Tras un lanzamiento exitoso el pasado 14 de abril, la sonda Juice ya se encuentra en pleno viaje hacia el gigante Júpiter mientras los ingenieros de vuelo van desplegando y activando cada uno de los sistemas de a bordo. Precisamente en este proceso tan complejo es donde se han encontrado un contratiempo en la que ha sido denominada como la misión más importante de la ESA —con participación de España incluida— de los últimos años.

En concreto, según ha publicado la Agencia Espacial Europea en un comunicado, la antena del Radar para la Exploración de las Lunas Heladas (RIME, de sus siglas en inglés) no se ha desplegado según estaba planeado. Se trata de un instrumento de 16 metros de largo capaz de estudiar la estructura de la superficie a través de la capa de hielo y hasta 9 kilómetros de profundidad.

"El trabajo continúa para liberar el radar y los equipos del centro de control de la misión de la ESA en Darmstadt (Alemania), junto con los socios científicos e industriales, tienen muchas ideas bajo la manga", explican. Del mismo modo, la antena RIME muestra cada día más señales de movimiento, visibles en las imágenes de la Cámara de Monitorización de Juice a bordo de la nave espacial y que brindan una vista parcial del radar y su estructura.

Actualmente, el instrumento se encuentra parcialmente extendido, pero atascado. "Aproximadamente tiene un tercio de su longitud total prevista". La hipótesis que manejan desde la ESA es que un pequeño enganche atascado no permite la liberación total de la antena.

"En este caso, se piensa que solo una cuestión de milímetros podría marcar la diferencia para dejar libre el resto del radar". En cuanto a posibles maniobras para destrabar el despliegue, se incluye la de encender el motor para "sacudir un poco la nave espacial, seguido de una serie de rotaciones que harán girar a Juice, calentando la montura y el radar, que actualmente se encuentran en la sombra" y, por tanto, a muy baja temperatura.

El resto de los instrumentos que se han ido activando a bordo de Juice están funcionando según lo previsto. Incluido el brazo donde se emplaza el magnetómetro que tiene 10,6 metros de longitud y está fabricado por una empresa española.

"Con dos meses por delante de puesta en servicio planificada, hay mucho tiempo para que los equipos lleguen al fondo del problema de despliegue de RIME y continúen trabajando en el resto del conjunto de instrumentos en su camino para investigar el Sistema Solar exterior", recalcan.

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