SpaceX se encuentra en un momento delicado. España se llena de titulares sobre la mala relación que profesan Elon Musk y la NASA, con la agencia espacial acusando a SpaceX de desarrollar con retraso la Starship. Una prueba con la Starship V3 ha complicado las cosas para Musk.
El pasado jueves 20 de noviembre, SpaceX confirmó el comienzo de las pruebas pre-lanzamiento del Booster 18, el primer propulsor Super Heavy de la versión V3 de Starship. Según se ha podido ver en redes sociales, este habría sufrido importantes daños durante una de sus pruebas.
Según reportan medios como Ars Technica y The Register, las pruebas realizadas pocas horas antes del amanecer y que buscaban comprobar los sistemas de propulsión rediseñados del Booster 18, resultaron en un daño severo al equipo, a causa de una posible implosión.
La Starship V3, ante su primer problema
Estas pruebas tuvieron lugar en el centro de pruebas de Massey, ubicado a una distancia relativamente cercana de la Starbase de SpaceX en Texas. Vídeos publicados por cuentas como Labpadre Space muestran una fuerte implosión que afectó al Heavy Booster.
Poco después de que aparecieran estos vídeos, imágenes cercanas provenientes de aficionados del mundillo aeroespacial confirmaron una serie de daños significativos a lo largo de todo el dispositivo, especialmente en la mitad inferior del cohete.
Los daños sobre todo se concentraron en la sección que oculta el tanque de oxígeno líquido del propulsor. Cabe aclarar que el cohete no ha explotado de forma severa, por lo que no se ha destruido por completo.
Hace escasas horas, SpaceX salió al paso para explicar qué había ocurrido. En palabras de la compañía, el Booster 18 había sufrido una "anomalía" en las pruebas de presión del sistema de gas realizadas antes de las pruebas estructurales.
Mientras que SpaceX aún está investigando la causa de este suceso con certeza, aclaran que no ha habido heridos de ningún tipo, gracias a una conveniente "distancia de seguridad" entre todo el personal de pruebas y los equipos sometidos a pruebas.
Los de Elon Musk apostillan: "el sitio permanece despejado y estamos trabajando en planes para reentrar al sitio de forma segura". No queda claro, eso sí, si se podrá reutilizar de nuevo este Super Heavy V3 o si SpaceX tendrá que construir otro nuevamente.
Y es que este es un problema grave para una SpaceX cada vez más presionada desde la NASA para conseguir resultados con la Starship, cohete que promete no solo llevar al ser humano de vuelta a la Luna sino incluso a Marte.
Con el undécimo vuelo de prueba, SpaceX dejó atrás las versiones V2 de estos cohetes para dar paso a los modelos Starship V3, más grandes, eficientes y potentes. Este era precisamente el primer modelo de esta nueva gama de cohetes espaciales.
Los nuevos cohetes Starship V3 mejoran prácticamente todos los aspectos de la versión anterior, con 124,4 metros de altura y una capacidad de carga útil máxima de hasta 100 toneladas. El empuje en el momento del despegue también se ha visto incrementado.
Concretamente, SpaceX ha aumentado a más de 80.800 kilonewtons este aspecto frente a su predecesor. Estas mejoras dibujarán la futura versión final de Starship que será, presumiblemente, el cohete insignia de la NASA y de otras misiones espaciales.
Perder la primera iteración de estos Starship V3 puede ser un auténtico quebradero de cabeza para SpaceX, causando un lógico retraso en el duodécimo vuelo. Recordemos: dicho duodécimo vuelo era el primero con estos cohetes V3.
El Booster 18 debía someterse a una serie de pruebas de carga y presurización de propelente criogénico antes de realizar la prueba de encendido estático, que aspiraba a poner en marcha los 33 motores Raptor mejorados del cohete. Esta prueba, de momento, no se hará hasta que solucionen el problema.
