En la continua lucha del hombre contra los fenómenos naturales, nuestra especie se acaba de anotar un tanto. Y lo ha hecho en uno de los marcos monumentales más fotografiados de todo el mundo: Venecia. La ciudad italiana se enfrenta, con demasiada frecuencia, a la denominada acqua alta que inunda cada rincón de la bella ciudad. En España, por suerte, no contamos con ninguna ciudad en verdadero peligro por la subida extraordinaria en de la marea, pero en Italia sí tienen cierta experiencia acumulada.

Buscando proteger la ciudad de las pérdidas económicas que causa la acqua alta, el Ministerio de Infraestructuras y Transporte comenzó con el diseño y desarrollo de unas barreras compuestas por diques móviles que impidieran que el agua pudiera entrar en la ciudad. El proyecto se denominó MOSE (Modulo Sperimentale Elettromeccanico, o Módulo Electromecánico Experimental) y comenzó a fraguarse en 2003 con el inicio de las primeras obras.

Actualmente, el proyecto se encuentra en una fase muy avanzada del desarrollo y permite el uso de algunos diques móviles antes de que la obra se finalice en 2021. En un primer momento se esperaba que la obra se inaugurara en 2016, pero los retrasos, sobrecostes y juicios por corrupción han fijado la fecha en el próximo año. El coste original de la obra se situó en 7.000 millones de euros.

Salvemos Venecia

Aunque la marea alta 'convencional' que sufre Venecia no es, ni mucho menos, una de las más extremas del mundo sí se puede tornar peligrosa cuando se combina con algunos fenómenos climatológicos adversos. Por ejemplo, con algunos tipos de viento característicos de la zona que impulsan las olas dentro de los canales provocando inundaciones.

Sistema MOSE que evitará inundaciones en Venecia Andrea Meola EFE

A todo lo anterior se suma las diversas actuaciones que se han llevado en el puerto y en algunos accesos para permitir que barcos de mercancías y cruceros operen. Modificando considerablemente la morfología del lecho marino de la zona.

El diseño final dispone de 3 grupos de barreras móviles situadas bajo 3 entradas a la laguna de Venecia. Capaces de retener las subidas del nivel del mar y otros fenómenos costeros que puedan dañar la zona. Así lo han comprobado en las últimas horas cuando la ciudad fue amenazada por un temporal y parte del sistema comenzó a funcionar. Manteniendo la subida del agua en un nivel seguro.

Esquema de la entrada Lido Consorzio Venezia Nuova Omicrono

Cuando la obra esté concluida habrá bajo las aguas un total de 78 barreras divididas a su vez en 4, pues la entrada Lido -la más grande- necesita 2 filas de 20 y 21 elementos cada una. La unión entre ambas filas se ha solucionado con la construcción de una isla artificial que es también el emplazamiento de toda la maquinaria necesaria para operar las compuertas. La distribución se completa con 19 compuertas en la entrada Malamocco y 18 en la de Chioggia.

¿Cómo funcionan?

Las compuertas están formadas por un tipo de caja metálica de 30 metros de anchura con una longitud que varía entre los 18,5 y los 29 metros y un grosor entre 3,6 y 5 metros. Todas ellas están conectadas a una estructura de hormigón emplazada en el lecho mediante bisagras.

MOSE Elisa Fornari EFE Venecia

Como levantar mecánicamente -por fuerza 'bruta'- esas estructuras metálicas sería realmente costoso, los ingenieros se fijaron en el funcionamiento de un submarino. En un funcionamiento normal, con las barreras bajadas, las cajas metálicas están llenas de agua que las mantienen hundidas reposando en la estructura de hormigón.

Cuando se necesiten utilizar, se emplearán bombas neumáticas que las llenarán de aire comprimido achicando de esta forma el agua almacenada. Girarán entonces en torno al eje de la bisagra y las compuertas se levantarán. Cuando se quieran replegar de nuevo tan solo habrá que rellenarlas de agua y se recogerán de nuevo. El proceso de levantamiento tiene aproximadamente una duración de 30 minutos, mientras que el repliegue toma unos 15.

MOSE

En total, la distancia cubierta por las barreras móviles asciende a 1,6 kilómetros que forman parte de un trabajo de 18 kilómetros que se ha realizado en toda la costa para reforzarla ante las inclemencias climáticas. Cada una de las compuertas tiene un peso de 42 toneladas y serán desplegadas cuando la marea prevista vaya a ascender más allá de los 110 centímetros. El diseño permite operarlas de forma independiente según las necesidades en cada momento.

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