El décimo vuelo de prueba del inmenso cohete Starship ha sido un espectáculo digno de ver. Con sus luces y sus sombras, algo habitual en un lanzamiento de prueba, la misión se puede calificar de éxito y deja imágenes sorprendentes como el despliegue de satélites en el espacio o el amerizaje de la nave en el océano.
Desde el encendido de los 33 motores del propulsor SuperHeavy a la 1:30 de la madrugada del miércoles en España, hasta la explosión final de la nave cuando tocó el agua oceánica, el viaje estuvo plagado de momentos de intensidad y pruebas para llevar al extremo el diseño del cohete.
Después de tres viajes fallidos en los que SpaceX, empresa fundada por Elon Musk, había perdido la nave antes de cumplir con gran parte de los objetivos, este vuelo de prueba ha conseguido romper esa mala racha. Aun así, el propio Elon Musk explicaba que se "requerían muchos vuelos y muchas iteraciones para determinar sus puntos débiles y dónde debemos modificar el diseño, ya sea reforzando las placas, cambiando el espacio entre ellas o lo que hay debajo".
Durante la retransmisión en directo se pudo apreciar la explosión en la bahía de motores al iniciar la reentrada en la atmósfera, así como el deterioro de la nave cuando se aproximaba al agua. Sin embargo, las nuevas imágenes compartidas por la empresa ofrecen mayor detalle sobre esta espectacular llegada, antes de que la Starship volara por los aires.
"Starship logró la reentrada con placas faltantes intencionalmente, realizó maniobras para forzar sus flaps, presentó daños visibles en el faldón trasero y los flaps, y aun así realizó un giro y un amerizaje que la situó a aproximadamente 3 metros de su punto de amerizaje previsto", explica la compañía aeroespacial en su cuenta de X (Twitter).
La estrategia de negocio de SpaceX depende de la reutilización masiva de las naves espaciales, con periodos mínimos de estancia en la superficie terrestre que son incompatibles con la sustitución de las placas térmicas. Esa necesidad conduce obligatoriamente a conseguir un diseño de escudo térmico muy resistente y reutilizable.
El transbordador espacial de la NASA ya contaba con un escudo térmico reutilizable, aunque habría que reemplazarlos con frecuencia. El ritmo de lanzamiento de la agencia espacial estadounidense no es tan rápido como el que aspira a conseguir SpaceX.
Para conseguirlo, SpaceX ha recopilado una gran cantidad de datos de este vuelo y su reentrada controlada. La empresa no ha explicado qué causó el cambio de color de negro a naranja que se aprecia en las imágenes.
Principalmente se usan losetas cerámicas que no se oxidan, pero la empresa modificó parte del escudo para probar otros materiales. Este tono oxidado con el que regresó la nave podría tener su origen en las losetas metálicas experimentales o en el uso de fluidos refrigerantes, como apuntan algunos especialistas en redes sociales.
Starship amerizando al final de su décimo vuelo de prueba
Esta fase final del vuelo es otra de las tareas pendientes del equipo de ingenieros de Musk. El objetivo de la compañía es recuperar, empleando el Mechazilla (brazo robótico que coge la nave al vuelo), la nave espacial para colocarla en el menor tiempo posible encima de un cohete Super Heavy y realizar así un nuevo lanzamiento.
