Un hombre de 37 años fue sentenciado el pasado viernes a muerte por la horca en Singapur, convirtiéndose en la primera sentencia de muerte anunciada a través de videoconferencia.

Las aplicaciones de videoconferencia como Zoom se han vuelto imprescindibles en estos tiempos de pandemia, al facilitar el teletrabajo; incontables negocios y empresas se han mantenido en pie gracias a esta tecnología.

Pero mientras las medidas contra el COVID-19 continúan, no solo las empresas tienen que seguir funcionando, también otros aspectos de la vida pública, como la justicia; ¿pueden servir las mismas herramientas en esos casos?

Sentencias a través de Zoom

En Singapur creen que sí. Es allí donde el tribunal supremo de justicia ha sentenciado a muerte a un hombre de 37 años, sospechoso de conectar a dos narcotraficantes en el 2011; en concreto, se le acusó de ser 'cómplice de narcotráfico', presuntamente al ayudar a que se vendiesen unos 28,5 gramos de heroína. El hombre, de nacionalidad malaya, fue extraditado a Singapur pese a negar todos los cargos.

Lo sorprendente de este caso no ha sido tanto la sentencia en sí, ya que Singapur es famosa por ser especialmente estricta en todo lo que respecta al tráfico de drogas, sino por la manera en la que se anunció.

Videollamada en Zoom. @gabrielbenois en Unsplash Omicrono

Debido a las medidas de distanciamiento social por el coronavirus, el juez decidió anunciar la sentencia al defensor a través de una llamada de videoconferencia, después de creer el testimonio de las otras dos personas implicadas en la supuesta transferencia. Representantes del tribunal supremo justificaron la decisión "por la seguridad de todos los involucrados en el proceso", según Reuters.

Una decisión "inhumana y cruel"

El abogado defensor ha confirmado que la app usada en el proceso fue Zoom, y que no tuvo problemas en escuchar la sentencia; no se ha mostrado contrario al proceso porque sólo consistía en presentar la sentencia, sin posibilidad de presentar argumentos. Sin embargo, afirma que posiblemente apelarán la sentencia, y ahí sí que necesitaría comunicarse con el juez de la manera más óptima.

La ironía de proteger a unos procesados que de todas formas van a ser condenados a muerte no se le escapa a nadie, pero para los detractores de la pena de muerte es algo más serio; el Observatorio de Derechos Humanos ha denunciado no solo la sentencia sino la manera en la que se anunció, afirmando que la hace más "inhumana y cruel".

La posibilidad de que un juez pueda condenar a muerte sin tener al acusado delante puede abrir un peligroso precedente; pero en muchos casos, puede servir para desatorar la justicia. En Texas, ya están experimentando con un juicio en el que el jurado popular estará presente a través de una llamada de Zoom, evitando que estas personas tengan que salir y agilizando el proceso.

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