Los vuelos se pueden hacer muy largos si no tenemos nada con lo que distraernos. Los sistemas de entretenimiento en vuelo surgieron para resolver ese problema, ¿pero cómo han avanzado con el tiempo? ¿Cómo son actualmente?

Los aviones han revolucionado el mundo. Gracias a ellos podemos movernos de una punta a otra del mundo en un periodo muy corto de tiempo. Pero, aunque sea en poco tiempo, los vuelos pueden llegar a durar muchas horas. Y, por mucho que las vistas por la ventana puedan ser preciosas, vamos a terminar aburriendonos.

Ahí es donde entran a jugar los sistemas de entretenimiento en vuelo, IFE por sus siglas en inglés. Lo conocemos mejor como las pantallas que tenemos en el asiento, esas que nos muestran películas, series o información sobre nuestro vuelo. Eso es ahora, ¿pero cómo era antes? ¿Cómo funciona el IFE ahora? ¿Y hacia dónde va el futuro del entretenimiento en vuelo?

Los sistemas de entretenimiento en vuelo, en el pasado

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Posiblemente os lo tomaréis a broma, pero el primer intento de entretenimiento en vuelo fue subir un piano a bordo. Es obvio que no hablamos de un avión convencional, sino del Hindenburg, el dirigible alemán que terminó con la era de los zepelines al estrellarse. El interior del Hindenburg, para entretener a los pasajeros en los viajes que suponían días, contaba con el citado piano, un bar, una sala de fumadores, un comedor y un salón.

Es obvio que todo eso no entra en un avión convencional. Así que el entretenimiento en vuelo se transformó en el servicio de catering y en la proyección de películas. Las azafatas han sido las encargadas de este catering hasta nuestros días, y la proyección se hacía en la parte frontal de la cabina.

La primera película reproducida en vuelo es ‘Howdy Chicago’, lo cual se hizo en 1921. Y tuvimos que esperar hasta 1963 para empezar a ver tomas de auriculares en los asientos, los cuales eran neumáticos. A partir de 1979 se empezaron a sustituir por auriculares electrónicos. Y las pantallas individuales vinieron en 1988 de la mano del Boeing 747, hechas por Airvision para Northwest Airlines.

El entretenimiento actual: pantallas individuales y LRUs

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Como ya sabéis, la tónica habitual es que cada asiento tenga su propia pantalla individual. Que nosotros controlemos lo que aparece con un mando o con una pantalla táctil. La idea es que cada pasajero pueda ver lo que quiera en la pantalla, nada de una retransmisión para todo el mundo. Incluso esto abre la puerta a la personalización, usando nuestro nombre o nuestros datos para que la aerolínea nos ofrezca servicios.

Este sistema, que hace posible que cada pasajero vea lo que quiera, está basado en un servidor (un ordenador pequeño) ubicado en el avión. Se llama LRU, Line Replaceable Unit, y es el responsable de controlar todas esas pantallas gracias a conexiones Ethernet. Las series y películas se alojan en otros LRU con discos duros. Y el contenido se actualiza con fibra óptica, a través de un dispositivo que contiene las películas cifradas por los estudios.

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Todo esto se vuelve un poco caótico cuando cada aerolínea crea su propio sistema de entretenimiento. Las operadoras están muy interesadas en mantener su propia marca, así que suelen crear un software exclusivo que funcione sólo en sus aviones. También cierran por separado los acuerdos con las productoras para tener contenido. Así que, por eso, cada sistema de entretenimiento puede ser un mundo.

Lo que no se diferencia tanto es quíen es el responsable de montar todas las piezas. La mayoría de aerolíneas usan los servicios de Panasonic Avionics para montar las pantallas, los LRU y todas las conexiones intermedias. Según Panasonic, más de 300 aerolíneas utilizan sistemas de Panasonic Avionics. Esto implica que Panasonic estaría ofreciendo entretenimiento en vuelo para más de 500 millones de pasajeros.

El futuro del entretenimiento en vuelo: tu dispositivo y WiFi

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Sin embargo, las aerolíneas están muy interesadas en eliminar todas esas pantallas. Estamos en una época en la que cada pasajero tiene un smartphone, un tablet o un ordenador al viajar. Y todo ese equipo que se despliega en los aviones pesa, el peso implica mayor gasto de combustible. Y el mayor consumo de keroseno aumenta los gastos de tener un avión en el aire.

Así que la idea de las aerolíneas es ofrecernos todo este contenido a través de la red WiFi on-board. Cuando nos conectemos al WiFi del avión, el LRU nos dará acceso a todo ese contenido. Y esto también abre las puertas a integrar conexiones a Internet. Aunque en muchas ocasiones la aerolínea nos vaya a cobrar por ello.

Respecto a los posibles temores a fallos de seguridad que esto pueda generar, podéis estar tranquilos. Desde que el IFE pudiera estar implicado en un accidente en 1998, el sistema de entretenimiento en vuelo se aísla del resto del avión. Así, en caso de fallo, no afectaría a la seguridad o funcionalidad de un avión. Y un hacker no podría tomar el control del avión con un fallo del IFE.

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