El Reino Unido ha empezado las pruebas de su app para iOS y Android, con la que pretende evitar la expansión del coronavirus por el Reino Unido; sin embargo, la decisión de no usar el sistema de Apple y Google ya ha demostrado sus inconvenientes.

Los gobiernos ahora mismo tienen dos opciones si quieren usar nuestros móviles para evitar una segunda oleada de contagios del coronavirus.

Las dos se basan en comparar claves para saber si hemos estado cerca de un paciente de COVID-19, pero difieren en el funcionamiento.

Las diferentes apps contra el COVID-19

Por una parte, pueden usar sus propias apps y sus propias plataformas, desarrollándolas de manera interna y alojando los datos en sus servidores de manera centralizada. Este método tiene la ventaja (para el gobierno en cuestión) de tener todos los datos accesibles fácilmente.

Por otra, pueden usar la plataforma que Apple y Google anunciaron, y que se espera que llegará este mismo mes de marzo; este sistema es descentralizado, en el sentido de que son nuestros propios móviles los que comprueban si hemos podido ser contagiados. Este sistema permite un acceso inferior a los datos, pero a cambio debería proteger mejor la privacidad de los usuarios.

Ejemplo de una app para iOS capaz de avisarnos de posible exposición al coronavirus Apple | Google Omicrono

Algunos gobiernos como Reino Unido y Francia han declarado que no confiarán en Apple y Google, y que ya han desarrollado sus propias alternativas; mientras que otros como Alemania han abandonado sus proyectos para usar el de estas compañías.

El Gobierno de España por el momento no se ha pronunciado al respecto, pero ahora tenemos la mejor demostración de que debería usar el sistema de Apple y Google, si tiene alguna intención de que funcione para algo.

La app de Australia no funciona

El Reino Unido y Francia ya están probando su app oficial con una pequeña cantidad de usuarios antes del lanzamiento definitivo; pero es Australia, que ya ha lanzado su propia app con un funcionamiento similar, la que demuestra las limitaciones de este diseño.

COVIDSafe, la app australiana es similar a cómo serán las apps británicas y francesas Omicrono

Para empezar, el hecho de que use un sistema centralizado ha recibido críticas de expertos en privacidad, ya que eso significa que habrá un servidor central con todos los datos, que gestionará todas las interacciones de los usuarios, todos los registros y todos los positivos. Además, el hecho de que la inteligencia británica estuviese implicada (como consultora), no ha despertado confianza.

Pero incluso si obviamos la cuestión de la privacidad, parece evidente que la app australiana es peor de lo que se podrá crear con la plataforma de Apple y Google.

La app, llamada COVIDSafe, funciona igual: se conecta con otros móviles cercanos y les transmite una clave cifrada usando la conexión Bluetooth. El problema es que los sistemas iOS y Android no permiten esto, por razones evidentes: si una app estuviese constantemente enviando datos de nuestro móvil, puede ser porque nos está espiando, o nos podría gastar toda la batería sin darnos cuenta.

Estas apps se basan en compartir claves con la conexión Bluetooth Apple | Google Omicrono

La única manera en la que los iPhone y los Android más modernos permiten usar la conexión Bluetooth es si la app está abierta; no permiten las conexiones si la app está 'en segundo plano'. Por lo tanto, las apps del Reino Unido y Francia sólo funcionarán si desbloqueamos el móvil y la abrimos. Es evidente que no vamos a estar haciendo esto constantemente, así que la app realmente no serviría de mucho, al menos en el estado actual.

Un vídeo demuestra esto, mostrando un móvil Android y un iPhone intentando compartirse las claves usando la app australiana. Aunque están al lado, la app de iOS no comparte claves hasta que el usuario pulsa en ella y la abre.

Esa limitación es el motivo por el que Apple y Google han tenido que aliarse y desarrollar su tecnología a nivel de sistema operativo: para que siempre pueda usar Bluetooth para compartir las claves de manera eficiente.

Los gobiernos que aún se estén planteando qué sistema usar seguramente estarán analizando la app del Reino Unido y su funcionamiento; y este tipo de problemas debería disuadir de seguir el mismo camino.

Noticias relacionadas