal.

La Universidad de Cambridge y el Hospital Universitario de Berna proponen un nuevo equipo basado en el procesamiento de datos en el momento y la conexión inalámbrica para otorgar a estos pacientes de riesgo una alternativa más rápida y autónoma con la que controlar sus niveles de glucosa en sangre.

Control automático con el móvil

En un estudio publicado en la revista Nature Medicine, explican el funcionamiento de este pequeño dispositivo, el cual trabaja para suplantar la función de un páncreas sano y controlar los niveles de glucosa en sangre a través de la tecnología actual, similar a las opciones utilizadas en los relojes deportivos más populares.

El páncreas artificial se compone de elementos conectados entre sí. En primer lugar, está el sensor de glucosa que analiza la sangre del paciente y transmite la medición al segundo elemento, el teléfono móvil. Este ejecuta un algoritmo para calcular cuánta insulina necesita en cada momento la persona. Por último, la bomba de insulina recibe la información desde el móvil y administra la cantidad exacta.

Paciente páncreas artificial U. Cambridge Omicrono

“Este hallazgo pone de manifiesto la importancia de utilizar un algoritmo adaptable, que pueda ajustarse en respuesta a las necesidades cambiantes de insulina de un individuo a lo largo del tiempo”, explican en el informe los investigadores.

Esta misma universidad ya desarrolló otro páncreas artificial capaz de reemplazar las inyecciones de insulina de los pacientes de tipo 1. El nuevo dispositivo se diferencia de aquel, en que es de circuito completamente cerrado. Toma todas las decisiones por su cuenta sin la intervención de la persona. En cambio, en el primer diseño, los pacientes deben indicar al dispositivo que van a comer para que el aparato ajuste la insulina de forma apropiada.

Además, cada uno va dirigido a un tipo de diabético diferente, los enfermos que podrían beneficiarse de este nuevo invento tienen unas necesidades mucho más complejas: "Los pacientes que viven con diabetes tipo 2 e insuficiencia renal son un grupo particularmente vulnerable y controlan su afección, tratando de prevenir enfermedades potencialmente peligrosas niveles altos o bajos de azúcar en sangre pueden ser un desafío".

"Existe una necesidad real insatisfecha de nuevos enfoques que los ayuden a controlar su afección de manera segura y eficaz", explica la Dra.Charlotte Boughton del Instituto Wellcome-MRC de Ciencias Metabólicas de la Universidad de Cambridge, directora del estudio.

Resultados en pacientes 

Para poner a prueba el páncreas artificial, han trabajado durante un año (octubre de 2019 a noviembre de 2020) con 26 pacientes en tratamiento de diálisis. Trece de los participantes fueron asignados al azar para recibir el páncreas artificial, mientras otros 13 recibieron primero la terapia de insulina estándar. Los investigadores compararon cuánto tiempo pasó cada paciente en el rango objetivo de azúcar en sangre (5,6 a 10,0 mmol/L) durante un período de 20 días.

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El primer grupo con el páncreas artificial permaneció en el rango objetivo el 53% del tiempo, a diferencia del segundo grupo que solo lo consiguió el 38% del tiempo. Según explica el artículo, esto equivale a alrededor de 3,5 horas adicionales cada día en el rango objetivo en comparación con la terapia de control.

Los resultados de las pruebas han determinado que este pequeño equipo puede simplificar el proceso de control de la enfermedad. Los propios participantes, aseguran que recomendaría el dispositivo a otras personas. Además, cuando se les preguntó sobre sus experiencias con el uso del páncreas artificial, nueve de cada diez dicen que pasaron menos tiempo controlando su diabetes con el páncreas artificial y estaban menos preocupados por sus niveles de azúcar en sangre mientras lo usaban.

Este invento también ofrece la posibilidad de reducir el número de pinchazos en el dedo para controlar cada poco tiempo los niveles de azúcar en sangre. Entre las desventajas de este sistema, los participantes mencionan la incomodidad al usar la bomba de insulina y el hecho de tener que llevar siempre con ellos el teléfono móvil.

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