Cualquier dron que puedes comprar en España se basa en prácticamente el mismo diseño: unas hélices generan empuje y pueden levantar el aparato del suelo, permitiendo todo tipo de maniobras complejas.

Hay excepciones, como los drones militares que se parecen más a un caza de combate sin cabina para el piloto; pero por lo general, los drones se inspiran en los helicópteros o en los aviones.

La naturaleza puede tener la clave para mejorar estos diseños; al fin y al cabo, los pájaros llevan decenas de millones de años volando de manera muy eficiente.

El azor robótico

Esa es la idea que han tenido ingenieros en Suiza, que acaban de publicar los resultados de un estudio en el que crearon un dron con alas mecanizadas, capaces de extenderse si es necesario.

Los investigadores querían imitar las alas de las aves de presa y su versatilidad, para crear un dron capaz tanto de viajar largas distancias con una sola carga, como de conseguir una gran maniobrabilidad en situaciones que lo requieran.

Ave robótica Enrico Ajanic | EPFL

La inspiración el azor común, y la manera en la que es capaz de cazar en los bosques suizos esquivando árboles gracias a su agilidad; pero el azor también es un ave migratoria, que no se puede permitir gastar energía de manera inútil para mantenerse en el aire durante largos trayectos.

Los investigadores querían crear un dron capaz de hacer ambas cosas: tanto maniobrar en partes complicadas como ganar mucha autonomía aprovechando las corrientes de aire.

Más autonomía

El LisHawk es el resultado de esta investigación, un dron fabricado en fibra de carbono con una forma que imita a la de las aves de presa.  Con una envergadura de unos 103 centímetros, tiene un tamaño muy similar a los pájaros reales.

La parte más importante está en los extremos de las alas y de la cola, que se pueden extender unos treinta centímetros cada una mientras está en el aire. El mayor área mantiene al dron en el aire sin necesidad de usar más energía de las baterías integradas.

Con las alas extendidas, el dron puede alcanzar velocidades de 14 km/h, lo que le da más agilidad; pero también puede cerrar las alas para reducir el rozamiento y alcanzar una velocidad mínima de 27 km/h.

Como hacer que el dron mueva las alas es demasiado complicado, los ingenieros integraron una hélice en el morro; tiene la ventaja de que es más simple no solo de fabricar sino de mantener, y el efecto es similar.

Cambiar la forma del ala en mitad del vuelo no es algo nuevo; el famoso caza F-14 también era capaz de hacerlo. Pero esa idea, aplicada a los drones, puede tener mucho potencial.

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