Suena a oxímoron, pero el X-37B es el avión secreto más famoso del mundo. Este aparato, fabricado por Boeing para las Fuerzas Aéreas de los EEUU, ha sido el protagonista de algunas de las misiones más desconcertantes de los últimos años.

Por ejemplo, apenas el año pasado este avión espacial terminó una misión que requirió permanecer más de dos años en órbita, batiendo tódo un récord; y la única explicación que se dio es que estaba realizando "experimentos científicos".

Por eso ha sido tan sorprendente que, para el próximo lanzamiento del X-37B los EEUU hayan decidido hacer públicas las misiones en las que se verá implicado; aunque por supuesto, no ha querido dar muchos detalles.

El avión espacial de los EEUU volverá a orbitar

No sabemos cuánto tiempo estará el X-37B en el espacio esta vez, pero sí que tendrá mucho trabajo que hacer y muchas pruebas que realizar, como experimentos para ver cómo la radiación espacial afecta a unas semillas y a ciertos materiales. Tal vez la más interesante es el experimento ideado por el laboratorio de investigación naval de los EEUU, consistente en convertir energía solar en microondas de radio.

El avión espacial X-37B está listo para volver al espacio USAF Omicrono

Como ya hemos dicho, no se han dado muchos detalles, así que el secretismo alrededor de esta misión sigue siendo tan alto como de costumbre; pero todo indica que el equipo experimentará con enviar energía solar desde el espacio a la superficie de la Tierra, un concepto muy futurista pero que siempre se ha planteado como una posibilidad.

Energía solar desde el espacio

La solar ya es una de las principales fuentes de energía que usamos, pero sigue estando por detrás de las no renovables en muchos aspectos. Por ejemplo, depende mucho más de la meteorología local del sitio en el que estén instalados los paneles solares; no solo eso, sino que la eficiencia nunca será todo lo buena que podría ser, por culpa de nuestra atmósfera.

Por lo tanto, una posible solución es lanzar paneles solares al espacio, donde podrían captar mucha más energía de lo habitual; las limitaciones de espacio también desaparecerían a efectos prácticos.

El problema estaría, por supuesto, en enviar esa energía a la Tierra; en eso consistirá uno de los experimentos del X-37B, que usará microondas para enviar la energía solar que obtenga a un receptor en la superficie de la Tierra. Este no sería un "rayo de la muerte" precisamente, ya que la potencia sería demasiado baja.

El X-37B volverá al espacio en este mismo mes de mayo, durante una cantidad de tiempo que no se ha hecho pública. Es un misterio si realizará otras misiones aparte de las anunciadas.

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