La energía del mar en sus diferentes formas ha sido una de las grandes fuentes de la historia. Desde los barcos que surcaban España hace ya varios milenios a las grandes infraestructuras que aprovechan los mismos vientos para generar una cantidad enorme de energía eléctrica.

Pero el viento no es el único capaz de hacerlo. Cada vez más existen tecnologías que aprovechan el movimiento del agua para inyectar electricidad a la red. Uno de los ejemplos, sin salirnos de las fronteras nacionales, lo tenemos en Guipúzcoa, donde se usan las olas para generar electricidad desde hace ya varios años.

El tercer elemento marino con potencial son las mareas. Enormes masas de agua en movimiento que se pueden aprovechar para hacer lo propio. No es realmente una nueva fuente, pues la energía mareomotriz se lleva empleando ya varias décadas, pero nunca a una escala tan grande como la planteada por la compañía Orbital con su enorme turbina O2.

Mareomotriz gigante

La Orbital O2 comenzó su construcción en la segunda mitad del año 2019 y ha involucrado empresas de todo el Reino Unido. La parte de la siderurgia y de los trabajos de montaje principales se realizaron en Escocia -de donde es la propia Orbita-, las anclas se fabricaron en Gales y las palas de la turbina en el sur de Inglaterra.

Transporte Orbital O2 Orbital Omicrono

La fase de fabricación se dio por concluida el pasado día 22 de abril, cuando el Orbital O2 partió del puerto de Dundee, situado en la costa este escocesa y a unos 120 kilómetros de la capital Glasgow. La turbina de mareas tiene un peso de 680 toneladas y la operativa para trasladarla desde los astilleros hasta el mar ha sido un auténtico reto que ha necesitado de una barcaza sumergible y un remolcador.

Este último llevará la turbina a las Islas Orcadas, donde se pondrá en marcha antes de conectarse al Centro Europeo de Energía Marina (EMEC), "donde se convertirá en la turbina de mareas más potente del mundo", según informa la propia Orbital. El funcionamiento, desde el punto de vista mecánico, es muy simple y no dista mucho al de un aerogenerador. Se trata de mover las palas de la turbina con las corrientes de las mareas, este movimiento se transforma directamente en energía tras pasar por las estaciones eléctricas correspondientes.

Orbital O2 Orbital Omicrono

La particularidad del a Orbital O2 es que, sencillamente, es una turbina inmensa. Según los datos que manejan desde la propia compañía, "la turbina es capaz de generar suficiente electricidad limpia y predecible para satisfacer alrededor de 2.000 hogares del Reino Unido y compensar aproximadamente 2.200 toneladas de producción de dióxido de carbono al año".

Cuenta con una potencial nominal de 2MW que se generan a través de un par de turbinas de 20 metros de diámetro cada una y dispuestas una a cada lado del tubo central. Ambos conjuntos de hélices se han diseñado para trabajar en ambos sentidos de la marea y están conectados con la estructura central -de 74 metros de longitud- con un par de brazos de 18 metros.

Orbital O2

El punto donde se instalará, situado en las citadas Islas Orcadas (al norte de Escocia), cuenta con un flujo de mareas que puede alcanzar una velocidad de 3 metros por segundo. Este aspecto es muy importante por el concepto de infraestructura que hasta ahora se requería en una planta mareomotriz potente.

Mareomotriz de Rance

Uno de los ejemplos más característicos de planta mareomotriz lo encontramos en la población de Rance, en la costa norte de la Bretaña francesa. Allí se emplaza la que ha ostentado el título de mareomotriz más grande del mundo por potencia instalada durante 45 años y hasta el 2011, cuando la planta surcoreana del Lago Sihwa le arrebató el título.

Planta mareomotriz de Rance Dani 7C3

La infraestructura francesa consiste en crear un muro en cuyo interior y sumergidas se instalan las turbinas de generación eléctrica. Esto significa un impacto medioambiental y estético muy importante. El Orbital O2 viene a romper con este esquema mucho más discreto desde ambos puntos de vista y se posiciona como la turbina -en solitario- más potente jamás construida.

La longitud de la barrera artificial alcanza los 750 metros mientras que la estación eléctrica acapara 332. La potencia instalada -o pico- en la planta francesa de 240 MW y una media de 57 MW en funcionamiento. Todo ello con 24 turbinas.

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