El undécimo lanzamiento de Starship ya tiene hueco en el apretado calendario de la compañía. El próximo martes 14 de octubre a partir de las 01:15 de la madrugada en el horario de España peninsular se volverá a poner a prueba este inmenso cohete, antes de estrenar su nuevo diseño, destinado a revolucionar los viajes a la Luna y Marte.
Los preparativos van viento en popa. El medio especializado NASASpaceflight ha compartido un vídeo de la preparación de la torre de lanzamiento. En los próximos días SpaceX colocará el SuperHeavy, la primera etapa, y encima la nave Starship, la segunda etapa.
Este nuevo intento pretende despedirse de la versión V2 de este cohete y dar la bienvenida al V3 poniendo a prueba en este vuelo algunas de las tecnologías que se implementarán con esta actualización del diseño. De fondo, la complicada situación presupuestaria de la NASA y el inminente lanzamiento de Artemis II.
Starbase preparada
Conocida como Mechazilla, esta torre sirve de plataforma de lanzamiento y de recepción; es clave en los planes de reutilización del cohete de SpaceX, pero aún no tendrá el protagonismo esperado. La empresa ha conseguido el logro de atrapar al vuelo el Super Heavy con los brazos robóticos de Mechazilla después de un vuelo de prueba.
Sin embargo, este momento no se podrá ver en el siguiente viaje de prueba. Ambas etapas aterrizarán en el agua. No será hasta el próximo año cuando se usará Mechazilla para recuperar el cohete. La colocación de la plataforma de lanzamiento es el último paso de una serie de pruebas que ha estado realizando la compañía como el encendido estático de los motores.
En su lugar, este próximo viaje pretende reforzar lo conseguido en el anterior y reforzar la prueba con experimentos que permitan recoger datos sobre el propulsor, probar el escudo térmico de Starship y demostrar maniobras que se aproximarán a ese aterrizaje controlado de la etapa superior, pero en el océano en vez de realizarlas en la plataforma de lanzamiento.
En el décimo vuelo, la primera etapa realizó estas maniobras, pero terminó por explotar en el último segundo. SpaceX no puede poner en riesgo Mechazilla ante otra posible explosión. Para imitar la trayectoria que tomará una nave cuando se intente aterrizar en Starbase, en la fase final de la trayectoria de Starship en el vuelo 11 se practicará una maniobra de inclinación dinámica y se pondrán a prueba algoritmos de guía subsónica antes de un aterrizaje con quema y amerizaje en el Océano Índico.
Aún así la empresa ya ha empezado a demostrar las capacidades de reutilización de este inmenso cohete. El propulsor que se usará para el lanzamiento de la siguiente semana se usó ya en la octava prueba y se lanzará con 24 motores Raptor probados en vuelo.
El Super Heavy encenderá 13 motores al inicio del aterrizaje y después pasará a una nueva configuración con cinco motores encendidos para la fase de desvío. En momentos puntuales como la fase final del aterrizaje, SpaceX pasará a encender solo tres motores para luego apagarse y descender al Golfo de América.
Por su parte, la etapa superior tiene múltiples objetivos como repetir el despliegue de ocho simuladores Starlink, igual que se pudo ver en directo en el experimento anterior. También se planea el reencendido de un motor Raptor durante su estancia en el espacio.
La NASA paralizada
Este cohete tiene como primer objetivo servir en las futuras misiones Artemis. La segunda misión de este programa espacial de regreso a la Luna (la primera a su vez en ser tripulada) intentará despegar en un lapso entre febrero y abril del 2026. Aunque en este viaje aún no participará Starship
El momento no puede ser más crítico para la NASA, con sus empleados suspendidos de empleo y sueldo a causa del cierre del gobierno de Donald Trump, después de que no se llegase a un acuerdo para aprobar el proyecto de ley presupuestario del presidente.
SpaceX prepara Starship para su décimo lanzamiento
Más de 3.000 empleados seguirán yendo a trabajar en este cierre gubernamental para mantener los proyectos clave. Uno de los programas que seguirán requiriendo trabajo por parte de los funcionarios será Artemis.
Si Artemis II consigue volar, podrá transportar a una tripulación de hasta cuatro astronautas en un viaje de ida y vuelta que durará 10 días y que recorrerá más de dos millones de kilómetros. También se realizará un exhaustivo monitoreo de cada uno de los integrantes.
