Aún queda un poco para disfrutar de Starlink en España, el sistema que usa una constelación de satélites para ofrecer Internet, potencialmente, en todo el mundo.

Por el momento, sólo una cantidad limitada de usuarios ha recibido la antena y todos los dispositivos necesarios para conectarse a los satélites; pero ha sido suficiente para que algunos detalles del servicio se filtren en Internet.

Por ejemplo, ya sabemos que las primeras pruebas son prometedoras, con velocidades que van entre los 50 y los 150 Mb/s; aunque el precio de Starlink puede ser algo elevado, tiene la ventaja de ofrecer una velocidad y una cobertura a la altura.

La antena de Starlink

Ahora, y gracias al youtuber Kenneth Keiter, podemos saber algo más de Starlink; de hecho, podemos saber tal vez más de lo que realmente podemos comprender, porque su despiece de una antena de Starlink es tan metódico y largo (de casi una hora de duración) que hay muchos conceptos que digerir.

Interior de una antena de Starlink Kenneth Keiter Omicrono

A menos que tengas conocimientos avanzados de electrónica, la mayoría de las explicaciones realmente no son interesantes. Pero sí que hay algunos detalles qeu llaman la atención.

La antena de Starlink debe ser instalada en un lugar con buenas vistas al cielo, y por lo tanto está más pensada para espacios abiertos, casas en las afueras o pueblos sin conexión por cable.

Básicamente un ordenador

El descubrimiento más llamativo es que la antena es básicamente un ordenador, incluyendo un procesador ARM y su propia memoria RAM; además, ejecuta software desarrollado por SpaceX.

La compañía parece haber desarrollado chips especialmente diseñados para estas tareas, ya que no parecen ser modelos obtenidos de terceros. Toda esta tecnología es necesaria para hacer funcionar el sistema de antenas en fase que permite a la antena conectarse a los satélites, pese a que estos últimos están en constante movimiento.

Interior de una antena de Starlink

También se encuentran componentes como un GPS, para medir la localización exacta de la antena, además de una red de malla hexagonal para captar las señales, oculta bajo una capa de fibra de vidrio.

Es difícil sacar conclusiones de este despiece, pero lo que está claro es que SpaceX ha invertido mucho en estas antenas; así se entiende un poco mejor que para entrar en el servicio sea necesario un pago inicial de 499 dólares (422 euros), para que la compañía entregue tanto la antena como el recibidor que debemos conectar a nuestra red de casa para obtener acceso a Internet. Todo este sistema se controla a través de una app oficial, igual que con los Tesla.

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