Llevamos una buena temporada con un Musk totalmente desatado. Mientras que el lanzamiento de su alternativa a la Wikipedia ha resultado ser un desastre, el magnate aspira a nada menos que construir un ejército de robots sobre los que tenga una gran influencia.
Ahora vuelve a la palestra de la polémica por algo quizás más turbio. El The Wall Street Journal ha revelado que Musk usó datos biométricos de sus propios empleados para entrenar al avatar de IA 'Ani' con estética anime.
En julio de este mismo año, Elon Musk lanzó una serie de avatares virtuales potenciados con la IA de Grok, incluyendo uno que hacía las veces de 'novia virtual'. Dicho avatar habría sido entrenado con datos recolectados de sus empleados en xAI.
Musk usó datos biométricos para entrenar una IA
El WSJ relata que en abril, la abogada principal de xAI Lily Lim celebró una reunión en la que comunicó a los empleados de la startup la obligación de ceder algunos de sus datos biométricos con la intención de entrenar a Ani.
La idea, dice el Journal, era conseguir que el chatbot arrojase interacciones con los usuarios más fieles a las que daría un humano. Además, los trabajadores tuvieron que firmar formularios de autorización que otorgaban esta licencia a perpetuidad.
En ese formulario se expone lo siguiente: la cesión de los datos se otorgaría bajo una licencia "perpetua, mundial, no exclusiva, sublicenciable y libre de royalties" que permitiera a xAI reproducir, usar y distribuir sus rostros y voces.
Lo más problemático es que ante la negativa de algunos empleados por ceder sus rostros, xAI les comunicó que esta cesión era un requisito laboral directo, que tenía como objetivo "impulsar la misión de xAI".
Recordemos que este chatbot, que claramente estaba sexualizado y que arrojaba comentarios subidos de tono en su modo 'Sexy', fue supervisado personalmente por Elon Musk, controlando las respuestas que este daba.
El Journal aclara que algunos de los empleados rechazaron abiertamente esta obligación, debido a que les incomodaba el abierto tono sexual con el que Ani se comunicaba en sus respuestas, negándose a ceder sus datos.
Elon Musk y el logo de X.
Y es que además de eso, tampoco quedaron conformes con la estética anime que Ani presenta, que representa el arquetipo sexualizado y estereotípico de chica gótica presente en tantas obras como Death Note y que dista mucho de ser real.
No solo eso; los empleados también expresaron su preocupación sobre la idea de que sus rostros y datos biométricos se vendieran a otras empresas o que en su defecto acabasen usándose para realizar vídeos deepfake con IA.
La introducción de avatares de IA en X es solo una ocurrencia más en la mente de una persona que ha demostrado ser visionario y megalómano a partes iguales, siendo la Grokipedia la más preocupante de todas.
En su reciente 'Wikipedia' potenciada con Grok, en la que el propio magnate aseguraba buscar la verdad y nada más que la verdad, se recogían entradas cuestionables que negaban el cambio climático y alababan figuras fascistas y problemáticas como Francisco Franco.
