Desde el lanzamiento de Radar COVID en España, la prioridad ha estado en llevar la nueva app a la mayor cantidad de gente posible por las ventajas que puede traer en la lucha contra la COVID-19, además de implantar los cambios necesarios en los servicios de salud de las Comunidades Autónomas.

Sin embargo, todo este trabajo puede no servir de nada en ciertas situaciones, según ha revelado un estudio publicado por investigadores de la Trinity College en Dublín. El objeto de estudio fue la nueva plataforma de "contact tracing" desarrollada por Apple y Google.

Fruto de una alianza histórica, esta tecnología es capaz de avisar a los usuarios si han tenido contacto con una persona con COVID-19, para tomar las medidas adecuadas como contactar con los servicios de salud. Para los gobiernos, sirve para rastrear la expansión del virus y tomar las medidas necesarias.

Radar COVID, ¿sirve?

En teoría, apps como Radar COVID en España, desarrolladas en esa plataforma, deberían ser una herramienta vital para la contención del coronavirus; en la práctica, eso no está resultando ser así y la investigación del Trinity College puede desvelar el porqué.

Metro de Madrid

Según las conclusiones, el sistema de "contact tracing" no funciona correctamente en el transporte público, dando lugar a mediciones y registros que no concuerdan con la realidad; por lo tanto, en el peor de los casos, estas aplicaciones no estarían proporcionando datos fiables.

El problema está en que la tecnología usada por Apple y Google no es capaz de medir la distancia entre personas de manera precisa, algo especialmente importante en sitios concurridos como trenes, tranvías o autobuses, donde hay mucha gente en un espacio reducido.

Fallos en detección

La tecnología implantada en iOS y Android funciona usando Bluetooth, presente en la inmensa mayoría de móviles actuales. Con la función activa, el móvil lanza señales de manera automática, que son captadas por otros móviles cercanos; ambos se intercambian una clave cifrada y que indica que han estado en contacto.

Si en un plazo de dos semanas, uno de esos propietarios indica en la app que ha sido diagnosticado con COVID-19, el otro móvil recibirá una notificación automática. Por lo tanto, todo el sistema se basa en que la comunicación entre ambos dispositivos se realice de manera correcta.

Experimento para probar la efectividad de las apps contra el coronavirus Trinity College Omicrono

Sin embargo, en el experimento realizado en el tranvía de Dublín los investigadores comprobaron que estos contactos no se registraban correctamente. La prueba consistió en que unos voluntarios cambiasen de asientos cada quince minutos durante el trayecto.

A continuación, usaron los datos que habían obtenido y descubrieron que la detección precisa no era mejor que seleccionar participantes de manera aleatoria, sin importar la distancia a la que estuviesen.

Por qué falla

Los investigadores apuntan a la manera imprecisa en la que Bluetooth funciona como el motivo de que el experimento saliese tan mal. Descubrieron que pequeños cambios en la orientación del móvil podían suponer una gran diferencia. Por ejemplo, tener el smartphone bocabajo o bocarriba en una mesa potencia el efecto, pero esa es la mejor de las situaciones; en entornos como un tranvía, no es tan sencillo.

No es sólo que los móviles suelen estar en el bolsillo o en los bolsos; es que la propia estructura metálica del tranvía refleja las señales Bluetooth, potenciándolas de manera artificial. Así que es posible que se detecte un contacto cuando, en realidad, la otra persona está en la otra punta del vagón.

Rastreo del coronavirus con 'Contact Tracing' Omicrono

Bluetooth nunca estuvo diseñado para este tipo de tareas. Normalmente, no es necesario que las conexiones Bluetooth sean tan precisas porque las usamos con nuestros auriculares inalámbricos, nuestros mandos u otros dispositivos que están cerca del móvil.

De hecho, este fue un problema admitido por ingenieros de Apple y Google antes del lanzamiento, ya que el alcance de Bluetooth no es el mismo en todos los móviles; algunos tienen chips más potentes con un mayor alcance.

Radar COVID y la tecnología de Apple y Google fueron desarrolladas contra reloj, y los dos gigantes se han comprometido a implantar cambios para hacerla más eficiente y segura. La duda es si llegarán a tiempo, o incluso si es posible solucionar un problema intriseco de Bluetooth.

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