Mientras en el centro de mandos de la OTAN en Alemania se debate si se envían tanques pesados a Ucrania, como los Leopard de España, en el Kremlin no pierden el tiempo. El compás de la guerra en las últimas semanas lo ha marcado Kiev con la ejecución de ataques con drones en el corazón del país de Putin. Concretamente en bases militares a unos pocos cientos de kilómetros de Moscú que han desembocado en un redoble de la protección aérea de la capital de la Federación.

Han sido los propios moscovitas los que han publicado fotos en las redes sociales donde se ven grúas elevando unidades del sistema de defensa antiaérea Pantsir en las azoteas de la ciudad. Principalmente en algunas pertenecientes a edificios administrativos y relacionados con la defensa. También en los suburbios del oeste, cerca de la residencia oficial de Vladímir Putin, según recoge Bloomberg.

Por el momento, el Ministerio de Defensa de Rusia no ha confirmado ni desmentido la instalación de los escudos aéreos en Moscú, pero algunos medios del país sí se han hecho eco de ello. Así como del despliegue del sistema S-400 —también de defensa aérea— que suele emplearse en tándem con el Pantsir para una mejor protección.

Este último movimiento de Moscú deja entrever una gran preocupación por la seguridad de la capital del país. Ucrania cuenta con el apoyo total de Estados Unidos con el envío de lotes de armamento muy avanzado y algunos países de la OTAN apuestan por el envío de tanques pesados ante la previsión de una gran ofensiva rusa en las próximas semanas en una guerra que está a punto de cumplir un año.

Escudo Pantsir

El sistema Pantsir, que corona algunas de las azoteas más importantes de Moscú, es uno de los escudos aéreos de corto alcance más modernos de cuantos sirven en el ejército ruso. Comenzó a desarrollarse en los años 90 como reemplazo del sistema Tunguska M1 que había quedado muy anticuado desde la perspectiva tecnológica tanto en las labores de detección como de interceptación.

Escudo antiaéreo Pantsir Wikimedia

Está especialmente concebido para realizar funciones de defensa aérea de punto, un tipo que se centra en la protección de edificios o zonas muy limitadas y que contrasta con otros tipos de sistemas que cubren áreas mucho más grandes. De ahí su empleo como segunda capa tras los S-400 que también se han instalado en los alrededores de Moscú.

Aunque algunos prototipos realizaron pruebas de fuego a principios de los 2000, la producción en serie comenzó en 2008 con la versión Pantsir-S1, la más numerosa por el momento. La compañía encargada del desarrollo ha ido lanzando actualizaciones e incluso cuenta con una versión marítima que ya está presente en algunos buques del país.

Lanzadores de misiles interceptores instalados en el Pantsir Wikimedia

Si bien se desconoce el esquema elegido por el Ministerio de Defensa ruso, el Pantsir puede actuar tanto en solitario empleando sus propios sistemas de detección e interceptación como en malla junto a otros de su especie. Esta última modalidad permite aumentar notablemente la eficacia del sistema antiaéreo cuando está a cargo de la seguridad de una zona mayor —como una ciudad— gracias a que se comparte información de la detección de amenazas entre los diferentes elementos.

La espina dorsal del escudo aéreo está compuesta por un sistema de adquisición y seguimiento de objetivos multibanda junto con un armamento formado por misiles interceptores y cañones automáticos. Ambos crean un paraguas de detección continua desde los 5 metros de altura y 200 de alcance hasta un máximo de 15 kilómetros de altura y 20 kilómetros de alcance horizontal. Dependiendo el modo y el despliegue.

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Con todo eso consigue derribar todo tipo de amenazas: aviones, helicópteros, munición de precisión, misiles de crucero y drones. Esta última categoría es una de las más temidas por Moscú ya que han demostrado un gran alcance y la capacidad de atravesar otro tipo de defensas aéreas. Además, el Pantsir está especializado en la detección de amenazas que vuela a muy bajas altitudes, una función en la que suelen fallar escudos aéreos capaces de cubrir más extensión y altitud.

El Pantsir-S1 puede llevar hasta 12 misiles interceptores dispuestos en dos grupos de 6 tubos lanzadores a cada lado del vehículo. Tienen un sistema de propulsión compuesto por un par de etapas con combustible en estado sólido con una velocidad máxima de 4.680 kilómetros por hora (casi 4 veces la velocidad del sonido) y hasta 2.800 kilómetros por hora tras recorrer 18 kilómetros, rango máximo operativo.

Sistema de defensa aérea Pantsir en acción

El misil carece de un sistema de guiado de a bordo que se sustituye por el radar instalado en el Pantsir en superficie quien es el encargado de enviar los datos sobre el seguimiento mediante una comunicación inalámbrica. Este sistema es capaz de gestionar la monitorización y el guiado de hasta 4 misiles lanzados para interceptar 4 objetivos.

El sistema de defensa dispone, del mismo modo, un par de cañones automáticos 2A38M de 30 milímetros cada uno que pueden disparar hasta 700 cartuchos. Cuenta con un radio de acción de hasta 4 kilómetros con hasta 3 kilómetros de altitud y una cadencia de 2.500 disparos por minuto.

S-400

El escudo S-400 es el otro pilar en el que las autoridades rusas han confiado la protección aérea de Moscú. Se trata de una evolución del sistema S-300 de origen soviético que tanto ha dado de qué hablar en la guerra debido a su presencia tanto en las filas ucranianas como rusas.

Los ingenieros rusos de NPO Almaz comenzaron a desarrollarlo en plena década de los 90 justo después de la caída de la Unión Soviética con el fin de mejorarlo tecnológicamente. Se puso en servicio en el año 2007 y desde entonces se ha posicionado como el escudo más avanzado de cuantos dispone Moscú.

S-400 ruso Dmitriy Fomin vía Wikimedia

Tiene como objetivo derribar todo tipo de amenazas aéreas que van desde bombarderos estratégicos, aviones de guerra electrónica, aviones de reconocimiento, cazas y todo tipo de misiles balísticos. Una auténtica navaja suiza que tiene un rango de detección de 400 kilómetros y puede rastrear de forma simultánea hasta 80 objetivos, lo que se traduce en el lanzamiento de hasta 160 misiles —2 por cada amenaza a interceptar—.

Este sistema se ha empleado desde el principio de la invasión con algunos blancos importantes como un caza Sukhoi Su-27 ucraniano que habría sido derribado por un misil interceptor de S-400, según fuentes de Kiev. Actualmente se encuentra en servicio, además de en Rusia, en China, India y Turquía.

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