Ya no es extraño encontrar por nuestras calles algunos coches con capacidades autónomas más o menos avanzadas. Desde el frenado de emergencia para evitar atropellos o accidentes a pilotos automáticos mucho más sofisticados creados por compañías como Tesla.

Pero, ¿qué hay de los barcos? Aunque navegar en mitad de un océano como el Atlántico o el Pacífico pueda parecer sencillo, la metereología y ciertos accidentes físicos flotantes pueden poner en peligro el transcurso del viaje.

Hoy día es complicado no encontrar un terreno -en este caso acuático- donde la Inteligencia Artificial no pueda ayudar. Con el fin de demostrarlo se ha creado el buque inteligente Mayflower que, rescatando el nombre del mítico barco que llevó en 1620 a 100 británicos para poblar las costas norteamericanas, aplica la última tecnología para llegar a buen puerto de forma autónoma.

Nadie a los mandos

En el cuarto centenario del primer viaje, el buque actual nada tiene que ver con el de aquellos años. No habrá un capitán tomando las decisiones de navegación del barco sino un software basado en Inteligencia Artificial. El 'capitán algoritmo' emplea cámaras a bordo para recoger información visual con el fin de identificar potenciales peligros.

Barco Mayflower. IBM Omicrono

Este sistema de visión e identificación se está desarrollando y adiestrando empleando técnicas de deep learning en tierra en los servidores Power System de IBM. En cuanto al sistema operativo, todo el software se está ejecutando en Red Hat Enterprise (RHEL), una plataforma basada en Linux enfocada en aplicaciones empresariales.

Dentro del barco y según explican desde Red Hat, "el Autonomy Manager y el Safety Manager, también funcionan con RHEL". El primero de ellos es el que hace las funciones de capitán del barco y, basándose en Inteligencia Artificial, "toma decisiones y recomienda realizar acciones según los objetivos a largo plazo". El Safety Manager, por su parte, "monitoriza estas decisiones y las valida como seguras a corto plazo". Este sistema es capaz de asumir el control del timón, manejar la propulsión e incluso activar el equipo de emergencia o reiniciar el sistema.

Debido a que en mitad de un océano la conectividad a internet es limitada y extremadamente cara, la infraestructura que emplea el barco es una basada en edge computing. Es decir, en el propio barco se ejecuta todo el proceso de recogida y análisis de los datos de la nave y los almacenará localmente. Cerca de tierra firme, con conectividad suficiente, subirá los datos a la nube de IBM. Conectado a internet los sistemas también recibirán actualizaciones puntuales para mejorar el software del 'capitán del barco'.

IBM Omicrono

Además, el Mayflower alberga varios proyectos científicos en sus bodegas. En concreto, acarrea tres cápsulas de investigación dedicadas a la ciberseguridad marítima, la vigilancia de mamíferos marinos, la cartografía marítima y la vigilancia de los plásticos en los océanos. Se espera que el Mayflower parta del puerto británico de Plymouth -el mismo desde el que partió el Mayflower en 1620- en septiembre de este 2020 y arrive unos 12 días después en el puerto homónimo al otro lado del Atlántico, en el estado de Massachusetts.

El Mayflower está construido en aluminio, tiene una velocidad máxima de 10 nudos (unos 18 kilómetros por hora), una eslora de 15 metros, 5 toneladas en la báscula y propulsión híbrida con generadores solares, eólicos y motor diesel. Nadie irá a bordo del barco y la operación estará comandada desde tierra en un puesto de mandos ubicado en el puerto de origen.

Mayflower

El futuro autónomo

Hace escasamente año y medio, el fabricante de motores Rolls-Royce se alió con Intel para la fabricación de los primeros barcos comerciales autónomos. Según sus planes, será a lo largo de 2025 cuando veamos las primeras naves surcando los naves sin tripulación. La apuesta por ambas compañías va centrada en el empleo de cámaras, radares y sistemas LIDAR gestionados por un software central.

Esto nos indica que la industria de la navegación naval está tomando este camino. Existen incluso proyectos españoles que han obtenido muy buenos resultados, pero la aplicación a gran escala es bastante más compleja.

Barcos autónomos de Rolls-Royce.

Según al Organización Marítima Internacional, en la actualidad "existen buques autónomos y controlados a distancia que están siendo probados en algunas zonas del mar". Aunque el Mayflower se embarcará en un viaje de largo radio, según la misma organización se prevé "que la operación autónoma o semiautónoma se limitaría a viajes cortos".

Para llevar a cabo toda la legislación, tienen un Plan estratégico de la Organización desde el 2018 y como fecha límite el 2023 con el fin de "integrar las tecnologías nuevas y avanzadas en el marco reglamentario". Por lo que tendremos que esperar unos cuantos años para ver viajes no experimentales empleando este tipo de barcos.

Desde un punto de vista práctico, la posibilidad de crear rutas marítimas seguras con este tipo de embarcaciones pueden abaratar los costes de transporte mundial. Siempre teniendo en cuenta las extremas medidas de seguridad que requiere el manejo de estos buques a la hora de aproximarse a otras embarcaciones o a puerto.

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