Steam, la plataforma de videojuegos de ordenador más popular en España, puede ser muy diferente en el futuro. En vez de jugar con un conjunto de teclado y ratón, o un mando, podríamos controlar los juegos directamente con el cerebro.

Es la idea que Gabe Newell, fundador de Valve, ha planteado. Newell es más famoso por estar detrás de una de las sagas más aclamadas del sector de los videojuegos, Half-Life; y aunque en los últimos años se ha centrado más en mejorar y ampliar su plataforma Steam, afirma que en Valve siguen siendo creadores de videojuegos.

Es sólo que esos juegos pueden no tener la forma acostumbrada. Ya lo demostró con Half-Life: Alyx, una nueva entrega diseñada en exclusiva para los últimos dispositivos de realidad virtual.

El futuro de los videojuegos

Y en el futuro, puede que el próximo Half-Life necesite un dispositivo que nos conectemos directamente al cerebro. Esa es la posibilidad que Newell ha planteado en una entrevista para la televisión neozelandesa, al mismo tiempo que confiesa que es una idea más propia de una película de ciencia ficción.

Sin embargo, también advierte que ignorar este posible futuro sería un "error tonto". Es por eso por lo que ha revelado que Valve está trabajando en la investigación de interfaces cerebro-computadora (BCI por su acrónimo en inglés); y como parte de este interés, está desarrollando software de código abierto, que permita a los desarrolladores experimentar con las señales procedentes de los cerebros humanos.

La gran dificultad de controlar aparatos con la mente siempre ha estado en la 'traducción', en interpretar ondas cerebrales en el contexto de la acción para ejecutarla. Teniendo en cuenta que aún no sabemos del todo cómo funciona nuestro cerebro, es algo complicado.

Conexión con los juegos

Por eso, inicialmente el software de Valve sólo será capaz de detectar si el jugador está disfrutando de lo que está haciendo en el juego; una información que puede servir para cambiar la jugabilidad hacia algo mejor adaptado a cada persona.

Un posible uso sería un juego que es demasiado fácil para el jugador; en ese caso, el programa sería capaz de detectarlo y aumentar la dificultad de manera automática. En un formato en el que la dificultad puede destruir la experiencia, puede ser una aplicación muy interesante.

Dispositivo de interfaz cerebro-máquina OpenBCI Omicrono

Sin embargo, eso sería sólo el principio. Newell imagina un futuro en el que no tengamos que depender de nuestros "periféricos de carne", una manera algo bruta de llamar a nuestras manos. Pero para ello, sería necesario no sólo leer la mente, sino también controlar cerebros.

Un dispositivo capaz de cambiar la manera en la que vemos las cosas puede ofrecer nuevas experiencias, según Newell; puede cambiar un mundo "plano, incoloro, borroso", por otro brillante, colorido y emocionante. También podría ayudarnos a mejorar nuestras vidas, facilitando el sueño y activando el REM.

Unas palabras que se antojan algo peligrosas, como si incontables historias nos hubiesen advertido de ellas; y Newell admite los riesgos, especialmente porque esta tecnología también podría ser mal usada y aprovechada, por ejemplo, por atacantes que consigan enviar las señales adecuadas. De manera jocosa, pone como ejemplo que una persona termine "corriendo desnuda en el bosque" porque ha sido infectada por un virus informático.

Por el momento, el futuro ideado por Newell no es realidad, pero otros comparten esa visión. Elon Musk es el más famoso, al haber presentado el año pasado la última versión de Neuralink, un dispositivo que permite controlar máquinas con la mente.

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